Los gestores de activos suelen ser optimistas sobre la posibilidad de una futura aprobación de la estructura de doble clase de acciones. La mayoría de los emisores de fondos cotizados en bolsa (ETF) afirmaron que esperan que los fondos mutuos activos (74% de los solicitantes) y pasivos (el 26%) incorporen clases de acciones de ETF para obtener la aprobación, y el 93% de los solicitantes en activo solicitó una exención de este tipo en su solicitud a diciembre de 2024, según el último informe de la consultora Cerulli Edge—U.S. Product Development Edition.
El atractivo de la estructura de doble clase de acciones resulta lógico para el desarrollo de productos, ya que dicha aprobación beneficiaría enormemente tanto a los asesores financieros como a los inversores finales, ampliando las opciones de inversión y simplificando el proceso para quienes buscan acceder a una mayor exposición a través de su estructura preferida.
De acuerdo a la encuesta realizada por Cerulli, el 69% de los emisores de ETF señalaron que ya han presentado solicitudes de exención, 29% están planeando solicitarla en una fecha posterior, o están considerando una iniciativa de estructura de clase de acciones dual y están siguiendo los acontecimientos (29%).
Las presentaciones ante la SEC de varios solicitantes enumeran de forma clara ventajas como “menores costos de transacción de cartera”, “mayor eficiencia fiscal” y un “canal de distribución adicional para el crecimiento de activos y las economías de escala” en lo que respecta a las clases de acciones de ETF en fondos mutuos, así como un “reequilibrio eficiente de la cartera” y una “mayor flexibilidad de la cesta” para las clases de fondos mutuos en ETF”, señaló Sally Jin, analista de Cerruli.
“Otros argumentos a favor de la estructura de doble clase de acciones apuntan a iniciativas en marcha que ofrecen beneficios similares —como la clonación de estrategias de fondos mutuos en ETF y la conversión de fondos mutuos a ETF— que, a la vez, responden a la demanda de los inversores y plantean desafíos fiduciarios que la estructura de doble clase de acciones podría ser más adecuada para afrontar”, añadió.
Sin embargo, persisten importantes desafíos regulatorios y de distribución, y queda por ver si la SEC aprobará estas medidas y, de ser así, en qué consistirían exactamente, dice en su informe la consultora basada en Boston.
El regulador de la Bolsa de Valores estadounidense ha expresado numerosas preocupaciones, entre ellas el apalancamiento excesivo, los conflictos de intereses, la confusión de los inversores, el riesgo de subsidios cruzados, las discrepancias en el reembolso de efectivo y en el pago de gastos de los fondos, y el poder de voto desigual.
En cuanto a la distribución, los gestores de ETF citaron como principales obstáculos la reticencia de los agentes de bolsa a aprobar o poner a disposición las clases de acciones de ETF en plataformas (54%), la complejidad operativa para gestionar las clases de acciones de fondos mutuos y ETFs (43%) y la reticencia de los gestores de activos a ofrecer transparencia a las estrategias de fondos mutuos (29%).
Además, el 69% de los gestores de activos de ETFs coincidió en que la adopción de la estructura de doble clase de acciones sería más significativa para los canales de asesores independientes registrados (RIA), en comparación con el 42% de las empresas que opina lo mismo para las oficinas centrales.
“A pesar de estos obstáculos, la mitad de los gestores de activos que respondieron a la encuesta de Cerulli se muestran optimistas sobre la posibilidad de una futura aprobación de la estructura de doble clase de acciones, aunque el plazo para dicha aprobación sigue siendo incierto”, afirmó Jin. “El creciente número de solicitantes, que constituyen una gran parte del sector de la inversión, podría ser un factor determinante”, concluyó.