En 2016, los ETFs europeos atrajeron casi 42.000 millones de euros, de los cuales el 54% se destinó a exposiciones de renta fija.
La búsqueda de rendimiento impulsó la asignación de los inversores hacia la renta fija: la asignación a deuda de gobiernos se destinó principalmente al mundo emergente, que suma 4.800 millones de euros hasta diciembre. Esta tendencia ha sido dominante hasta finales de octubre, mientras que en noviembre asistimos a un ligero cambio, con salidas de 1.800 millones de euros, según los datos de Amundi ETF.
La tendencia negativa se confirmó en diciembre, con salidas totales de 338 millones de euros de los ETFs de deuda emergente. Los grandes ganadores en deuda de gobiernos en diciembre fueron los europeos de vencimientos cortos, captando 298 millones de euros en la Eurozona, 283 millones de euros en Alemania y 242 millones de euros en Reino Unido.
Los bonos corporativos dominaron el año, atrayendo más de 16.300 millones de euros de flujo en el primer trimestre. Los inversores seleccionaron principalmente los bonos corporativos de la zona euro que representan 6.300 millones de euros hasta diciembre, seguidos de los bonos corporativos de Estados Unidos, con 2.900 millones de euros hasta diciembre.
Desde octubre de 2016, los inversores han empezado a considerar bonos corporativos a tipo flotante, que captaron 290 millones de euros en octubre, 391 millones de euros en noviembre y 377 millones de euros en diciembre. Los Floating Rate Notes atrajeron inversores que buscan reducir su exposición a las fluctuaciones de los tipos de interés: tienen un bajo grado de sensibilidad a los tipos de interés, ya que el valor de su cupón evoluciona en consonancia. Así que su retorno potencial varía junto con las fluctuaciones de las tasas.
Los ETFs de renta variable, por su parte, atrajeron 16.000 millones de euros en 2016.
Dos fases
El año se dividió en dos fases: hasta octubre, los mercados emergentes, dejados de lado por los inversores durante varios años, concentraron la mayoría de las suscripciones. Las acciones emergentes regionales atrajeron más de 5.100 millones de euros en el mismo periodo del año debido al repunte de los precios del petróleo, al alto en la subida del dólar y al renovado atractivo de la temática «acciones infravaloradas».
Durante el último trimestre la atención se centró en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. La victoria de Donald Trump, cuyo programa se centra en la recuperación económica, provocó entradas masivas de hasta 8.000 millones de euros en renta variable estadounidense. Esta tendencia se confirmó en diciembre, cuando asistimos a una entrada mensual de 1.000 millones de euros en acciones americanas.
También, una tendencia notable en 2016 fue la creciente confianza de los inversores en los ETFs Smart Beta, con entradas de 7.600 millones hasta diciembre. El factor “value” se adjudicó el primer puesto, con 2.100 millones de euros, seguido por el factor Dividendo (1.700 millones).
Por último, las acciones europeas merecen un análisis detenido: tras haber sufrido reembolsos hasta finales de agosto de 13.500 millones de euros y una estabilización en septiembre-octubre, comenzaron a recuperar fuerza durante los dos últimos meses de 2016 y en diciembre fueron la exposición de mayor suscripción en renta variable, con entradas de 1.100 millones de euros.