Tras un año marcado por la volatilidad y un ciclo más maduro, iShares se ha posicionado como el líder el mercado global de ETFs. La firma, que forma parte de BlackRock, cerró 2018 superando un volumen de negociación de 7,3 billones de dólares y tras haber captado activos por valor de 167.000 millones de dólares –a 31 de diciembre de 2018–.
Según ha explicado la firma, los flujos de entrada registrados por los ETFs de iShares durante un año de marcados descensos en los precios de la renta variable y la renta fija apuntan a la resistencia y el mayor uso de los fondos cotizados a escala global como vehículos de inversión y como herramientas de acceso a los mercados. “La adopción de los ETFs de iShares aumentó de forma considerable por ser utilizados como proxies del activo subyacente, una tendencia que fue especialmente marcada durante periodos de turbulencias en los mercados, cuando la negociación de los ETFs de iShares ofreció liquidez en el momento necesario”, señalan desde iShares.
A raíz de estos datos y el buen posicionamiento logrado, Mark Wiedman, responsable global de iShares e inversiones indexadas, ha destacado que los ETFs constituyen ahora componentes habituales en las carteras de cualquier inversor. “El año pasado reflejó la creciente versatilidad de los fondos cotizados de iShares. Los inversores de todo el mundo se valieron de los ETFs para generar alfa, gestionar el riesgo, invertir de forma sostenible y sacar partido de la liquidez en un entorno de condiciones financieras menos flexibles”, ha afirmado Wiedman.
En el balance que hace la compañía, llama la atención la fuerza que han tenido sus productos en Europa, donde el volumen de negociación marcó un nuevo récord. “iShares captó el 45% de los flujos de la industria y logró importantes hitos para el sector durante el año. Los inversores europeos asignaron más de 1.000 millones de dólares a los ETFs sostenibles de iShares, mientras que la gama temática de iShares alcanzó los 4.000 millones de dólares en activos gestionados”, matizan.
“Los ETFs y los fondos indexados constituyen, de media, alrededor del 10% de las carteras en Europa, y creemos que este porcentaje aumentará hasta el 50% en los próximos años. En esta región, la tecnología y los marcos normativos están impulsando cambios estructurales que se manifiestan en una mayor sensibilidad a los costes en la industria de la gestión patrimonial y en la transparencia de negociación para los inversores institucionales. Estos factores están intensificando la atención de los inversores hacia los verdaderos catalizadores de la rentabilidad y los productos más adecuados para cumplir los objetivos de los clientes”, ha comentado al respecto Stephen Cohen, responsable de iShares para la región EMEA en BlackRock.
Tendencia global
Si algo ha dejado claro 2018, es que los ETFs siguen captando activos en todo el mundo. Por ejemplo, los ETFs europeos registraron unos volúmenes de negociación históricos de 2 billones de dólares.
Otra tendencia clara que se vió el pasado año es que la renta fija sigue siendo uno de los segmentos donde hay mayor margen de crecimiento para los ETFs. Los flujos de entrada alcanzaron los 131.000 millones de dólares a escala global, con unos activos gestionados totales por valor de 878.000 millones. En este sentido, desde iShares apunta que son los líderes de este segmento, tanto en los flujos de entrada como en activos gestionados. “Entre los segmentos de mercado, el grueso de los flujos en 2018 se centró en fondos cotizados de bonos de duración reducida y elevada calidad, dado que los inversores de todo el mundo buscaban compensar el riesgo de la renta variable, generar rentas y protegerse frente a la subida de tipos”, apuntan.
Según su experiencia en este mercado, y de cara a 2019, la firma considera que el dinamismo de los ETFs seguirá aumentando, con un crecimiento excepcional no solo en términos de envergadura total, sino también de alcance. “La demanda de los propios inversores impulsará nuevos y mejores usos de los ETFs, dado que estos buscan continuamente formas innovadoras de acceder a nuevas exposiciones, lograr resultados en el seno de sus carteras y progresar hacia la consecución de sus objetivos de inversión. La tecnología también ha apuntalado la capacidad de iShares para indexar mercados y estrategias que hace una década resultaban inconcebibles”, argumenta la firma.
El año pasado, iShares pronosticó que los activos gestionados por los ETFs globales podrían alcanzar los 12 billones de dólares para 2023. La industria sigue acercándose a este hito gracias a la persistencia de ciertas fuerzas macroeconómicas, tales como la sensibilidad a los costes por parte de los inversores, los cambios en los modelos de asesoramiento financiero, la evolución de las plataformas de renta fija y la supresión de la tradicional —y menos relevante— distinción entre inversión activa y pasiva.
“Cuando tanto los flujos de entrada como los activos aumentan durante periodos de volatilidad y caída de los mercados, se transmite un poderoso mensaje: los inversores prefieren los ETFs de iShares como vehículos líquidos, de bajo coste y transparentes para acceder a los mercados. En concreto, hemos observado importantes flujos de entrada en productos cotizados de renta fija y basados en factores por parte de inversores que buscan estructurar carteras más resistentes”, concluye declaró Carolyn Weinberg, Managing director y responsable global de producto en iShares.