BlackRock, la mayor firma de gestión de activos a nivel mundial, planea cerrar 10 ETFs para finales del mes de agosto, a pesar de que todos ellos reportaron ganancias este año. Uno de estos ETFs es el iShares MSCI Emerging Markets Latin America, que reportó un rendimiento del 38% en lo que va de año.
¿Entonces, por qué cierran estos ETFs? Porque a pesar del buen desempeño obtenido este año, no son tan populares entre los inversores. De media, los 10 ETFs que serán liquidados, gestionaban unos 30 millones de dólares de capital cada uno, el ETF dedicado a la inversión en renta variable latinoamericana tan solo gestionaba 9 millones de dólares. Muy probablemente los inversores prefieran concretar invirtiendo en ETFs más acotados dentro de la región. Como el caso del iShares Latin America 40, con 748 millones de dólares en activos netos, el iShares MSCI Mexico, con más de 1.050 millones de dólares, o el iShares MSCI Brazil, con más de 3.520 millones.
Después del cierre de mercado del 23 de agosto, estos ETFs dejaron de aceptar órdenes de creación y antes de la apertura del mercado del día 24 de agosto se suspendió su cotización. Los resultados de la liquidación serán enviados a los accionistas en torno al 2 de septiembre de este año. “De forma regular revisamos nuestra oferta de ETFs para asegurar que los fondos están reuniendo las necesidades actuales y futuras de nuestros clientes”, comentó Paul Young, portavoz de BlackRock.
BlackRock ha revisado su línea de ETFs al menos una vez al año desde 2014, cerrando fondos en marzo y octubre de ese año, en agosto de 2015 y ahora en agosto de 2016. La liquidación de ETFs es cada vez más común, en la medida que este producto ha doblando sus activos bajo gestión en los últimos cinco años, aquellos productos que tienen un menor número de activos y poca operación son eliminados por las gestoras emisoras de los fondos, que buscan adecuar su oferta a la demanda de los inversores.
Lejos de mostrar algún signo de debilitamiento en la industria, un número de mayor de liquidaciones refleja que la industria de los ETF está experimentando un crecimiento exuberante y que la competencia ha aumentado. En Estados Unidos, más de 1.700 ETFs compiten en el mercado frente a los 900 de hace cinco años, poner un fondo en funcionamiento cuesta en torno a los 250.000 dólares al año, después de los gastos de inicio, que son unos 2 millones de dólares, si el fondo supera el mínimo que necesita para sobrevivir, cifra que está estimada entre los 75 y los 100 millones de dólares, pasará a engrosar el universo de ETFs, que a nivel global se espera que supere los 15 billones de dólares.