Los bonos de catástrofe, cuyos rendimientos han superado sistemáticamente a los de los mercados de deuda de alto rendimiento en los últimos años, están a punto de ser accesibles a un segmento más amplio de inversores.
El próximo mes podría empezar a cotizar en la Bolsa de Nueva York (NYSE) el fondo cotizado Brookmont Catastrophic Bond ETF, basado en una cartera de hasta 75 de los 250 denominados «bonos catástrofe» en circulación, lo que supone una primicia mundial.
«Es un activo con muchos matices y nuestro objetivo es desmitificarlo», declaró Rick Pagnani, cofundador y director ejecutivo de King Ridge Capital Advisors Inc y que gestionará el ETF, en una entrevista que recogió la agencia Bloomberg. El fondo estará supervisado por Brookmont Capital Management LLC, con sede en Texas.
Pagnani, que hasta el año pasado dirigía el departamento de valores vinculados a seguros de Pimco, aseguró que «es difícil crear una cartera diversificada de bonos catástrofe para un inversor individual típico». Al empaquetar los bonos catastróficos en un ETF, «pretendemos reducir algunas de las barreras de entrada», declaró.
El mercado, dominado por las emisiones estadounidenses, está valorado actualmente en unos 50.000 millones de dólares, según Bloomberg.
Según Pagnani, la cartera de proyectos sigue siendo «rica y en crecimiento», lo que puede ayudar a impulsar el mercado hasta los 80.000 millones de dólares a finales de la década.
Brookmont y King Ridge aún están ultimando la composición de los socios que intervendrán en el lanzamiento del ETF. Esperan recaudar entre 10 y 25 millones de dólares en capital inicial. El ETF está registrado en la SEC.
El fondo cotizado cubrirá riesgos que van desde los huracanes de Florida y los terremotos de California hasta los tifones de Japón y las tormentas europeas, según el folleto presentado ante el organismo supervisor del mercado estadounidense.
Según consta en el folleto, se trata de un ETF de gestión activa que en circunstancias normales invertirá al menos el 80% de su patrimonio neto en bonos de catástrofes. No contará con límites en una determinada emisión, riesgo o exposición geográfica. Sin embargo, según recoge el documento, de vez en cuando, el vehículo puede tener una exposición relativamente mayor a riesgos relacionados con Estados Unidos.
Además, ocasionalmente, puede tener una exposición relativamente mayor a bonos de catástrofe vinculados a huracanes de Florida que a otras regiones o riesgos como resultado de la mayor disponibilidad de dichas inversiones en proporción al mercado global.