“Down but not out”: así define Cerulli en su último informe la situación de la industria de ETFs en Europa. A pesar de que el año pasado los flujos de entrada en los fondos cotizados del continente se redujeron un 25% frente a 2012 (con 13.800 millones de euros en suscripciones frente a los 19.000 vistos un año antes), y quedan ya muy lejos de los días dorados de 2008 cuando estos vehículos vieron entradas de capital superiores a 52.000 millones de euros, la industria puede levantar cabeza.
Para Cerulli, las voces que hablan de la muerte del mercado de ETFs en Europa debido a la caída en las sucripciones el año pasado exageran enormemente. Para los expertos, es cierto que el mercado ha perdido fuelle pero eso no significa su desaparición, pues “un escenario de distribución en plena evolución y un inversor cada vez más consciente de los costes podrían hacer revivir las fortunas del sector”, según indica en su edición sobre tendencias de mercado y producto correspondiente al mes de febrero.
“Aquellos que predicen la desaparición de este mercado en Europa argumentan que solo prosperó como resultado de la crisis financiera en la medida en que los inversores buscaron la seguridad relativa de los ETFs como una forma rápida y efectiva de ganar exposición a un índice”, explica Barbara Wall, directora de análisis de Cerulli para Europa.
“Dicen que los ETFs están demostrando resultar menos atractivos ahora que los mercados están en mejores condiciones”, explica. Pero, frente a estos argumentos, apunta que el mercado logró captar 1.000 millones de euros solo en enero, cuando en otros lugares del mundo los fondos cotizados sufrieron reembolsos. Algo que, en su opinión, sugiere que 2014 será mejor para la industria.
Angelos Gousios, analista senior en Cerulli Associates, considera que el coste y la transparencia son consideraciones clave para el sector de ETFs. “Los ratios de costes, o TER, han sido tan bajos como el 0% para los ETFs, con unos proveedores capaces de generar ingresos a través de medidas como la optimización de dividendos”, afirma. Sin embargo, considera que la industria necesita promover la simplicidad y la transparencia en un mercado que se ha vuelto “demasiado complejo”, en su opinión. Una actitud que podría ayudar a su renacimiento en Europa.