El mercado estadounidense de fondos ESG aún no es tan grande y relevante como el europeo, que sin duda lidera esta tendencia, pero Laure Peyranne, directora de ETFs para Iberia, Latinoamérica y US Offshore, lo tienen claro: “Las empresas y los inversores muestran cada vez más interés por los productos ESG”. Según su experiencia, desde 2020 la inversión ESG es una tendencia alcista que se refleja tanto en los activos bajo gestión como en los flujos de capital hacia fondos ESG.
Una historia de crecimiento que los fondos ETFs, de forma paralela, también están viviendo: “En este caso la situación es al revés, y el liderazgo es de Estados Unidos, donde estos vehículos están mucho más extendido en las carteras de los inversores y llegan a suponer el 50%”, señala Peyranne. Ahora bien, ¿qué ocurre si juntamos las dos tendencias, la ESG y los ETFs? El resultado son los ETFs ESG. Según Invesco, se ha producido un aumento de la proporción de ETFs en los activos sostenibles bajo gestión debido a la capacidad de estos fondos de adaptar la exposición ESG a través de ETFs para obtener rentabilidad. Estaría hablando de 349.000 millones de dólares en ETFs ESG, según el último dato disponible de 2023.
Para conocer la solidez de esta tendencia, Invesco ha realizado un amplio estudio paneuropeo en el que han participado 5.500 inversores particulares de siete grandes mercados. Su principal conclusión es que la adaptación de la inversión ESG es muy amplia: el 51% de los encuestados afirma tener actualmente inversiones ESG. En cambio, un 37% no invierte en ESG, mientras que los demás no están seguros, “en muchos casos porque han delegado la responsabilidad de la gestión de su cartera en un profesional”, explican desde la gestora.
Interés por la ESG y tendencias
No obstante, el estudio demuestra que existen grandes discrepancias entre los distintos países a la hora de adoptar criterios ESG: en el Reino Unido el porcentaje es el más alto (57%), mientras que en Alemania (44%) y Suecia (43%) son los más bajos. “El resultado en Suecia es sorprendente, ya que tradicionalmente se considera que los países escandinavos están muy concienciados con la sostenibilidad. Esta puntuación comparativamente más baja podría deberse a que las cuestiones ESG están presentes en las carteras de un mayor número de inversores y no se consideran un elemento de inversión independiente”, matiza en documento en sus conclusiones.
En Europa, la aceptación de la inversión ESG es mayor entre quienes tienen activos invertibles por valor de 100.000 euros o más, y el 58% de ellos invierten en ESG. En carteras de otros tamaños, la aceptación es similar, salvo en el caso de las carteras más pequeñas (de menos de 5.000 euros), donde se ha producido un marcado descenso y sólo el 37% cuenta con inversiones ESG.
Según la gestora, esto podría indicar que quienes tienen carteras más pequeñas consideran que no tienen suficiente capacidad para adoptar un enfoque sostenible, o que este aspecto es menos prioritario. “Otra posibilidad es que este tipo de inversores no sea tan activo y que invierta únicamente en uno o dos fondos que mantenga en cartera desde antes de que se popularizara la inversión ESG. También hemos observado que los inversores con menos experiencia tienen una mayor probabilidad de invertir en ESG. En todo el continente, la mitad (51%) de los nuevos inversores (que comenzaron en el último año) y el 56% de los que cuentan con hasta cinco años de experiencia invierten en ESG, frente a tan sólo el 38% de los inversores experimentados (con hasta 10 años o más de experiencia en inversión). Esto puede indicar que muchos inversores experimentados establecieron su estrategia de inversión antes del reciente y rápido auge del ESG”, añaden.
El interés por la ESG es algo real y no una moda. De hecho, la encuesta señala que un 61% aumentará su asignación en los próximos tres años y apenas un 10% está dispuesta a disminuirlas. “Dado que se trata de inversores que ya tienen asignaciones sostenibles, nos sorprendió la firme convicción mostrada. La imagen es bastante coherente en los distintos mercados, con mayorías razonables que prevén aumentar las inversiones ESG y solo una pequeña minoría que prevé reducirlas”, comentan desde Invesco.
El papel de la gestión pasiva
En este contexto entran en juego los ETFs ESG. Según la experiencia de Peyranne, la mayoría de los inversores usa ETFs temáticos y con estrategias centradas en el medio ambiente para proyectar su inversión sostenible. En este sentido, Invesco explica que las estrategias de ETFs más conocidas son la energía solar, seguida de la energía eólica, las energías limpias y los ETFs relacionados con el clima; es decir, inversiones que benefician al medioambiente o ayudan a luchar contra el cambio climático.
“Quizá lo más sorprendente sea que la estrategia de ETFs ESG menos conocida sea la selección negativa, con la que apenas están familiarizados el 11% de los inversores europeos. Dado que la selección negativa está tan arraigada en la mentalidad inversora cuando hablamos de ESG, nos sorprendió que los inversores la clasificaran tan abajo. Una posible explicación es que las estrategias temáticas centradas en el medioambiente son simplemente las más accesibles y fáciles de entender para los inversores particulares. También es posible que se consideren más valiosas por su impacto en el mundo real, dados los retos que plantea el cambio climático”, explican.
Por último, llama la atención que el 71% de los inversores europeos que tiene inversiones ESG utiliza ETFs para cubrir al menos parte de su exposición sostenible. El mayor porcentaje se encuentra en Alemania y España, con un 74%, mientras que en el extremo opuesto se sitúa Suecia, con tan solo un 65%. Curiosamente, los nuevos inversores (75%) y los que tienen algo de experiencia (72%) son más propensos a utilizar ETFs para ESG que los inversores experimentados (62%), lo que de nuevo podría indicar un enfoque más arraigado entre quienes llevan más tiempo incluyendo consideraciones ESG.
“Aún más llamativo es el hecho de que quienes gestionan la totalidad (72%) o parte (73%) de sus propias carteras tienden más a utilizar ETFs ESG que quienes delegan toda la gestión en un profesional (57%), aunque esto simplemente puede indicar una menor familiaridad con sus inversiones”, señala la encuesta en sus conclusiones.
Respecto a la cartera, Invesco explica que el 37%, indica que cuando los inversores están comprometidos es de manera considerable. Sin embargo, hay una gran diferencia entre países: los inversores en ETFs ESG de los Países Bajos tienen un 46% de su cartera en estas estrategias, frente al 31% de los de España. “Una vez más, la proporción de inversiones en ETFs ESG aumenta en función del tamaño de la cartera, lo que demuestra una mayor convicción entre los inversores más ricos”, matizan.
Según reconocen desde Invesco, las razones por las que los ETFs ESG resultan interesantes para quienes los utilizan son diversas. La razón principal en toda Europa es que ofrecen una exposición ESG general a la que un inversor puede añadir exposiciones más específicas, por ejemplo, mediante estrategias de gestión activa. Este es sin duda el caso en Reino Unido, Países Bajos y Francia.
“La siguiente razón más popular en Europa, y la principal en España, es que los ETFs proporcionan una exposición directa para una estrategia ESG. Pero las diferencias de opinión geográficas no acaban aquí. La razón más frecuente para elegir ETFs ESG en Alemania es la posibilidad de crear una exposición ESG específica únicamente con ETFs. Mientras que en Suiza y Suecia la característica más apreciada de los ETFs es la exposición de bajo coste que pueden ofrecer para una estrategia ESG. Curiosamente, la exposición de coste competitivo es también el factor más atractivo para quienes tienen las carteras más grandes (más de 100.000 euros)”, apunta la encuesta.
También resulta interesante profundizar en el uso específico que quienes invierten hacen de los ETFs ESG: la exposición temática, como la energía eólica o solar, se sitúa en primer lugar, elegida por más de una quinta parte (22%). La exposición general, por ejemplo, renta variable mundial con enfoque ESG, es la siguiente (20%), mientras que la exposición específica a clases de activos (por ejemplo, bonos corporativos con enfoque ESG) ocupa el último lugar (seleccionada por tan solo el 12% de quienes invierten en ETFs ESG).
“No obstante, cabe señalar que en Reino Unido, Alemania y Países Bajos, la exposición general supera por poco a la exposición temática como el uso más habitual de los ETFs ESG. Estos resultados corroboran los anteriores hallazgos de este estudio, según los cuales los ETFs ESG podrían ser una potencial buena opción para exposiciones ESG generales sobre las que se puedan crear posiciones adicionales. También es emocionante ver una continua expansión de estrategias centradas en el medioambiente que resultan fáciles de comprender y que pueden tener un impacto transformador en el mundo real”, concluye la encuesta.
Obstáculos para su progreso
El interés y la penetración de los ETFs ESG están claros, pero ¿qué obstáculos se encuentran para su progreso? Según explica Peyranne, la falta de conocimiento es el principal escollo. “La segunda razón más citada, casi la mitad (45%) de los encuestados la mencionaron, es la preferencia por un enfoque de inversión activa en ESG. Y la tercera razón, señalada por casi una quinta parte (19%) de los encuestados europeos, es la incapacidad de encontrar un ETF alineado con sus valores”, apunta.
Curiosamente, la encuesta muestra que los inversores con más experiencia indicaron que preferían la gestión activa como principal razón para no invertir en ETFs ESG, mientras que, como era de esperar, la razón más común entre los nuevos inversores y los que tenían algo de experiencia era la falta de conocimiento. “Esto sugiere la necesidad de cerrar la laguna de conocimiento existente entre los inversores con menos experiencia. Quienes delegan por completo la gestión de su cartera a un profesional también mencionaron en gran medida no conocer lo suficiente los diferentes ETFs ESG (43%), frente a aquellos que gestionan todas o algunas de sus inversiones (31% en ambos casos), lo que indica que los asesores podrían considerar la posibilidad de formar a sus clientes”, concluye la encuesta.