Durante décadas, muchos inversores han elegido estrategias indexadas para perseguir de forma activa los objetivos financieros que más les importan. Hoy, a medida que cada vez más inversores se están dando cuenta de que las consideraciones relacionadas con la sostenibilidad -como el cambio climático- pueden tener un impacto sobre los retornos en el largo plazo, la indexación está ayudándoles a adaptar sus carteras para que puedan reflejar mejor sus objetivos financieros y de sostenibilidad.
De acuerdo con los expertos de iShares de BlackRock, este ajuste ya es visible, a través del crecimiento acelerado del patrimonio de las estrategias indexadas sostenibles. Los activos de productos indexados (ETFs y fondos indexados) –en proporción al mercado global de 1,4 billones de dólares de fondos sostenibles- más que se duplicaron, desde el 7% de 2015 al 16% de 2019. “Creemos que el crecimiento de la sostenibilidad indexada tan solo acaba de empezar”, declaran desde la firma.
A pesar de este fuerte crecimiento, la inversión sostenible sigue teniendo consideración de categoría ascendente. Como consecuencia, pueden surgir dudas sobre la validez de la sostenibilidad indexada, como fruto de una comprensión incompleta o de una percepción anticuada de la inversión indexada en general.
Muchas de estas falsas creencias surgen de la noción de que “la inversión sostenible es diferente”, que infiere que la indexación no puede o no debe funcionar en esta categoría de inversión de la misma forma en que lo hace en las estrategias tradicionales de renta fija y renta variable. Aunque en BlackRock están de acuerdo en que la inversión sostenible “en muchos aspectos todavía está en su infancia”, y en que para invertir de manera sostenible es necesario un nivel mayor de formación, defienden que la indexación aporta valor, “particularmente en el sentido de que ayuda a crear un lenguaje común para la inversión sostenible”.
De hecho, desde iShares de BlackRock destacan que la indexación está ayudando a transformar una categoría nebulosa, llena de acrónimos y jerga, al agregar, estandarizar y proporcionar transparencia a los datos sobre sostenibilidad y a las metodologías de inversión. Esta transparencia crea exposiciones procesables y rentables que vuelven más eficiente la construcción y gestión de una cartera sostenible.
A continuación, desmontamos los seis mitos más extendidos sobre la inversión indexada sostenible:
Mito 1: la inversión sostenible carece de una definición común, lo que significa que no existen estándares claros y unificados sobre la construcción de una cartera sostenible. En realidad, sí existen varios métodos estandarizados que definen la inversión sostenible. La indexación es útil para alinear el acercamiento de inversión con los objetivos sostenibles y financieros del inversor.
Mito 2: la inversión sostenible tiene demasiados matices como para poder indexarse y requiere de una gestión activa para poder expresar los valores del inversor y sus preferencias ESG. Sin embargo, la inversión indexada sí que permite a los inversores implementar sus preferencias de sostenibilidad de forma explícita y consistente a través de una serie de exposiciones.
Mito 3: los gestores de fondos indexados carecen de las herramientas de activismo necesarias para impulsar un cambio. Desde el punto de vista de BlackRock, en realidad esta clase de gestores también pueden generar un cambio en el largo plazo mediante el ejercicio del activismo inversor.
Mito 4: la indexación sostenible funciona con la renta variable, pero no con las asignaciones a renta fija. Además, los datos ESG de la renta fija siguen yendo por detrás de la renta variable. En realidad, los criterios de inversión sostenible se pueden aplicar en un amplio rango de exposiciones a renta fija, al tiempo que los motores de demanda de inversión ESG en renta fija son similares a los vistos en otras clases de activos.
Mito 5: la sostenibilidad conlleva el pago de una prima por parte de los inversores. Sin embargo, la indexación permite el acceso a inversiones sostenibles a tan solo una fracción del coste original.
Mito 6: cuando se invierte en sostenibilidad indexada se sacrifica parte de la rentabilidad. Lo que demuestran en realidad los datos sobre rendimiento de índices ESG es lo contrario, por lo que desafían a la falsa percepción de que para invertir de manera sostenible los inversores deben renunciar a obtener retornos financieros para conseguir a cambio un mejor resultado de sostenibilidad.
Hacia la democratización de la sostenibilidad
El rápido crecimiento de la inversión sostenible, junto con la proliferación de definiciones, proveedores de datos y regulaciones, ha contribuido a la extensión de creencias infundadas sobre la incapacidad de la indexación para funcionar en esta área, y de que la gestión activa es la única solución. Para BlackRock, “la propia naturaleza de la inversión sostenible, junto con el impulso hacia un mayor reporting y estandarización, son los que hacen que la indexación no solo sea valiosa, sino necesaria para acelerar la transición hacia unas finanzas sostenibles y para fortalecer la construcción de carteras sostenibles”.
Muchos de los mitos en torno a los índices sostenibles, como los ya expuestos, simplemente no son ciertos. Desde la firma comparan las discusiones en torno a la sostenibilidad indexada con el viejo debate en torno al uso de soluciones indexadas como un medio para acceder a exposiciones económicas. “Este debate ya tiene más de 20 años y ahora parece irrelevante para muchos profesionales de la inversión. De igual manera, esperamos que las reservas infundadas en torno a la inversión indexada sostenible pronto se conviertan en algo del pasado”, expresan desde la gestora.
Los mitos en torno a la rentabilidad y costes se pueden rebatir fácilmente a través de los datos empíricos presentados por el creciente número de estrategias sostenibles indexadas, que son accesibles a través de ETFs y fondos indexados a precios muy convincentes. La composición de la cartera se puede ajustar de forma eficiente y escalada para conseguir objetivos sostenibles. La indexación puede ser un motor de cambio cuando existe una perspectiva paciente sobre el capital y se aprecia la labor activista. “Por estas razones, pensamos que no solo funciona la sostenibilidad indexada, sino que además se convertirá en un componente cada vez más indispensable para las carteras de inversión”, concluyen desde la gestora.