Las asignaciones a fondos cotizados (ETFs) por parte de inversores institucionales aumentaron un 50% en 2018, alcanzando la cota del 15% de los activos totales entre los 127 inversores con este perfil que participaron en la edición de 2018 del estudio sobre la industria de ETFs en Europa elaborado por Greenwich Associates (2018 European Exchange-Traded Funds Study). Este incremento respondió en gran medida a tres tendencias principales.
La primera de ellas fue la popularidad de los ETFs aumenta en contextos de volatilidad. En 2018, los inversores institucionales europeos reposicionaron sus carteras de cara a un contexto de inversión convulso caracterizado por posibles subidas de tipos a manos del BCE y por una serie de riesgos geopolíticos. La implementación de estos ajustes incrementó la demanda de ETFs. Los inversores institucionales afirman que la velocidad de negociación, la diversificación en una única operación y la liquidez de los fondos cotizados los convierten en herramientas versátiles para la estructuración de carteras.
La revolución de las estrategias indexadas
Los inversores institucionales europeos que buscan beta con un coste reducido siguieron reasignando sus activos desde las estrategias de gestión activa a las indexadas el año pasado. Esta transición impulsó los flujos de entrada en ETFs, que fueron el vehículo escogido por el 84% de los participantes en el estudio para las exposiciones indexadas. Resulta probable que esta tendencia continúe en 2019, dado que las asignaciones de los inversores institucionales a estrategias indexadas siguen muy por debajo de los niveles considerados óptimos.
Los criterios ESG, clave
Los inversores institucionales europeos están integrando los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (en inglés, ESG) en su proceso de inversión, y muchos de estos inversores están recurriendo a los ETFs como su vehículo de preferencia para las exposiciones basadas en estos criterios. El 44% de los participantes en el estudio y la mitad de los gestores de inversiones utilizan los ETFs como principal medio para abordar la inversión ESG.
Casi la mitad de los inversores del estudio esperan asignar más del 50% de sus activos totales de conformidad con los criterios ESG en los próximos cinco años. «Nuestros datos sugieren que el notable incremento de la inversión en ETFs por parte de los inversores institucionales el año pasado no se produjo a pesar de las condiciones turbulentas, sino gracias a ellas», comenta Andrew McCollum, managing director de Greenwich Associates y autor de In Turbulent Times, European Institutions Turn to ETFs.
Los inversores institucionales están recurriendo a los ETFs no sólo como herramienta táctica sino también para exposiciones estratégicas para el núcleo de la cartera. En el segmento de renta fija, las asignaciones a fondos cotizados se duplicaron hasta representar el 20% de los activos totales entre los inversores institucionales que invierten en estos productos, al igual que las asignaciones a ETFs de renta variable, que aumentaron hasta alcanzar aproximadamente el 28% de los activos, desde el 14% que representaban en 2017.
Por otro lado, las estrategias smart beta se mantienen como un importante catalizador del crecimiento y la demanda de los fondos cotizados. Dos tercios de los participantes en el estudio y casi tres cuartos de las gestoras patrimoniales discrecionales invierten en ETFs basados en factores o de smart beta. Más de un tercio espera aumentar sus asignaciones en los próximos 12 meses y casi la mitad de los participantes que tienen intención de aumentar sus asignaciones a ETFs de smart beta espera aumentar estos niveles en un 10% o más.
Greenwich Associates prevé un crecimiento continuado de la inversión en ETFs por parte de los inversores institucionales en 2019: casi el 40% de los inversores que actualmente invierten en ETFs y participaron en el estudio planea aumentar su asignación a estos productos en los próximos 12 meses.
«En un año en el que la volatilidad ha regresado a los mercados, los inversores recurrieron a los fondos cotizados para captar alfa, gestionar el riesgo, invertir de forma sostenible y acceder a liquidez en unas condiciones financieras más restrictiva. En el futuro, el dinamismo de la adopción de los ETFs que hemos visto en los últimos años se verá impulsado por una revolución en la forma en que se estructuran las carteras en Europa. La sensibilidad de los inversores a los costes, los cambios normativos, la modernización del ecosistema de la renta fija y el mayor acceso a herramientas de datos y análisis está sentando las bases del crecimiento futuro», afirma Brett Pybus, responsable del equipo de estrategia de inversión y producto de iShares para la región EMEA en BlackRock, que patrocina el estudio.
«Los datos que arroja el estudio elaborado por Greenwhich Associates son relevadores: los inversores institucionales aumentaron su exposición a los ETFs un 50% en 2018. Esto refuerza la tendencia de un interés creciente por parte de los inversores por la adopción de ETFs, especialmente es contextos de volatilidad y turbulencias en los mercados. La simplicidad operativa, sencillez y liquidez, fueron algunas de las características que los inversores apreciaron y que definieron el aumento de su exposición al producto. Los inversores españoles no han sido ajenos a esta tendencia y vemos cómo la industria de ETFs y gestión indexada continúa creciendo a buen ritmo», señala por su parte Aitor Jauregui, responsable de BlackRock Iberia.
«Además, ha resultado también muy interesante ver cómo los estándares de ESG están cada vez más presentes en la mentalidad de los inversores y casi la mitad de los encuestados espera que un 50% de sus activos esté gestionado según criterios ESG en los próximos cinco años. Actualmente cerca de la mitad de los encuestados recurren al ETF como vehículo para acceder a inversiones socialmente responsables y la tendencia sin lugar a dudas es positiva para los próximos años», concluye Jauregui.