Los nuevos activos netos correspondientes a ETFs europeos crecieron durante el tercer trimestre del año, beneficiándose del aumento del interés por parte de los inversores por la renta variable. En su informe de tendencias de flujos de ETFs durante dicho periodo, Amundi apunta que, sin embargo, la mayor parte de los flujos siguen concentrados en renta fija, que ha registrado cerca de 15.000 millones de euros de suscripciones en los últimos tres meses, con una clara preferencia por la deuda corporativa
Respecto a la renta variable, Europa acabó con el flujo de salidas que venía sufriendo desde hacía más de un año, registrando un saldo ligeramente positivo en el trimestre. “Pero los flujos de salida siguen siendo significativos, con 11.000 millones de euros”, asegura en un vídeo Nicolas Fragneu, responsable de especialistas en productos ETF en Amundi.
La renta variable estadounidense y global sigue siendo la favorita del mercado y continúa su tendencia positiva, mientras que los países emergentes han experimentado una inversión de tendencia: salen 3.000 millones de euros en el trimestre, frente a las entradas acumuladas de 5.000 millones de euros en el primer semestre.
El interés por los ETFs Smart Beta ha caído recientemente, aunque los factores defensivos aún cuentan con cierta popularidad. “Por otro lado, la tendencia hacia la inversión socialmente responsable (ISR) está muy viva: en el periodo se han recaudado 2.700 millones de euros, con lo que el total del año hasta la fecha supera los 6.000 millones”, asegura Fragneu.
Por último, destaca el buen comportamiento de los ETFs temáticos, que ofrecen una exposición transversal a determinados temas de inversión como, por ejemplo, la inteligencia artificial.
Renta fija: deuda corporativa, oro e ISR
En cuanto a la renta fija, sigue existiendo una clara preferencia por la deuda corporativa, que se ha beneficiado de más de 6.000 millones de euros de suscripciones a lo largo del trimestre. De hecho, Fragneu señala que, tras las recientes acciones de los bancos centrales europeos y estadounidenses, el rendimiento de la deuda pública ha disminuido significativamente, lo que ha obligado a los inversores a asumir más riesgos. Por ejemplo, en la zona euro, donde los tipos de interés están en niveles mínimos, el crédito representa más del 70% de la asignación total en renta fija.
“En esta clase de activos también hay una mayor demanda de ETFs que incluyen un componente ISR, con 1.200 millones de euros asignados a este tipo de productos desde junio”, agrega.
Respecto a las materias primas, el oro “sigue siendo el centro de atención”. En un contexto de mayor volatilidad y rendimientos negativos, supone un valor refugio, ofreciendo protección gracias a su baja correlación con los activos de riesgo. La asignación total a los productos asociados con el precio del oro supera ya los 5.000 millones de euros en los últimos 12 meses.