En Europa los principales consumidores de ETFs son los inversores institucionales, que mueven un 70% del mercado, frente a un equilibrio mucho mayor en Estados Unidos entre institucionales y minoristas, debido a la mayor madurez de esta industria. Por eso, y hasta llegar a ese punto, el mercado retail del Viejo Continente tendrá que crecer -en términos relativos- más que el institucional en los próximos años en lo que al consumo de ETFs se refiere, lo que no significa que gestoras de fondos, aseguradoras y fondos de pensiones dejen de hacerlo. De hecho, un reciente estudio de Greenwich Associates, encargado por BlackRock y bajo el título de «ETFs in the European Institutional Channel» (ETFs en el canal institucional europeo) desvela que la demanda de fondos cotizados por parte de los inversores institucionales de Europa continental aumentará casi un 20% en 2016.
“Un 55% de los inversores institucionales europeos ya utilizan los ETFs y seguirán haciéndolo y, del 45% que aún no lo hace, un 17% asegura que los utilizarán este año”, comenta Aitor Jauregui, responsable de desarrollo de negocio de BlackRock para España, Portugal y Andorra, en una entrevista con Funds Society. Por eso, en la entidad están convencidos de que en los próximos meses habrá un crecimiento importante en los fondos cotizados, que llevará el volumen de la industria europea de los 511.000 millones de dólares actuales al doble en solo tres años.
De hecho, actualmente la asignación a fondos cotizados por parte los inversores institucionales representa un 9,3% de sus carteras, un aumento del 7,2% frente a 2014 pero una cifra que tenderá a crecer más. Sobre todo, ante el apetito que muestran las gestoras y los fondos de pensiones a la hora de construir sus estrategias. Un 72% de las gestoras utiliza estas herramientas y son éstas las que mayor porcentaje de sus patrimonios totales asignan (10%) a ETFs.
Jauregui destaca que el 79% de las gestoras con fondos multiactivo cuentan con ETFs en sus carteras y que más de uno de cada cinco euros de las carteras está en ETFs, el 22% de su volumen. Además, alrededor del 25% de las gestoras ofrecerán, o tienen intención de ofrecer, una estrategia basada exclusivamente —o en su mayoría— en ETFs en el futuro, según el estudio presentado.
Una situación muy en línea con lo que ocurre en el mercado español donde, en un contexto de trasvase de capital de depósitos a fondos mixtos por parte de los inversores, las gestoras ponen a punto su oferta multiactivo utilizando también ETFs. “En esos productos, los fondos cotizados tienen una penetración altísima”, dice Jauregui. «De hecho, la encuesta revela que el 22% del patrimonio gestionado es a través de fondos cotizados». El experto, que recuerda que en España hay 700.000 millones de euros en depósitos, y que este año vencen 240.000 millones que en parte podrían ir a la industria de fondos, cree en el desarrollo y crecimiento de los fondos mixtos, potenciales canalizadores de ese apetito por los fondos, y que impulsarán a su vez el uso de ETFs. Ese uso es uno de los cinco catalizadores para los ETFs identificados por el estudio, junto a su uso estratégico, el avance los ETFs de renta fija, el éxito del Smart Beta o su uso como sustituto de los derivados.
Un uso más estratégico
Además de las gestoras, los fondos de pensiones europeos también muestran un apetito importante por los ETFs para materializar su asignación de activos, para sus fondos multiactivo y para ganar exposición a renta fija. Es decir, cada vez gestoras y fondos de pensiones hacen un uso más estratégico de los fondos cotizados. “El 69% de los inversores en ETFs los mantienen en cartera durante más de un año, y aún más tiempo en las gestoras y fondos de pensiones. Año a año, las instituciones tienen los ETFs durante periodos mayores y hacen un uso más estratégico”, explica Jauregui. Con todo, reconoce que las aseguradoras, que son las que menos los usan, hacen un uso más táctico: la mitad de ellas tienen los ETFs en cartera durante periodos menores a seis meses.
Jauregui recuerda cómo la utilización de este instrumento ha cambiado con el tiempo, pues si en un inicio los inversores los utilizaban con fines tácticos, por periodos cortos de tiempo y como modo de acceder a mercados nicho, hoy la situación es muy distinta. Además de un uso más dilatado en el tiempo, los ETFs se han convertido en herramientas de acceso a mercados de renta variable, pero aumenta su uso en términos de exposición a renta fija y también, como sustitutos de los derivados.
Auge los ETFs de renta fija
Según Jauregui, que cita el estudio, seis de cada 10 inversores en ETFs también están en fondos cotizados de renta fija. En España, el 50% de los flujos netos que captó la gestora en ETFs fueron a parar a este tipo de vehículos, debido a la inversión por parte de gestoras con productos multiactivo pero también por gestoras tradicionales de renta fija. Las razones de este auge se deben a un contexto de tipos muy bajos que favorece este tipo de soluciones, con comisiones más bajas que merman menos la ya escasa rentabilidad del activo, pero también por su liquidez en momentos de alta volatilidad. “Hace unos meses, cuando se produjo el cierre de reembolsos en algunos fondos de renta fija y high yield en EE.UU., el volumen de negociación de los ETFs de renta fija se disparó”, comenta Jauregui. El experto explica que el riesgo de iliquidez en estos mercados sigue sobre la mesa y recuerda que los ETFs cuentan con las emisiones más líquidas dentro de cada índice. “En momentos difíciles puntuales en este mercado, es una herramienta realmente eficiente, tanto para invertir como para deshacer posiciones”, explica.
Al preguntar a los inversores de ETFs de renta fija por qué los utilizan, el estudio desvela que el 72% lo hace por su facilidad de uso, el 69% por la liquidez y el 69% porque permiten diversificar frente a la inversión directa en bonos. Debido a todos estos factores, en BlackRock se muestran optimistas y estiman que, para 2025, el mercado mundial de ETFs de deuda, que ahora está en torno a los 500.000 millones de dólares, multiplique su volumen por cuatro, hasta los 2 billones. El patrimonio ya se ha multiplicado por 2,4 desde 2009, recuerda Jauregui, y la liquidez se ha multiplicado por cinco desde 2008, lo que supone un 31% de crecimiento anualizado en el volumen de negociación.
Además de la inversión en ETFs como forma de exponerse a este activo, otro uso estratégico que se le da es el de sustituto de los derivados. Casi la mitad de los encuestados sustituyó productos derivados por fondos cotizados durante el año pasado: un 17% lo hizo por su facilidad de uso y otro 17% por su eficiencia de costes. En el próximo año, el 41% de los inversores institucionales planean remplazar posiciones actuales en futuros de renta variable por un ETF, casi el 20% tiene intención de cambiarlos por posiciones en renta fija y un 10% espera hacerlo en sustitución de posiciones en materias primas.
En resumen, y además del uso como sustituto de los derivados, los inversores institucionales europeos suelen utilizar los fondos cotizados para acceder a mercados de renta variable, pues un 94% de ellos han integrado los ETFs en sus carteras de acciones. Más allá de la renta variable, el 60% de los inversores en ETFs recurren a ellos para acceder a mercados de renta fija y el 40%, para acceder a otras clases de activos, como las materias primas y los activos inmobiliarios.
Smart Beta: alfa en la gestión pasiva
Otro catalizador clave para el crecimiento de los ETFs en los próximos años es el auge de los productos de Smart Beta. “El Smart Beta va a seguir creciendo en un contexto como el actual de alta volatilidad porque permite optimizar la relación rentabilidad-riesgo”, explica Jauregui, y recuerda que la rentabilidad en los últimos tres meses ha batido a la de los índices genéricos. Preguntado sobre si el coste (mayor al de los ETFs tradicionales) puede ser una barrera, lo niega rotundamente: “Es normal que tengan mayor coste porque la ponderación es por factores, pero el inversor está dispuesto a pagar más, porque es una forma de obtener alfa con gestión pasiva”, dice, y cree en una coexistencia pacífica de fondos de gestión activa, Smart Beta y ETFs tradicionales.
En España, la demanda de las estrategias de Smart Beta se centra, dice, en las de mínima volatilidad sobre todo. En Europa, dice la encuesta, más del 20% de los inversores institucionales invierten en ETFs de este tipo (siguen índices que no ponderan por capitalización bursátil), siendo estos productos especialmente populares entre las gestoras (un 30% los usa). Los que más éxito tienen son los de mínima volatilidad, que usa un 86%; los multifactoriales que se adaptan al ciclo económico (un 43%) y otros de factores específicos que usa un 36% (value, pequeña capitalización, momentum, mejores fundamentales…). El 57% de los usuarios actuales de fondos Smart Beta prevén aumentar su asignación en el próximo año, y la mitad de ellos la aumentarán un 10% o más.
Roboadvisors, regulación.. otros catalizadores
Pero hay más catalizadores para que el uso de los ETFs se dispare en el futuro. La aparición y desarrollo de robo advisors en mercados como el estadounidense (en el que BlackRock compró FutureAdvisor recientemente, con el objetivo de que los intermediarios financieros puedan servir a sus clientes) podría ser otro catalizador, en la medida en que algunos echan mano de este instrumento, aunque en España prefieren los fondos indexados por temas de fiscalidad. Con todo, Jauregui cree que podría ser otro motivo de impulso. “El impacto de la tecnología en la industria es relevante y los gestores automatizados jugarán un papel importante”, añade.
Sin olvidar la regulación: “En países donde se ha implantado la RDR, como en Reino Unido, o legislaciones similares, como en Holanda, hay una tendencia hacia la gestión discrecional de carteras y también a ofrecer carteras modelo con comisiones de gestión más reducidas y en éstas, una forma de mantener el margen es a través del uso de productos con menos comisiones, como los fondos índice o ETFs, que conforman los portfolios junto a otros fondos de convicción y gestión activa”, explica Jauregui.
En el marco del estudio se encuestó a 123 inversores institucionales europeos sobre su uso y percepción acerca de los ETFs. De ellos, 68 utilizaban fondos cotizados y los 55 restantes, no. La base de encuestados estaba compuesta por 58 fondos de pensiones, 46 gestoras y 19 aseguradoras.
Lo que valora el inversor en los proveedores
Según el estudio, los inversores valoran la liquidez, la oferta, las comisiones, la innovación, la transparencia y el servicio que ofrecen sus proveedores de ETFs. La firma más valorada en Europa es iShares, donde un 91% utiliza sus productos por su liquidez, oferta, transparencia y tracking error. Le siguen a distancia firmas como DBXTrackers (con el uso por parte del 47%) y Lyxor (43%).