Los flujos en el mercado europeo de ETF fueron moderados en el mes de abril de 2015, tras haber registrado un excelente primer trimestre, según explica el el Barómetro mensual de Lyxor ETF.
Los flujos netos de activos ascendieron a 4.500 millones de euros durante el mes, una cifra un 16% inferior a la media anual. El total de activos gestionados ascendió a 460.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 27% con respecto al dato de finales de 2014, e incluye un impacto significativo de mercado (+18,5%). Los flujos en los ETF de renta fija se mantuvieron constantes, mientras que los flujos en los ETF de renta variable se desplomaron hasta los 959 millones de euros.
Las entradas procedentes de los países desarrollados registraron el descenso más pronunciado. La incertidumbre generada tanto por la situación en Grecia como por las perspectivas económicas incidió de forma negativa en los ETF europeos, y provocó una clara inversión de la tendencia de los flujos (por debajo de 149 millones de euros) después de tres meses consecutivos de entradas positivas superiores a 5.000 millones de euros.
En cambio, los ETF de renta variable japonesa siguieron mostrando fortaleza al alcanzar la cifra de 485 millones de euros (es decir, un 18% por encima de su media anual), al empezar a disiparse la desconfianza hacia la Abenomics. Las dudas sobre cuándo empezarán las subidas de tipos por parte de la Fed, junto con unos datos económicos negativos socavaron los flujos en los fondos de renta variable estadounidense (-46 millones de EUR). Los flujos en los ETF de los mercados emergentes se aproximaron a cero, como reflejo de la actitud expectante de los inversores en este ámbito, explica Marlène Hassine, directora de análisis de Lyxor ETF.
Los flujos de entrada en los ETF de renta fija se mantuvieron estables en 3.500 millones de euros. Los ETF de renta fija europea continuaron beneficiándose de la política monetaria acomodaticia del BCE. El entorno de tipos muy bajos/negativos en Europa ha favorecido a los ETF de bonos del Tesoro estadounidense, que marcaron un máximo anual al acumular 578 millones de euros, así como a los ETF de bonos de alto rendimiento que registraron flujos netos de activos por valor de 415 millones de euros. Los ETF de bonos corporativos siguieron sacando partido del «efecto de expulsión» creado por el BCE.
Las materias primas experimentaron unos limitados flujos de salida de 18 millones de EUR, negativos en el caso de los ETF vinculados al oro.