El no pensar en el ahorro en términos de objetivos vitales como pueden ser la jubilación, un cambio de coche o la compra de vivienda, y planificar cómo alcanzarlos a través de la inversión es una de las principales asignaturas pendientes de los españoles. Así lo señalan las conclusiones de una encuesta difundida por JP Morgan Asset Management con motivo del Día de la Educación Financiera, y realizada entre más de 1.300 ahorradores e inversores españoles para conocer sus motivaciones y actitudes ante la inversión financiera.
Sin objetivos
Solo el 17,2% de los encuestados por la gestora internacional afirma plantearse un objetivo concreto para sus ahorros o inversiones, y se planifica con cierto detalle para conseguirlo. De hecho, según muestra el estudio, una mayoría ni siquiera tiene como objetivo obtener rentabilidad por su dinero. Hasta el 43% de las personas que cuentan con algún tipo de producto de ahorro o inversión lo que más valora es no perder el dinero invertido, frente a solo un 25,8% que aspira a obtener la máxima rentabilidad, una muestra del camino que aún le queda por recorrer a los pequeños ahorradores e inversores a la hora de poner a trabajar su dinero de forma eficiente.
No se aprecian diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a plantearse para qué ahorran o invierten, pero sí hay diferencias en cuanto a la edad. Los menores de 45 años muestran una mayor tendencia a marcarse objetivos y planificar su ahorro, uno de cada cuatro lo hace (23,54 %), casi diez puntos porcentuales por encima de los mayores de 45 años, donde solo uno de cada 10 (14,32%) hace el ejercicio básico de cualquier plan de ahorro.
“La falta de preparación financiera puede estar en la base del marcado carácter conservador del inversor español, y en su reticencia a comenzar a invertir. Es un error común pensar que se necesita acumular una cantidad importante de dinero para invertir o que hay que ser un experto para adivinar la evolución del mercado. Lo importante es plantearse objetivos vitales (educación de los hijos, cambio de coche, jubilación…) como destino del dinero que ahorramos, y poner cuanto antes a trabajar ese dinero, es decir, invertir. Si además lo hacemos mediante un programa de aportaciones periódicas, por pequeñas que estas sean, se diluye el efecto entrada el mercado y nuestra sensación de riesgo”, afirma Francisco Márquez de Prado, Executive Sales en JP Morgan Asset Management.
Ni planificación
La ausencia de planificación es otra de las conclusiones del informe «y un reflejo de la preparación financiera entre la mayoría de la población a la hora de ahorrar e invertir», según recoge el comunicado de la firma. Casi la mitad de los encuestados (48,6%) realiza aportaciones a productos de ahorro o inversión solo de forma esporádica. De estos, casi la mitad solo invierte cuando cree que está ante una buena oportunidad de mercado, lo que da a entender que se deja llevar por el momento.
Únicamente un 29,5% dice realizar aportaciones periódicas, aunque sin mayor planificación y sin marcarse objetivos financieros. Las diferencias entre hombres y mujeres en este caso no son significativas. “Las aportaciones periódicas pueden ayudar a suavizar las fluctuaciones del mercado, al efectuarse cada aportación en un momento diferente con unas valoraciones diferentes”, comentan desde la gestora.
Tampoco para la jubilación
La improvisación también alcanza a una de las finalidades más habituales del ahorro y la inversión: preparar la futura jubilación. Casi la mitad de los consultados en España en la encuesta de JP Morgan AM (45,6%) afirma que no destina ningún tipo de ahorro o de inversión para complementar su jubilación.
En este caso sí se aprecian diferencias significativas por edad en cuanto a educación financiera, ya que solo un 40% de los menores de 44 años se plantean ahorrar o invertir para mejorar su jubilación, frente al 48% de los mayores de 44 años, y el 58% de los mayores de 55 años. Algo que no está alineado con los consejos de los expertos, que recomiendan comenzar a invertir con ese fin lo antes posible, dado que el tiempo es un aliado esencial en este caso.