Las mujeres españolas no invierten sus ahorros al mismo nivel que los hombres. Así lo desvela el estudio encargado por BNY Mellon, denominado Hacia una inversión más inclusiva: Cómo puede cambiar el mundo potenciar la participación femenina. El informe llega a la conclusión de que el 74% de las mujeres de nuestro país que cuentan con menores o adultos a su cargo no puede permitirse el riesgo de perder dinero con las inversiones. La razón reside en que, según el estudio, están centradas en la seguridad financiera de su familia a largo plazo.
Respecto al legado financiero, dos tercios de las españolas encuestadas aseguran que tener suficiente dinero para su jubilación es importante y un porcentaje similar, el 65%, declara relevante tener suficiente dinero para la educación de sus hijos.
En definitiva, el porcentaje de mujeres españolas que se sienten cómodas invirtiendo parte de su dinero es de tan solo el 23%, por debajo del 28% de media global y a años luz del 41% que presenta EE.UU. El 43% cree que invertir es algo para el futuro y no un ejercicio que haya que hacer en la etapa actual de su vida. Además, el 44% de las mujeres considera que la publicidad sobre inversiones está orientada o destinada a los hombres y algo menos de la mitad, un 46%, obtiene educación financiera en las redes sociales.
El obstáculo de la renta
La renta es uno de los obstáculos que limita la inversión de las mujeres. Las españolas creen que hay que disponer de 3.823 dólares mensuales, o 45.875 dólares anuales, para acometer estrategias de inversión. La cifra se adecúa a la media global, donde creen necesario unos 4.000 dólares mensuales, o 50.000 dólares anuales, antes de empezar a invertir.
El resultado de que las mujeres no estén presentes en el día a día inversor tiene consecuencias. El estudio calcula que, si las mujeres españolas invirtiesen al mismo ritmo que los hombres, habría al menos 41.000 millones de dólares más en activos gestionados por inversores privados a día de hoy. Además, las mujeres tienen una mayor propensión a realizar inversiones que tengan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, lo que implica que, si las mujeres españolas invirtiesen al mismo ritmo que los hombres, las inversiones con impacto positivo recibirían unos 24.000 millones de dólares de capital adicional.
Como conclusión, el estudio apunta que para fomentar la inversión femenina, la industria debe superar tres grandes barreras: la crisis de confianza, el obstáculo de la renta y la percepción de que invertir es una actividad de alto riesgo.