Unos 300 millones de dólares de cuentas de no residentes salieron de las arcas de los bancos de Miami en este primer trimestre de 2013, unas salidas que desde FIBA atribuyen a la aprobación de la Non-Resident Alien Interest Reporting Rule, una norma que obliga a las instituciones financieras estadounidenses a reportar los intereses pagados sobre las cuentas de los no residentes mantenidos en Estados Unidos, según explicó el CEO de Florida International Bankers Association (FIBA), David J. Schwartz, a Funds Society.
Esta norma salió adelante como parte de un esfuerzo de Washington para trabajar más de cerca con otros países en el intercambio de información para combatir la evasión de impuestos. La norma entró en vigor el primero de enero de este año.
En este sentido, Schwartz explicó, en una entrevista con Funds Society, que cuando se aprobó la norma en abril de 2012 tanto los miembros de la organización como la dirección de FIBA temían que se produjera una importante salida de capital, tal y como ha ocurrido. Schwartz cree que estas salidas obedecen más a una reacción inmediata ante la falta de claridad e información inicial, por lo que espera que se ralenticen en los próximos meses.
Los datos facilitados por FIBA proceden de un estudio de carácter privado realizado por la organización entre sus miembros para medir el efecto de la nueva regulación.
En cuanto a la salida de estos depósitos y trasladado al sentir de los clientes latinoamericanos, Schwartz matizó que la situación que viven algunos países de América Latina hace más vulnerables a ciertas personas ante la posibilidad de que se produzcan secuestros, extorsiones que ponga en peligro su vida. Éste reconoció que este temor hace que el intercambio de información entre países sea un tema sumamente delicado. «La inestabilidad económica y el temor a un riesgo físico contra las personas en ciertos países de América Latina preocupa si se produce un intercambio de información y esa información sale al público”.
La salida de estos flujos no solo puede atribuirse a esta norma, ya que también se encuentra en el radar de todos la ley FATCA. En este sentido, Schwartz hace especial hincapié en que ambas deben distinguirse y entenderse bien.
Respecto al intercambio de información entre gobiernos, el directivo recordó que todas las solicitudes de información deberán ser dirigidas al Departamento del Tesoro en Washington para su análisis, quien en último término se pronunciará sobre si el intercambio de información procede o no. Las solicitudes de intercambio deberán ser emitidas por cada país y sometidas al Tesoro, “que analizará si en el país de origen se va a mantener la información secreta”.
En este sentido, recordó que el pasado mes de septiembre Timothy Geither, el entonces titular del Tesoro, apuntaba en una carta dirigida a una congresista de Florida que había mostrado su preocupación ante la posibilidad de que Estados Unidos compartiera información de depósitos con Venezuela, que la nación latinoamericana no cumple con los requisitos necesarios para resguardar ese tipo de información en secreto. Para Schwartz la reacción del titular del Tesoro contribuyó a calmar la situación ante tanto temor.
En cuanto a la posibilidad de que sigan produciéndose salidas de capital, el directivo subrayó que Miami siempre seguirá siendo una plaza importante para el cliente latinoamericano porque “la gente siempre busca seguridad y Miami sigue siendo la alternativa número uno. Puede haber un poco de temor, pero lo más importante es la seguridad y por eso vienen acá”.
Schwartz agregó que desde FIBA buscan educar a los bancos y tranquilizar a la gente sobre lo que significan todos estos cambios regulatorios.
Respecto a FATCA, el directivo explicó que la gente entiende que FATCA está presente y que no va a desaparecer, aunque “todavía muchos están viendo como confrontarlo porque es bastante complicado. Ya han dejado de quejarse. FATCA no va a desaparecer y es evidente que forma parte de la transparencia global”, apostilló.
FIBA es una asociación comercial sin ánimo de lucro, fundada en 1979. Entre sus miembros figuran instituciones financieras de 18 países, en cuatro continentes, entre los que se encuentran algunos de los bancos más grandes de Europa, EE.UU. y América Latina.
El principal foco de negocio de los miembros de FIBA es Latinoamérica, incluyendo a la banca corresponsal internacional, las relaciones banco a banco con sus homólogos de América Latina, que contribuyen a facilitar el flujo de comercio entre el norte y el sur, así como la gestión internacional de patrimonio, servicios de banca privada para no residentes, incluyendo patrimonio y planificación sucesoria, entre otros.