La segunda parte del Estudio Global de Inversión 2018 de Schroders, que encuestó a más de 22.000 inversores de 30 países, 1.000 de ellos en España, reveló que los encuestados que temen que las inversiones sostenibles puedan resultar perjudiciales para las rentabilidades a largo plazo constituyen una minoría a escala global (25%).
Del mismo modo, únicamente un 25% de los inversores españoles afirma estar preocupado por que la inversión sostenible pueda lastrar sus resultados de inversión, lo que demuestra que los inversores están cada vez más convencidos de que obtener sólidas rentabilidades e impactar de manera positiva en el mundo son compatibles.
El factor que más frena a los españoles a la hora de invertir de esta forma es la falta de asesoramiento disponible de manera más amplia sobre inversiones sostenibles, un 29% lo afirma, y para un 26% de los inversores lo preocupante es la falta de información en cuanto a cómo los gestores de este tipo de fondos se relacionan con las compañías en las que invierten.
Con todo y con eso, el número de inversores españoles que no invierten de forma sostenible porque creen que ello mermaría las rentabilidades está por encima de la media de los inversores europeos, que son los que menos preocupación muestran a escala global (23%). Por países: los más preocupados en Europa son los rusos (29%) y los polacos (28%). Los menos preocupados en Europa son los franceses y los belgas (ambos 19%) y los daneses (18%).
El estudio confirmó que la inversión sostenible constituye una tendencia que continúa ganando adeptos en España ya que un 65% de los inversores ha aumentado sus asignaciones durante los últimos cinco años, por encima de la media europea (60%). Esta tendencia se incrementa de manera significativa en Portugal 69% y Francia 68%.
Los españoles asignan un 34% de su cartera a inversiones sostenibles, algo por debajo de la media europea (36%). En Europa, los que más porcentaje de sus carteras tiene en estas inversiones son los suecos, 45% de la cartera, y los daneses 43%. La región con más porcentaje del mundo es Estados Unidos, cuyos encuestados tienen una exposición a inversiones sostenibles del 47%. Otras regiones con asignaciones significativas son China y Sudáfrica, ambas con un 45%.
El crecimiento de esta tendencia concuerda con el 78% de inversores españoles que afirma que la inversión sostenible ha cobrado mayor importancia para ellos durante el mismo marco temporal, una vez más por encima de la media europea (74%) y mundial (76%). Un 85% de los portugueses afirma que estas inversiones son más importantes ahora, seguidos del 79% de tanto alemanes como polacos.
Diferencias generacionales
En concreto, las generaciones más jóvenes —sobre todo los millennials— son las que presentan una mayor probabilidad de haber aumentado su exposición a las inversiones sostenibles durante los últimos cinco años: un 73% de los jóvenes españoles de entre 18 y 36 años ha incrementado su asignación. Esta proporción se reduce sustancialmente en el caso de los mayores de 36, hasta situarse en un 60% para estos inversores.
Los millennials españoles también declararon asignar un porcentaje algo mayor de sus carteras a fondos sostenibles, 38%, frente al 31% en el caso de los inversores de mayores de 36.
Conocimientos financieros e inversión sostenible
Y lo que es más importante, los españoles que consideran poseer conocimientos superiores en materia de inversión muestran mayor tendencia a invertir de forma sostenible.
Un 76% de aquellos que afirmaron tener conocimientos de nivel experto ha aumentado su exposición a inversiones sostenibles durante los últimos cinco años. Este porcentaje contrasta con el 42% de los inversores que se define como principiante. Además, un 89% de los expertos afirma que la inversión sostenible ha cobrado mayor importancia para ellos durante estos años, en comparación con el 66% de los principiantes. Todo esto indica que la educación en este ámbito podría resultar fundamental a la hora de crear un sistema financiero más sostenible, aspecto que constituye una cuestión de creciente relevancia para los responsables políticos de todo el mundo.
Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal, afirmó: «Este estudio pone de manifiesto el rápido crecimiento del interés por las inversiones sostenibles. El hecho de que el 78% de los españoles afirme que han cobrado más importancia durante los últimos cinco años evidencia la relevancia que revisten para tanta gente. En concreto, resulta alentador observar que los españoles ya no parecen reticentes a invertir de forma sostenible ante el temor de que este enfoque pueda mermar sus rentabilidades. Las diferencias demográficas son interesantes: los millennials tienden a invertir más en fondos sostenibles que sus mayores (38% de su cartera vs 31%), aunque también llama la atención que los inversores con conocimientos más elevados muestren mayor predisposición a invertir de forma sostenible en todas las regiones encuestadas. Esto pone de relieve la labor que tenemos aún por delante a la hora de comunicar a todos los inversores las ventajas de la inversión sostenible. La industria aún tiene que destruir las barreras que disuaden a los españoles de adoptar este enfoque, lo que nos indica que es necesario mejorar la disponibilidad, la transparencia y el asesoramiento en el ámbito de los fondos sostenibles».