Después de que la división de wealth management de Morgan Stanley, y más recientemente, la de UBS, decidieran abandonar el pacto de reclutamiento, el conocido como ‘Protocol for Broker Recruiting’, Wall Steet Journal revela esta semana que, tras analizarlo detenidamente, Merrill Lynch seguirá siendo parte de el, en un movimiento poco esperado en la industria.
No en vano, junto con Citigroup y UBS, el banco fue uno de los artífices allá por 2004. El pacto fue creado con el objetivo de reducir el número de litigios sobre los acuerdos de no competencia. Reducía costes de transición y las malas experiencias de los clientes cuando un banquero cambiaba de firma.
Sin embargo, a estas alturas muchos en el mercado consideran que este acuerdo voluntario –que aglutina más de 1.600 jugadores del wealth management – ha supuesto un costoso pacto de caballeros para las grandes firmas, si tenemos en cuenta que durante años los más beneficiados han sido los pequeños brokers de la industria.
Tras Merrill Lynch, que forma parte de Bank of America, el mercado se pregunta quién será el siguiente y todas las miradas se posan ahora en Wells Fargo.
Uso oportunista
Morgan Stanley hilaba incluso más fino en su comunicado en octubre al decir que había detectado un uso oportunista del pacto.“Las firmas se han unido para realizar contrataciones estratégicas y luego se han retirado«, argumentaba al anunciar su salida y lanzar un programa interno para mejorar las condiciones de sus banqueros.
Y es que con los cambios regulatorios, los riesgos reputacionales y el aumento de los mínimos para los clientes, hemos asistido a fuerte movimientos de financial advisors hacia firmas independientes. Sin ir más lejos, Miami fue testigo el año pasado de la aparición de varios broker dealers independientes emergiendo con fuerza en el panorama del wealth management internacional.
En una reciente encuesta de Schwab Advisor Services, casi la mitad de los que participaban, el 41%, respondió que cree que el modelo independiente se diferenciará más significativamente de los modelos cautivos porque pueden ofrecer a los clientes una gama más amplia de servicios, como planificación tributaria, sanitaria y filantrópica, que caen fuera del ámbito de la gestión tradicional de una cartera.