El sector sanitario, que tradicionalmente había proporcionado a los inversores una fuente de crecimiento relativamente defensiva, está en plena expansión y cada vez más representa un porcentaje mayor del PIB global. La crisis del coronavirus, además, lo ha puesto en el foco de todas las miradas y su crecimiento en los próximos meses contrastará con el de otras industrias.
Pero más allá del factor temporal vírico, el ritmo de crecimiento de la demanda supera al crecimiento económico mundial debido a unos incuestionables factores seculares. El envejecimiento de la población y la inversión de la pirámide demográfica, la innovación tecnológica y el aumento de la riqueza en los países emergentes están presionando el incremento del gasto en materia de salud a nivel mundial. Estas tres megatendencias estructurales seguirán dando apoyo a un sector que, aunque no está exento de volatilidad, presenta unas alentadoras perspectivas de crecimiento.
En un análisis que publicamos en la revista número 22 de Funds Society Latinoamérica, analizamos cuáles son los principales fondos que operan en esta industria y que se beneficiarán de esas tendencias.
El proceso de disrupción tecnológica que ha experimentado el sector de la salud no es solo revolucionario, sino que también es evolutivo. Mientras que el primer término se relaciona con tecnologías de vanguardia como la terapia génica y la cirugía robótica, el segundo se aplica a una serie de avances en el sector como, por ejemplo, la cirugía mínimamente invasiva o el reemplazo de pruebas de punción digital para la diabetes por parches dérmicos que proporcionan un seguimiento continuo de los niveles de glucosa.
Desde las gestoras señalan la importancia de mirar más allá de las empresas de gran capitalización dentro del sector farmacéutico y biotecnológico para identificar oportunidades de inversión.
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