¿Cómo de verde es el verde? Esta pregunta se la hacen muchos inversores, conscientes de la cada vez más amplia gama de opciones de inversión responsable que existen, también en el caso de los bonos verdes. NN Investment Partners lleva activo en este mercado desde hace cuatro años y ha sido testigo de su crecimiento. Con 1.500 millones en activos bajo gestión, considera los bonos verdes una opción viable para aquellos inversores que buscan tener un impacto positivo. Pero, ¿cuáles son los beneficios de optar por un enfoque activo?
1. Capacidad para excluir bonos verdes controvertidos
Según la gestora, la falta de regulación de las prácticas de etiquetado en el área de los bonos verdes y la inconsistencia de datos disponibles generan un entorno en el que los emisores pueden aprovecharse de un sector en evolución. “Algunas empresas emiten bonos verdes sin intención alguna de abordar asuntos de sostenibilidad en su estrategia”, advierte en un reciente análisis.
Para poder identificar aquellas firmas con intenciones dudosas, primero, los inversores deben abordar los indicadores cuantitativos y cualitativos. Además del análisis de los fundamentales, NN IP ve necesaria una evaluación independiente de los factores ASG, algo que solo puede hacerse mediante una gestión activa.
“En segundo lugar, los inversores no deberían tomarse al pie de la letra que una emisión coincida con los estándares de los bonos verdes. Algunos emisores tienden a incluir categorías de proyectos que se ajustan a sus intereses particulares pero que son cuestionables en términos verdes y de impacto ambiental”, denuncia antes de señalar que, muchas veces, los verificadores externos pasan esto por alto. Por ello, los analistas y gestores de NN IP implementan sus propias investigaciones sobre las actividades de las empresas.
2. Mayor nivel de compromiso
A diferencia de sus homólogos pasivos, los inversores activos se comprometen con los emisores de bonos verdes. El diálogo constante les ayuda a tener un mejor conocimiento de la empresa y evita que adquieran activos que no son tan verdes como parece. Además, “el compromiso nos permite asesorar a emisores actuales y potenciales sobre las mejores prácticas de mercado para potenciar su sostenibilidad”, afirma.
En ese sentido, en la primera mitad de 2019, NN IP trabajó con 40 emisores de 9 sectores diferentes de todo el mundo y más de tres cuartas partes dejaron a la gestora “con una buena impresión”.
3. Informes de impacto y mayor transparencia
La presentación de informes de forma habitual y transparente se está convirtiendo en una poderosa herramienta en el espacio de los bonos verdes, asegura la gestora al apuntar que los gestores activos consultan estos datos e informan a sus clientes sobre el impacto potencial de sus inversiones.
“Sin embargo, pese a la necesidad de los inversores de contar con informes de impacto y las directrices del mercado como la Climate Bond Initiative (CBI), los Green Bond Principles (GBP) y la taxonomía de la UE, los emisores de bonos verdes solo tienen el compromiso voluntario de informar de su contribución al cambio climático”. Esto significa que los gestores pasivos no están obligados a abordar ninguno de esos aspectos, mientras que los activos buscan una mayor transparencia a través del compromiso con sus emisores.
4. Costes de transacción más bajos
La gestión activa genera más costes debido al mayor número de recursos que se necesitan para implementar estudios sobre los fundamentales de los emisores y los proyectos que buscan financiar. Además, los inversores activos utilizan el compromiso para supervisar los compromisos de sostenibilidad y articular informes de impacto.
Sin embargo, en lo que se refiere al rebalanceo de carteras, los gestores activos pueden tener una ventaja financiera, afirma NN IP. “Pueden adquirir nuevas emisiones, mientras que los pasivos tienen que esperar hasta que el bono entra en el mercado secundario y después comprarlo si forma parte del índice”. Según la gestora, esto permite reducir los costes de transacción (que no existen en el mercado primario) y permite a los inversores activos comprar emisiones atractivas antes que sus pares pasivos.
5. Posiciones menos concentradas
NN IP apunta que los inversores pasivos pueden verse forzados a asignar incorrectamente sus recursos. “Las ponderaciones de índices pueden hacer que favorezcan a emisores que no necesariamente merecen la cantidad de capital asignado a ellos”, señala, ya que los índices tienden a poner un mayor peso en los grandes prestatarios de bonos.
“Las gestoras activas como NN IP pueden ser selectivas y asumir una postura de alta convicción sobre sus inversiones tanto desde una perspectiva ASG como de los fundamentales”, apunta. Esto les permite construir carteras más diversificadas y menos concentradas, y apostar por aquellos bonos que ofrecen el mejor potencial de retorno e impacto.