Es poco probable que el intento de Venezuela de eludir las sanciones mediante la creación de una criptomoneda tenga éxito, afirma Moody´s en un informe que aborda también el impago de la deuda del país caribeño.
“Las sanciones han frustrado la capacidad del gobierno venezolano de reestructurar la deuda y han reducido las entradas de divisas que el gobierno necesita para pagar importaciones vitales de alimentos y medicinas, además de para cumplir con sus acreedores. Es muy poco probable que el gobierno pueda instituir exitosamente el llamado petro (la nueva criptomoneda) en medio de un empeoramiento de la agitación política y la mala administración económica que han exacerbado la severa y prolongada recesión del país, la más larga en su historia”, afirma la agencia de calificación.
Moody´s pronostica que el PIB real de Venezuela se contraiga aproximadamente en un 8,5% en 2017, en comparación con aproximadamente una contracción del 12% el año pasado y una contracción del 5,7% en 2015.
“La disminución de la producción de petróleo y el racionamiento de divisas, que colapsaron las importaciones y alimentaron una mayor inflación, están impulsando la recensión persistente. Pronosticamos que la economía volverá a contraerse el próximo año en un 4%. Además, el acceso al mercado transfronterizo altamente restringido, los elevados costos de endeudamiento externo y las sanciones económicas limitan la capacidad del gobierno para pedir prestado y realizar pagos de las obligaciones de deuda existentes”, añade.
La agencia de calificación de riesgo señala que a pesar de la gravedad de la situación el gobierno venezolano sólo ha llevado a cabo ajustes marginales: “El mercado cambiario DICOM, que determina el segundo y más débil tipo de cambio oficial, ha demostrado ser ineficaz para contener la depreciación del tipo de cambio no oficial (paralelo) en los últimos 12 meses debido a una baja asignación de divisas al sistema”.
Para Moody´s, la falta de credibilidad del gobierno venezolano hace difícil confiar en su capacidad para establecer un esquema de pagos para el petro.
“Aunque el gobierno probablemente buscó establecer el petro como una alternativa financiera a la emisión nuevos bonos (y eludir las sanciones de EE. UU.) en el contexto de la reestructuración propuesta de la deuda externa, la falta de credibilidad en la gestión monetaria socavaría sus esfuerzos. Además, la agitación política, la mala gestión económica generalizada y la supresión de los datos económicos (como se refleja en más de dos años de estadísticas oficiales del PIB faltantes) han socavado la credibilidad del gobierno entre los inversores extranjeros. Por ejemplo, los bonos internacionales venezolanos actualmente cotizan alrededor de 25 centavos por dólar, lo que indica una clara falta de confianza en la capacidad del gobierno para mantener los contratos internacionales”.
Para la calificadora, incluso si el gobierno de Caracas fuera capaz de establecer una moneda virtual, los actores del mercado no pueden confiar en una administración transparente y fiel de la nueva moneda.