La escala y el tamaño del negocio sí que importan en la industria de gestión de activos. Según indica el último informe elaborado por Piper Sandler sobre la evolución del sector de cara a los próximos 10 años, pese a que los activos bajo gestión aumentan (un 8% de crecimiento desde 2008), los márgenes operativos se van estrechando, lo que convierte a la escalabilidad del negocio en un aspectos clave para liderar la industria.
“El crecimiento de las soluciones de inversión pasiva ha golpeado a la industria provocando un aumento del escepticismo sobre la capacidad de los gestores activos de compensar las comisiones que reciben. Las menores comisiones y un pobre crecimiento orgánico ha impactado en los ingresos, en cambio, simultáneamente, han aumentado los gastos en distribución y tecnología. Todo ello presiona los beneficios de las firmas”, apunta el documento.
El informe señala que para tener éxito en este contexto, la escalabilidad del negocio y el tamaño de las compañías no solo son relevantes sino “críticos” para prosperar. “Una mayor organización en la distribución permite a las gestoras retener mejor los activos y hace más eficientes la distribución a través de nuevos canales o en regiones geográficas. Además, un balance más fuerte permite a las gestoras adquirir otras firmas, invertir en tecnología para sus fondos y considerar nuevas o diferentes estrategias para distinguirse del resto de competidores del mercado. En este entorno tan competitivo, las gestoras se dan cuenta que la escalabilidad no es una ambición a la que aspirar, sino un requerimiento”, destaca.
Los beneficios y las ventajas competitivas que aporta la escala y el tamaño de las gestoras se observa claramente, según señala el informe, en la fortaleza que tienen su negocio de distribución. “Esto permite a las gestoras no solo generar nuevos activos, sino retener los que ya tiene bajo su gestión. Durante la última década, aproximadamente, el 10% de los fondos retenidos cada año fue capaz de generar cinco años de flujos de entradas positivas durante los cinco años siguientes”, defiende.
Además de esta reflexión, el informe identifica cuáles serán las dinámicas fundamentales que impulsarán la industria durante la próxima década que, en pocos días, daremos comienza. Entre los principales catalizadores, señala el “terremoto demográfico”. Según indica, se está produciendo un importante cambio: la generación de los baby boomers pasan de ahorrar a gastar, mientras que la generación millennial tiene una forma diferente de alcanzar sus objetivos, muestra nuevas preferencias y tienen un nivel de riqueza diferente al de sus padres y abuelos. “Las gestoras tienen que gustarse a su nueva base de cliente y tener en cuenta que los intermediarios se están consolidando y esperan más de los gestores, lo que hace que los grandes fondos de activos sean más difíciles de alcanzar”, advierte.
El otro “terremoto” que identifica el informe es el generado por la tecnología, que está transformando todos los aspectos de la industria de gestión de activos. Reconoce que las gestoras no están preparadas para gastar entre el 10% y el 15% de sus ingresos en mantener e invertir en tecnología, aunque ellas mismas reconocen que encuentran sus herramientas en “la edad de piedra”.
Alimentar las herramientas tecnológicas, el análisis y los datos del mercado están ganando importancia entre las gestoras. Según el antiguo paradigma, los equipos de distribución solo necesitaban datos que les ayudasen a encontrar perspectivas, pero ahora necesitan datos individuales para customizar las diferentes perspectivas. Es más, los datos que usan los equipos de inversión no provienen solo de las fuentes tradicionales, por lo que acceder a nuevos datos de otras fuentes se ha convertido en “un asunto más caro”.
El informe indica que esta inversión en herramientas tecnológicas no solo es para lograr datos y mejorar su oferta de productos, también para aumentar la conexión con el cliente y darle un trato diferente: cercano, personalizado, totalmente accesible a la firma y aportándole información. “Los clientes se benefician de una mayor customización de su servicio al igual que ocurre en otras industrias, por lo que ellos esperan el mismo nivel de tecnología y digitalización de sus gestoras”, destaca en sus conclusiones.
Por último, señala como tendencia clave la sostenibilidad. Según explica, ésta ha pasado de ser un “requerimiento” a ser parte esencial de la construcción de las carteras, del diseño de los productos de inversión y de la gestión del riesgo, además de ser parte del ADN de muchas gestoras.
Un ejemplo de esta tendencia es que la demanda de estrategias que incorporan factores ESG ha aumentado considerablemente. Sin embargo, advierte el informe, el éxito de esta tendencia no debe traducirse solo en la proliferación de soluciones de inversión sostenibles, sino que debe producir un cambio de cultura en las gestoras.
“Hay que tener en cuenta que”, matiza el informe, “los inversores no quieren solo que sus gestores inviertan en compañías con unas fuertes características ESG, sino que quieren que usen su influencia para presionar a las empresas y que sean aún más sostenibles. En este sentido, se pide que las gestoras sean proactivas en sus relaciones con las empresas en las que invierten y ayuden a ser parte del motor de cambio del entorno actual y a largo plazo”. Eso sí, sin que las inversiones logren peores rendimientos.
¿Por dónde crecerá la industria?
Con estas dinámicas sobre la mesa, el informe señala que la industria tiene una clara oportunidad de crecimiento en la creación de nuevos productos, tanto sostenibles como alternativos y, sobre todo, sostenibles, así como en los nuevos perfiles de inversores, en particular los millennials y las nuevas generaciones. Todo esto irá acompañado, según el informe, de un movimiento de consolidación y concentración, que ya hemos visto durante los últimos años.
“Después de una década con un fuerte desempeño de los mercados y una economía sólida, muchas gestoras se encuentran en una encrucijada. Mientras han celebrado la lluvia de beneficios gracias al tirón del mercado, simultáneamente, muchas firmas han usado su fortaleza para sustentar su base de activos y buscar el liderazgo dentro de la industria”, apunta.
En este sentido, destaca que a largo plazo habrá un límite en el número de pequeñas gestoras y grandes firmas diversificadas dentro del ecosistema de la industria. “Muchas compañías han notado la presión de todo este entorno y de sus capacidades y han optado por operaciones de compra y adquisición para sobrevivir y mejorar sus capacidades. Al mismo tiempo, las firmas más exitosas del mercado han usado esta forma de crecer para tomar una posición de liderazgo de cara al futuro”, matiza el informe.