La abuela, Mary Muzicant de Sola, fue la primera mujer de Uruguay en ocupar un puesto de gerente comercial en una institución financiera, su hija es Flavia Sola, Senior Vice President, Financial Advisor en Atlantis, y la tercera generación se llama Belén Bouzada, flamante analista de información financiera por la Universidad ORT. Juntas han analizado el devenir del sector en un trabajo académico que compartieron con Funds Society.
Y en tres generaciones, la industria financiera uruguaya se ha feminizado. Mientras que la participación de las mujeres no llegaba al 20% en los años 80 del siglo XX, actualmente representan un 50%. Pero el ascenso a los puestos de responsabilidad sigue siendo de unos 15 años tanto ayer como hoy, lo que muestra que las oportunidades de liderazgo no han ido creciendo.
El trabajo “Mujer y Liderazgo” realizado por Belén Bouzada (tercera generación) y Agustina Maceira, bajo la supervisión de la profesora Ximena Fernández, muestra que, según los testimonios de Mary Muzicant y Flavia Sola, el mayor desafío de las mujeres en la profesión sigue siendo el mismo: que los hombres vean a las mujeres como un par, una colega más.
Lograr el respeto, o más bien luchar contra la falta de respeto, siguen siendo un reto para las mujeres en los trabajos ligados a las instituciones financieras.
Artículo publicado en El País de Uruguay el 14 de noviembre de 1982
Pero tanto Mary como Flavia reconocen avances: los jefes dan más oportunidades a las mujeres y las nuevas generaciones (a partir de los 28 años) tienen ahora más espacio para crecer.
Los estereotipos siguen existiendo, pero Flavia explica que en Latinoamérica la vestimenta ya no es juzgada, algo que no pasa en Estados Unidos, donde los códigos (trajes, polleras por las rodillas) se mantienen.
En el mismo trabajo, altos cargos de JPMorgan Chase o Bank of New York Mellon destacan la importancia de que las mujeres que llegan a puestos de dirección apoyen y patrocinen a las más jóvenes, quienes suelen tener pocos modelos dentro de las esferas de poder.
El estudio también profundiza en el controvertido tema de las cuotas femeninas y concluye que, aunque las cuotas obligatorias tienen cierto grado de eficacia (la ONU las considera un acelerador), no son suficientes para equilibrar las representaciones de género.
Un informe del Banco Central de Uruguay (BCU) realizado el 31 de diciembre de 2020, muestra que la distribución del personal según profesión y sexo en el sector contable es de 48% de mujeres y 36% de hombres. Según función y sexo en el sector financiero, 65% pertenece a personal femenino mientras que el 35% restante a hombres.
En la misma línea, en términos proporcionales, los hombres poseen una mayor participación en cargos de supervisión, mientras que las mujeres lo hacen en cargos relacionados a la administración de la organización. Esta brecha se puede observar en la comparación porcentual de remuneraciones promedio de las mujeres respecto a los hombres, que a nivel administrativo es de 108% mientras que en los servicios generales ocupa una proporción de un sexo en 92%.
Según la ONU, la sociedad uruguaya debe trabajar en tres ejes imprescindibles para mejorar la situación de las mujeres: mejorar la participación en política y cargos de decisión, promover prácticas de igualdad en las empresas y el apoyo de políticas públicas para hacer frente a los altos índices de violencia basada en género que se registran en el país.