La publicación de las actas de la última reunión del FOMC de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) indica que el Consejo de Gobernadores de la Fed experimenta importantes divisiones. Lo que está claro es que gana el discurso de la moderación, que apuesta por un menor número de subidas a lo largo del año para no dañar el ciclo económico estadounidense.
Según señala Olivier de Berranger, director de gestión de activos de La Financière de l’Echiquier, parece haberse formado dos bandos. “Por un lado, están los que estiman que una nueva subida de los tipos sólo debería producirse en caso de una inflación mayor de la prevista. Y por el otro, los que piensan que este incremento será necesario si el crecimiento sigue evolucionando a niveles sólidos, aunque la inflación permanezca moderada. Estas divisiones refuerzan la impresión del behind the data, es decir una Fed que navega a la vista y que condicionará sus decisiones sobre política monetaria a las publicaciones económicas”, explica De Berranger.
Amundi también apunta a esta división en el seno del FOMC, según refleja en un informe del mes de marzo Licencia para ‘value hunting’. “Con respecto a la Fed, varios miembros del FOMC expresaron abiertamente sus dudas sobre la necesidad de volver a subir las tasas. La estrategia esperar y ver se ha convertido en la consigna. Además, las actas confirman que la Fed tiene la intención de mantener un balance general mayor del que se esperaba hace unos pocos meses. El resurgimiento de los riesgos internos y externos –China, eurozona, Brexit, y tensiones comerciales– explica este cambio. Hay demasiadas incógnitas para continuar con la normalización monetaria, especialmente porque la inflación sigue contenida y los costes laborales unitarios están disminuyendo”.
Una de las principales claves a las que se enfrenta la institución monetaria es acercar en cómo gestionar su estrategia para alcanzar sus objetivos de inflación. En este sentido Joachim Fels, asesor económico global de PIMCO, defiende que su previsión de que la Fed podría adaptar sus objetivos de inflación para fomentar periodos de moderación ha ganado terreno entre los pesos pesados de la institución, que se plantean ahora marcar unos objetivos superiores de inflación.
“Nuestra interpretación del cambio de la Fed hacia una postura de política de esperar y ver más paciente, que mostró en la reunión de enero del FOMC, se reforzó hace semanas. Si bien una modificación oficial de la estrategia de metas de inflación no es inminente, me parece probable que la Fed, mientras tanto, se comporte como un objetivo de inflación promedio cerrado, lo que implica que no solo tolerará sino que fomentará un modesto aumento de la inflación. La razón es que la inflación se ha mantenido por debajo del objetivo durante mucho tiempo, lo que ha llevado a bajar las expectativas de inflación a largo plazo a niveles indeseablemente bajos”, apunta en su análisis Fels.
Para la mayoría de las gestoras, lo importante es que la Fed dé un mensaje claro porque restará volatilidad al mercado. En la medida que las políticas de la Fed se estabilicen, los mercados se calmarán. Ahora lo que estamos viendo en el mercado es que los diferenciales a plazo del tesoro se están ampliando por encima de los vencimientos a 5 años, pero por diferentes razones en diferentes intervalos.
Según el análisis sobre los mercados de renta fija elaborado por Legg Mason, “ha sido un año de altibajos para el presidente de la Fed, Jerome Powell, cuya claridad de comunicación ha sido una bendición mixta. Cada cambio de dirección en la política de la Red se estableció claramente, pero aún así se produjo cierta incertidumbre en los mercados financieros, lo cual se reflejó en las acciones y en los bonos, y las decisiones de las corporaciones sobre cómo presupuestar las futuras inversiones de capital”.