atl Capital ya tiene en sus fondos 380 millones de euros, una cifra que aumentará debido a la nueva fiscalidad a la que se enfrentan las sicavs, ya que la gestora, que acumula 61 millones en estos vehículos, tiene la intención de disolverlas. Gran parte irá a fondos perfilados y en algún caso a algún compartimento, según ha informado Jorge Sanz, presidente ejecutivo de atl Capital. Además, la compañía está de celebración por haber conseguido un dato histórico al obtener en 2021 3,1 millones de euros en beneficios, una cifra jamás alcanzada en sus 19 años de historia.
Entre sus objetivos para 2022, se encuentra llegar a los 2.500 millones de euros bajo gestión, con un aumento de 160 millones en banca privada y de 100 millones en negocio institucional. Actualmente, superan los 2.200 millones.
Este año, la entidad también continuará con su plan estratégico de crecimiento enfocado a potenciar la digitalización y el desarrollo tecnológico con el fin de ofrecer un servicio más eficiente y sostenible a sus clientes, junto con el refuerzo de sus áreas de negocio más estratégicas como son planificación financiera y grandes patrimonios, en la que ha se incorporado José Manuel García Martí, socio de la compañía, al equipo.
Para cumplir estos objetivos de crecimiento, atl Capital aumentará su equipo de profesionales, tal y como ha hecho recientemente, con la incorporación de siete banqueros privados a sus oficinas de Madrid. “Queremos hacer la compañía más grande invirtiendo en personas y tecnología, seguiremos contratando y reforzando áreas concretas”, ha señalado Guillermo Aranda, consejero delegado.
Un crecimiento sostenido y sincronizado
En lo que respecta a macroeconomía, Ignacio Cantos, socio-director de atl Capital, señala que la inflación y cómo reaccionen los bancos centrales es “el tema del año”. “Los estímulos parece que se van acabando, pero vemos un riesgo en los posibles errores de política monetaria que podrían conducir a una recesión”, advierte. Asimismo, la geopolítica, con el conflicto de Rusia y Ucrania y el de China y Taiwán, también supone un riesgo para tener en cuenta, este último además con efectos directos en las cadenas de suministro.
Como escenario principal, la entidad espera un crecimiento global del 4,5% y bastante sincronizado entre las distintas regiones. “Si además hay un alivio de las cadenas de suministro creemos que las empresas ganarán dinero de una manera saneada y esos ingresos nos invitan a pensar que los activos de riesgo son dónde más seguros estarán nuestros clientes”, añade Cantos. Respecto a la inflación, tomando las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), esperan una caída en la segunda parte del año con niveles más en la media. Con una inflación entre el 2% y el 3%. “Si esto se cumple pensamos que no será un mal año para la renta variable”, apunta Cantos.
Posicionamiento
En este contexto, atl Capital considera conveniente dotar las carteras de inversión con activos de riesgo, en consonancia con el perfil del inversor. El objetivo es neutralizar el impacto de la inflación en las inversiones, principalmente en las carteras más conservadoras, y aprovechar el impulso de la economía y su reflejo en el incremento de los beneficios empresariales. La recomendación es diseñar carteras globalizadas y con una correcta diversificación ya que no se descarta que se repitan episodios de volatilidad en el año como los registrados en las primeras semanas. “Es importante que el inversor esté en el perfil de riesgo adecuado para poder soportar estos posibles escenarios de volatilidad”, señala Cantos.
En renta fija, y fundamentado en el cambio de tono de los bancos centrales y el comportamiento de la inflación, la entidad mantiene una posición claramente defensiva en términos de duración de las carteras. “Al igual que en 2021, vemos los tipos de interés más arriba que los niveles actuales, sobre todo en la primera parte del año. Por ello, vemos poco valor en la deuda soberana y en el crédito corporativo de alta calidad crediticia”, explica Félix López, socio y director de atl Capital.
atl Capital ante las expectativas de crecimiento económico, ve oportunidad de inversión en el crédito corporativo high yield y en mercados emergentes por sus mayores diferenciales frente a la deuda soberana. En ambos casos, con un perfil de duración o vencimiento focalizado en el corto plazo. «En un año como este, estamos convencidos que hay que ser más selectivos que nunca, ampliar las categorías de inversión en renta fija, dando entrada, por ejemplo, a bonos convertibles y renta fija china, para descorrelacionar las carteras y diversificar, si cabe aún más, los riesgos», puntualiza.
Con respecto a la renta variable, los gestores de atl Capital estiman que 2022 puede ser un año positivo para las bolsas si continúa la inercia del comportamiento positivo de los beneficios empresariales registrada el pasado año. Con una estimación de crecimiento de los resultados de las empresas entre el 8%-12%, la clave estará en la capacidad de las compañías de trasladar los incrementos de los costes de producción al consumidor y mantener los márgenes. “Todo depende de que la demanda sea robusta y por el momento, está siendo”, señala Mario Lafuente, socio director de atl Capital. Una subida de beneficios empresariales que también neutralizaría el impacto de la subida de tipos en algunas compañías por el efecto de la inflación ya que compensaría la contracción de los múltiplos, un movimiento usual con las variaciones de tipos al alza.
Para 2022, atl Capital recomienda evitar los segmentos de mercado con valoraciones más elevadas ya que en un entorno en el que se tenga que renovar la base inversora podrían tener problemas. “Creemos que los sectores más beneficiados para la primera mitad del año podrían ser energía y bancos. Sin embargo, si surten efecto las políticas monetarias debido a la moderación de la inflación, las perspectivas sobre ambos grupos podrían cambiar en la segunda mitad, sobre todo en el caso de energía”, señala Lafuente.