El universo ESG, es decir, los activos bajo criterios ambientales, sociales y de buen gobierno, continuará su fuerte desarrollo en términos de tamaño y sofisticación, generando nuevas oportunidades de inversión para los inversores de renta fija en Europa, según concluye el informe “The Cerulli Edge-European Monthly Product Trends”.
El informe destaca que, a pesar del continuo crecimiento y la creciente especialización de la propuesta de valor ESG en Europa en los últimos años, a finales de 2021, la mayoría de los activos de inversión responsable se mantenían en productos de renta variable. Sin embargo, apunta que se está trabajando mucho en desarrollar nuevos segmentos de renta fija, como en el sector inmobiliario y en los mercados privados, para ampliar la oferta de fondos y estrategias de inversión.
“La brecha entre el volumen de activos en renta variable y otros productos ESG seguirá reduciéndose a medida que las gestoras encuentren nuevas formas de aplicar las consideraciones ESG en la renta fija. La mayor disponibilidad de índices de bonos verdes ha contribuido al crecimiento del mercado», señala Fabrizio Zumbo, director de análisis de gestión de activos y patrimonios europeos de Cerulli Associates.
En 2021, varias gestoras de activos cambiaron los índices de sus fondos por equivalentes ESG y, según observan desde Cerulli Associates, más firmas de inversión seguirán sus pasos. La emisión europea de bonos y préstamos sostenibles aumentó un 89% en 2021, y casi se duplicó, pasando de 396.400 millones de euros (432.700 millones de dólares) en 2020 a 749.800 millones de euros el año pasado, según la Asociación de Mercados Financieros de Europa. Esto representó el 20,2% del total de las emisiones de bonos europeos durante el año, frente al 9,3% de 2020.
“El interés en el mercado de crédito sostenible también se ha visto respaldado por una mayor actividad de desarrollo de productos en toda Europa por parte de los gestores de activos y de los proveedores de ETFs que operan en la región», añade Zumbo.
Según identifica el informe, las gestoras europeas han modificado y ampliado sus productos de renta fija ESG en respuesta a la creciente presión externa para invertir de forma responsable y a la creciente demanda de los inversores europeos. A finales de febrero de 2022, más del 35% del universo de fondos de renta fija europeos (incluidos los fondos de inversión y los fondos cotizados) estaba clasificado como artículo 8 o artículo 9 en virtud del Reglamento de Divulgación de Información sobre Finanzas Sostenibles (SFDR) de la UE. Algo más de un tercio estaba clasificado como artículo 8 o artículo 9, y sólo el 2,3% de los activos totales de fondos de renta fija gestionados en Europa se encontraba en productos del artículo 9.
Por último, según el documento de Cerulli, la inversión en ESG, especialmente en bonos soberanos, plantea retos adicionales. “Las gestoras suelen adoptar marcos para excluir a los países cuyos sistemas políticos y civiles no favorecen el crecimiento sostenible, y a menudo excluyen a las naciones más pobres. Esta actividad corre el riesgo de crear una mayor divergencia entre las naciones desarrolladas y las que están en vías de desarrollo. Por lo tanto, las supranacionales tienen un papel fundamental que desempeñar en el desarrollo de los mercados de deuda ESG para apoyar proyectos de impacto positivo, especialmente en los países en desarrollo”, explican.
En este sentido, en Europa ya está muy involucrada en la actividad de los bonos verdes. La UE emitió su primer bono verde el año pasado, recaudando 12.000 millones de euros. La actividad en los Estados miembros individuales precedió a esto, con Francia emitiendo sus primeros bonos verdes soberanos en 2017 y Noruega haciendo lo mismo hace más de una década. Polonia lanzó sus primeros bonos verdes en 2019, seguida de Hungría en 2020 y Serbia en 2021.