La forma de ahorrar de los españoles, principalmente en activos inmobiliarios y depósitos, ha sido válida hasta ahora, en un entorno en el que el Estado era capaz de pagar unas pensiones suficientes. Pero, de cara el futuro, es necesario un cambio: “Hemos aprendido que la vivienda también puede bajar de precio, y que incluso se pueden encontrar dificultades de cara a su venta. Además, viviremos más años tras la jubilación y, ante las presiones demográficas y el endeudamiento público, el Estado ofrecerá una pensión muy inferior a la actual”, según Carla Bergareche, directora general para España y Portugal de Schroder Investment Mangement. «Hemos de tomar responsabilidad sobre el propio futuro y conciencia de la necesidad ahorrar a largo plazo”, decía, en el marco de la presentación del estudio “Las nuevas Tendencias del ahorro en España”, del Observatorio del ahorro a largo plazo, en el que participan BBVA AM, JP Morgan AM, M&G Investments, Mirabaud AM y Schroder Investment Management.
“Aunque el sistema no ofrece incentivos y no hay factores que ayuden en esa transición, no queda más remedio que evolucionar desde el ahorrador al inversor, teniendo en cuenta la situación de la Seguridad Social y la necesidad de ahorro. Y cuando antes se comience, mejor, gracias a los efectos del interés compuesto a largo plazo”, explica Javier Dorado, director general de JP Morgan AM. “Hemos de cambiar la forma de ahorro, desde el inmobiliario y los depósitos hacia productos financieros, aunque ese cambio no será rápido y llevará su tiempo, pero se van dando pasos”, comentaba Alicia García Santos, desde M&G Investments.
Porque hay una oportunidad para ello, para que los españoles pasen de ser ahorradores a inversores, una transición en la que los fondos están destinados a jugar un papel crucial: “Con los depósitos al 4% era muy difícil ser inversor, pero hoy, con sus rentabilidades casi nulas, es más factible y es la oportunidad de los fondos de inversión”, decía Sergio Míguez, profesor de IEB y director de Relaciones Institucionales de EFPA España, director del estudio, elaborado a partir de 2.000 encuestas entre ahorradores de todo el territorio español.
Un camino lleno de retos
El camino no es fácil, sin embargo: en primer lugar, por los hábitos de ahorro que tienen los españoles actualmente (donde falta diversificación, hay mucha concentración en depósitos…), por el conocimiento de los fondos –que mejora, pero hay muchos retos por delante-, por la escasa disposición a contratar a un asesor y por la falta de información en temas como su jubilación futura. “Existe una obligación, desde 2011, de informar a los ciudadanos sobre la pensión futura que van a recibir pero aún no se ha dado el paso de llevarlo a la práctica. Esperemos que lo haga el nuevo Gobierno, porque sería clave para corregir el desconocimiento y crear concienciación de la necesidad de ahorrar a largo plazo”, añadía Angel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, pidiendo también una fiscalidad más favorable para las aportaciones a los productos de ahorro a largo plazo y en el asesoramiento financiero.
Los hábitos de ahorro de los españoles también deben mejorar mucho para que se produzca esa transición. Según el estudio, el 77% de los españoles no acudirían a un asesor financiero, el 50% del ahorro se hace a través de depósitos y el 27% tiene una opinión desfavorable sobre los fondos, aunque casi todos reconocen la necesidad de ahorrar a largo plazo (el 96%), están preocupados por la pensión futura (77,5%) y tres cuartos creen que el ahorro a largo plazo es más rentable.
“Las nuevas tendencias del ahorro muestran que la inversión a largo plazo acaba proporcionando una mayor rentabilidad al inversor, siendo los fondos de inversión los instrumentos con mayor porcentaje de encuestados que abogan por la mayor rentabilidad de la inversión a largo plazo (85%)”, explican los autores del estudio. Raimundo Martín, director general de Mirabaud Asset Management, indica que “el español medio tiene claro que debe ahorrar a largo plazo, que es más rentable a medida que aumentamos el tiempo de inversión y que no confía en el futuro del sistema de pensiones. El ahorro de las familias españolas respecto a la media europea sigue mostrando una inversión muy inferior en planes de pensiones y seguros, muy superior en depósitos y un menor peso de fondos de inversión y acciones cotizadas”.
Respecto a los instrumentos para canalizar el ahorro, el depósito sigue siendo favorito, hasta un 49% usa este canal. En menor medida están los planes de pensiones con un 42% frente a un 29% a través de fondos de inversión. El ahorro vía acciones y fondos de inversión es significativamente preferido por los mayores de 55 años (un 33% lo hacen). Y otro reto es la diversificación de la cartera: el 53% declara no invertir en fondos y el 21% manifiesta tan solo tener un fondo en la cartera; además, el estudio destaca que los españoles apuestan claramente por el mercado local: un 51% declara invertir en España, el 14% en Europa, el 6,4% en EE.UU. y, el 6,5% en otros mercados internacionales. “Invirtiendo solo en los mercados locales, los inversores pierden oportunidades y no solo para obtener rentabilidad sino además para reducir el riesgo”, dice Dorado, que propone como solución una buena diversificación y las carteras multiactivo. “Una forma muy eficaz de adquirir exposición a la mayor rentabilidad potencial de los mercados financieros mundiales es a través de estrategias de inversión multiactivo. Esto significa invertir en una amplia gama de oportunidades entre distintas clases de activo que, de forma conjunta pueden ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos de inversión sin asumir riesgos con los que no se sienten cómodos”, añade.
Otro gran problema es el desconocimiento: desglosando por productos, de los resultados se desprende que aún queda camino por recorrer en términos de comunicación para promover el conocimiento de los fondos de inversión. El 26,6% dice tener una opinión “desfavorable” sobre estos productos y el 19% manifiesta no tener si quiera opinión sobre ellos. Un 42% declara desconocer sus ventajas frente a otros instrumentos de ahorro.
Soluciones, propuestas y la importancia del asesor
Como propuestas para ayudar al ahorrador a convertirse en inversor, y a cumplir sus objetivos (porque “el verdadero riesgo es no cumplir objetivos”, según Míguez), los expertos abogaron en primer lugar por la importancia de contar con un asesor financiero, pues consideran una deficiencia en el ahorro que el 77% de los encuestados no se planteen acudir a un asesor profesional para buscar consejo y guía en la planificación y diversificación del ahorro. “La no búsqueda de asesor es un dato muy relevante. Hay que diferenciar siempre entre comercialización y asesoramiento y este último es ahora más importante que nunca ante la difícil situación de los mercados”, comenta Bergareche, teniendo en cuenta además que el asesor ayuda a eliminar sesgos personales que no sabemos que tenemos y que nos perjudican.
Otro consejo es tener disciplina a la hora de ahorrar. Alicia García considera que hay que tener disciplina, que aporta rentabilidad y tranquilidad, y saber asumir riesgos: “Quien invierte con éxito a largo plazo, con la intención de ampliar el valor de su patrimonio a lo largo de muchos años, no actúa en base a cada movimiento del mercado que eleve o disminuya el valor de sus activos”.
Según el estudio, el 48% afirma realizar aportaciones periódicas mensuales a productos de ahorro, especialmente aquéllos de 45 a 64 años. Pero los expertos creen que son insuficientes, teniendo en cuenta el bajo nivel del ahorro que hay por ejemplo en fondos de pensiones, y desde BBVA AM abogan por realizarlas de forma flexible, adaptándolas a cada momento. Desde la dirección de la gestora, Gonzalo Meseguer recomienda “realizar aportaciones periódicas como base de un plan de ahorro disciplinado”. El experto defendió también un ahorro para cumplir distintos objetivos: objetivos de liquidez e inmediatez, un ahorro finalista (a través de target funds), un ahorro para obtener rentas o un objetivo de inversión (para lo que encajarían los fondos perfilados).
Por último, en relación a la toma en consideración de las cuestiones fiscales en la planificación del ahorro, el estudio refleja que casi la mitad de los ahorradores declara ser poco o nada consciente del impacto de la inflación o de las cuestiones fiscales a la hora de invertir. A escala geográfica, Cataluña registra el menor interés en la fiscalidad del ahorro frente al resto de las comunidades autónomas. Los expertos también piden una mejor fiscalidad para el ahorro a largo plazo para impulsar a los ciudadanos españoles en esa transición desde el ahorro en inmuebles al ahorro en productos financieros.