La pandemia del coronavirus está provocando movimientos entre los inversores y partícipes de fondos: en marzo las salidas de los fondos españoles ascendieron a 5.600 millones de euros, pero se moderaron mucho en abril, con poco más de 100 millones en flujos netos negativos. Independientemente de cómo fluctúen los reembolsos en esta crisis, las gestoras deben estar preparadas para afrontar potenciales salidas de sus inversores, y para ello, además de contar con herramientas especiales -como la posibilidad de establecer periodos de preaviso para las salidas de los fondos, o diferentes herramientas para gestionar la liquidez y valorar mejor las carteras, como los cargos o ajustes por dilución, el swing pricing, o el valor liquidativo dual-, es clave que presenten una adecuada situación de la liquidez.
En su último boletín trimestral, la CNMV analiza precisamente cuáles son las condiciones de liquidez en los fondos y concluye que en las carteras de renta fija privada empeoraron ligeramente a lo largo de 2019, aunque continuaron siendo satisfactorias: a 31 de diciembre de 2019, el volumen total de activos considerados de liquidez reducida ascendía a 4.515 millones de euros, lo que representa el 8,7% de las carteras de renta fija privada y el 1,62% del patrimonio total de los fondos.
El análisis se ha basado en indicadores como los volúmenes de negociación, el tiempo para deshacer una posición o la disponibilidad de precios para poder realizar compraventas, además de prestar atención a las calificaciones crediticias de los activos de deuda de las IICs, y, en particular, a los activos calificados con BBB, al ser el último escalón que pertenece a la deuda de alta calidad, que podría verse afectado si se percibe un empeoramiento del riesgo de crédito de las compañías emisoras.
“Con el resultado de estos análisis la CNMV está realizando un seguimiento especial de una serie de sociedades gestoras que gestionan al menos un fondo con una exposición más elevada a los activos considerados como menos líquidos o a la deuda con peor calificación crediticia”, asegura. El supervisor está en contacto permanente con las sociedades gestoras y con el fin de seguir la situación y recordarles las obligaciones así como las herramientas de gestión de la liquidez que tienen disponibles, indica en el boletín.
Inverco también está vigilando este tema de forma especial y para ello creó un grupo de trabajo sobre gestión de la liquidez el pasado mes de octubre: el grupo busca elaborar una guía de gestión de liquidez en IICs. Con ocasión de la pandemia, el grupo -participado por 18 gestoras- se ha reunido en varias ocasiones para «poner en común las cuestiones más relevantes relacionadas con la gestión de la liquidez de IICs planteadas en el transcurso de la crisis«. El grupo tiene previsto «dar seguimiento a cualesquiera incidencias que, en materia de gestión de la liquidez, surjan en este contexto excepcional al objeto de poner en común las mejores prácticas para su adecuada gestión, así como para garantizar el trato equitativo de partícipes y accionistas».
Las carteras de renta fija
Las condiciones de liquidez de la cartera de renta fija privada de los fondos de inversión empeoraron ligeramente a lo largo de 2019, aunque continuaron siendo satisfactorias, con un peso de los activos con liquidez reducida que queda muy lejos de los valores alcanzados en 2010, cuando llegaron a representar más del 30% de la cartera de renta fija. Desde entonces, este porcentaje ha ido disminuyendo paulatinamente y a partir de 2014 se ha mantenido en niveles moderados, oscilando entre el 7% y el 9% de las carteras de renta fija privada de los fondos. Durante 2019, el peso de estos activos se incrementó 1,3 puntos porcentuales, al pasar del 7,4% al cierre de 2018 al 8,7% a finales de 2019. Así, a 31 de diciembre de 2019 el volumen total de activos considerados de liquidez reducida ascendía a 4.515 millones de euros, lo que representa el 1,62 % del patrimonio total de los fondos.
Si se atiende a las distintas categorías de activos de renta fija, explica la CNMV en su boletín trimestral, se puede observar que el aumento se concentró en la renta fija no financiera y en la financiera con un rating inferior a AA. “Así, en el primer caso, los activos con baja liquidez aumentaron durante el año en 549 millones de euros, hasta los 1.339 millones. En la renta fija financiera con rating inferior a AA, el avance anual fue de 265 millones de euros, hasta alcanzar los 1.844 millones a 31 de diciembre de 2019. Las titulizaciones continuaron siendo la categoría en la que los activos de liquidez reducida representaban un porcentaje mayor, alcanzando un 75,1%. No obstante, esta cifra ha ido disminuyendo progresivamente en los dos últimos años y, además, estos activos tienen un peso muy reducido en las carteras de los fondos”.
Seguimiento especial de la CNMV
La CNMV está centrando su foco en la liquidez de las instituciones de inversión colectiva y también en el seguimiento de los reembolsos netos, que aunque fuertes en marzo, se redujeron en abril. Con todo, en un número reducido de fondos los reembolsos superaron el 20% del patrimonio, porcentaje que obliga a una comunicación de información relevante. La única incidencia reseñable que se ha producido, por el momento, afecta a un fondo de fondos que tenía en su cartera participaciones de una sicav luxemburguesa que había suspendido el cálculo del valor liquidativo. En consecuencia, el fondo realiza suscripciones y reembolsos parciales con normalidad sin tener en cuenta esta inversión, que representaba un 7,1% de la cartera, explica el supervisor.
La CNMV también recuerda que dispone de una nueva herramienta macroprudencial consistente en la posibilidad de establecer plazos de preaviso para los reembolsos sin sujeción a los requisitos de plazo, importe mínimo y constancia previa en el reglamento de gestión, aplicables con carácter ordinario. Estos plazos pueden ser establecidos por la gestora o por la propia CNMV. “En la actualidad es prioritario garantizar que las sociedades gestoras valoren correctamente los activos de las carteras de sus fondos y que atiendan con normalidad las peticiones de reembolsos que reciban utilizando, si fuera necesario, las diferentes herramientas de gestión de liquidez disponibles. La CNMV ha recordado a las gestoras la posibilidad de valorar los activos al bid price y de utilizar el swing pricing. Por el momento no se han producido incidencias para atender los reembolsos ni ninguna suspensión de estos, como sí ha ocurrido en casos puntuales en otros países de la UE. Con todo, la CNMV realiza un seguimiento especial de las gestoras con mayor exposición a activos menos líquidos o de menor calidad crediticia”, indica en su boletín.
Perspectivas
Sobre el futuro del sector, el supervisor cree que, a medio plazo, “la evolución del patrimonio de esta industria dependerá de la severidad de la crisis y de las necesidades de liquidez de los inversores. Lo más probable es que las decisiones relacionadas con la inversión o desinversión en estos productos no estén tan vinculadas con cuestiones puramente financieras (nivel de los tipos de interés, evolución de los mercados, etc.), sino que vengan más determinadas por el grado de disminución de la riqueza y de las rentas de los agentes y, en consecuencia, de su necesidad de deshacer determinadas posiciones en todo tipo de activos conforme avance la recuperación económica”.