Legg Mason sigue mostrando un fuerte compromiso con Latinoamérica, y en especial con Brasil, país en el que la gestora decidió lanzar recientemente dos nuevos feeder funds. Estos vehículos permiten a los inversores locales acceder a fondos UCITS, registrados en Dublín. Lars Jensen, responsable de Legg Mason Americas International comentó que este lanzamiento representa el compromiso de Legg Mason con la región. “Tenemos intención de lanzar nuevos feeder funds en Brasil antes de que finalice el año. En algún momento, aspiramos a que todos nuestros gestores de inversión estén representados en Brasil”.
“Vivimos unos momentos en los que la coyuntura política y económica ha ayudado fuertemente a que los inversores brasileños comiencen a buscar nuevas fuentes de rendimiento y diversificación en sus carteras. Para empezar, el Banco Central de Brasil ha recortado fuertemente su tasa de referencia, desde el 14,25% de octubre de 2016 al 9,25% actual, un nivel de tasas que no se repetía desde 2013. Esto ha propiciado que los productos ‘offshore’ comiencen a ser más atractivos para el inversor local, a medida que el rendimiento ofrecido por la deuda brasileña deja de ser tan elevado en comparación con el del resto del mundo», explica Roberto Teperman, responsable de ventas de Legg Mason en Brasil.
«Otra cuestión que se debe tener en cuenta en el país es el cambio regulatorio. La Comisión de Valores Mobiliarios de Brasil modificó su definición de inversor cualificado (validando a inversores con 1 millón de reales, aproximadamente 315.000 y permitió abrir el negocio de distribución fondos a los clientes ‘mass affluent’, algo que benefició enormemente a los feeder funds locales, vehículos que permiten invertir el 100% de sus activos en las plataformas de fondos ‘offshore’ en Dublín», añade Teperman.
Por último, habría que mencionar la situación económica del país, fuertemente ligada a la escena política. Brasil necesita una urgente reforma en su sistema de pensiones para atajar su enorme déficit fiscal, siendo muy probable que esta reforma se posponga hasta después de las elecciones presidenciales de 2018. Esta incertidumbre incrementa la búsqueda de oportunidades fuera del país”, añade Teperman.
Dos opciones
El primero de los fondos, el Legg Mason Rare Infrastructure Value, es un fondo de renta variable que invierte el 100% de sus activos en acciones globales cotizadas de empresas que desarrollan proyectos de infraestructura a largo plazo, como redes de distribución y transmisión de gas y de electricidad, suministro de agua y tratamiento de residuos, aeropuertos, autopistas de peaje, ferrocarriles, puertos o redes de comunicación. Esta estrategia busca obtener un rendimiento objetivo igual a la tasa de inflación del G7 más un 5,5% y ofrece una correlación muy baja con el mercado de renta variable local, dada su exposición a activos alternativos globales.
El segundo, el Brandywine Global Credit Opportunities, es un fondo de renta fija que, utilizando un enfoque top-down, invierte en crédito alternativo en los mercados de bonos globales. Para ello, se sirve de todo el espectro de deuda corporativa, incluyendo exposición a las oportunidades en deuda de mercados de emergentes que el gestor del fondo encuentra atractivas. Además, el fondo puede utilizar posiciones largas y cortas, mediante el uso de instrumentos derivados, instrumentos de deuda respaldados por hipotecas (MBS), deuda high yield y deuda con grado de inversión.
Estas dos estrategias se suman a las dos feeder funds que la gestora ya distribuye en el mercado brasileño, el Legg Mason Western Asset Macro Opportunities Bond y el Clear Bridge Global Equity.
“Tratamos de lanzar feeder funds de renta fija y renta variable para no centrarnos únicamente en una sola clase de activo. La decisión de lanzar el feeder fund Brandywine Global Credit Opportunities estuvo determinada por la elevada demanda de activos de renta fija con altos rendimientos en las carteras de los inversores brasileños. En ese sentido, la estrategia de Brandywine Global ofrece un enfoque único a la hora de invertir en renta fija, utiliza un proceso top-down y su volatilidad media anual gira en torno al 4%. Sin embargo, el Legg Mason Western Asset Macro Opportunities Bond trata de aprovechar las oportunidades que puedan presentarse en términos de duración en la curva de rendimientos, utilizando un enfoque bottom-up en la construcción de la cartera que se sirve de estrategias relativas en crédito, y suele tener una volatilidad media anual cercana al 7% u 8%, con un límite del 10%”, añade Teperman.