La exposición a la transición energética coloca al sector petrolero mundial entre los más vulnerables a los riesgos ESG a largo plazo, dice Fitch Ratings en un nuevo informe.
Esta vulnerabilidad se extiende al servicio de yacimientos petrolíferos, refinación y transporte de líquidos, mientras que es probable que los productores de gas y las empresas petroquímicas obtengan mejores resultados. El gas natural todavía se considera una alternativa de combustible más limpia al carbón y al petróleo, que son más contaminantes.
“No esperamos que los plásticos se sustituyan por completo, a pesar de la creciente concienciación sobre los residuos plásticos y el aumento del reciclaje”, señalan los analistas de Fitch.
La producción de petróleo estará entre los sectores más gravemente afectados por las tendencias ESG a largo plazo, solo superada por el carbón (el impacto sobre este último se analizó en nuestro informe anterior «Servicios públicos – Puntajes de vulnerabilidad ESG a largo plazo»).
Hay dos fuerzas reguladoras principales que reducirán el consumo mundial de petróleo: la prohibición de venta de automóviles con motor de combustión interna, que varios países pioneros prevén para 2035 o incluso antes, y el precio del carbono, que encarecerá la posesión de un automóvil convencional. El Escenario de Política de Pronóstico de la ONU, que es el núcleo del escenario central de estrés de Ficht Ratings, supone que la demanda de crudo se reducirá casi a la mitad para 2050.
Si bien el ritmo y el alcance de la transición energética pueden diferir de una región a otra, el petróleo, el gas natural licuado y los productos químicos son productos que se comercializan a nivel mundial. Esto significa que es probable que las diferencias regionales en los niveles de disrupción sean menos pronunciadas que en los sectores más enfocados a nivel nacional, como los servicios públicos.
Para acceder al informe «Oil & Gas and Chemicals – Long-Term ESG Vulnerability Scores», pueden dirigirs a www.fitchratings.com