Las carteras de las 30 mayores gestoras de fondos del mundo, que en conjunto poseen 50 billones de dólares en activos, siguen estando desalineadas con los objetivos del Acuerdo de París, según el último informe de InfluenceMap. La firma señala que es necesario una “acción urgente” para impulsar un cambio en los sectores clave del riesgo climático.
Esta es una de las conclusiones a las que llega el informe Asset Managers and Climate Change 2021, que califica a las empresas en base a tres criterios: compromiso con las empresas participadas, apoyo a las resoluciones de los accionistas relacionadas con el clima y análisis de la cartera. Según su interpretación, la investigación muestra resultados diversos en lo que respecta al compromiso con las empresas participadas para acelerar la transición de los modelos de negocio y las prácticas de gobernanza, ya que las grandes empresas estadounidenses están significativamente por detrás de sus competidores europeos.
Dada la enorme influencia que las gestoras tienen sobre la economía mundial, InfluenceMap defiende que es vital que “tomen medidas para garantizar que el mundo pueda cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París”. Sin embargo, este último informe muestra que la mayoría de las gestoras se mueven “demasiado despacio” cuando se trata de utilizar su influencia para impulsar el cambio en las empresas participadas.
En opinión de Dylan Tanner, director ejecutivo, InfluenceMap, una vez más, “vemos a los gestores de activos europeos están tomando la delantera sobre sus competidores estadounidenses. Este informe destaca la necesidad de que las grandes gestoras estadounidenses den un paso adelante y tomen medidas más enérgicas, sobre todo teniendo en cuenta su dominio del mercado y su capacidad única para enviar una señal clara al resto de la economía. Además, incluso para aquellas gestoras que lideran la industria, la prueba definitiva será las mejoras que se logre sobre el mundo real por parte de las empresas más problemáticas. Esto debe lograrlo cuanto antes, si no quieren tener en sus carteras compañías con alto riesgo climático”.
Entre las conclusiones del informe, se destaca que las gestoras europeas líderes del mercado están haciendo un mayor trabajo en términos de engagement climático con las compañías en las que invierten. Entre las firmas europeas que lograron mayor puntuación en este informe destacan Legal & General Investment Management y el brazo de gestión de activos de BNP Paribas y UBS. En cambio, las grandes firmas globales, entre las que se encuentran BlackRock, Vanguard, Fidelity Investments y State Street Global Advisors, están por debajo de la máxima puntuación que otorga la metodología del informe, lo que deja un margen de mejora en todas ellas.
Las firmas europeas de gestión de activos lideran esta tendencia superando a las norteamericanas, pero también a las firmas asiáticas. “En Asia, la empresa japonesa Sumitomo Mitsui Trust Asset Management obtuvo la calificación B+ en su compromiso con las empresas en materia de cambio climático. Este liderazgo es necesario en Japón, donde las empresas TOPIX 1600+ siguen siendo las más desvalidas respecto al Acuerdo de París, principalmente debido a que las empresas japonesas de energía eléctrica tienen en su mayoría centrales de carbón”, destaca el informe en sus conclusiones.
No solo se trata de que haya un cambio real por la presión que pueda ejercer las firmas de inversión como accionistas en las empresas, sino que los propios inversores demandan cada vez más información sobre las decisiones que se toman en las juntas directivas. «Hay una clara tendencia a que los inversores requieran más información de las empresas más allá de los datos de emisiones. Cada vez más, vemos que los inversores quieren saber que las prácticas de lobby de las empresas y los modelos de negocio se alinean con los objetivos del Acuerdo de París», afirma Tanner.
Según destaca el informe, un hecho relevante y prometedor durante 2020 fue la decisión de BlackRock, State Street Global Advisors y JP Morgan Asset Management de unirse a la iniciativa Climate Action 100+, que está dando prioridad a la transformación de los modelos de negocio de las empresas y al lobby sobre el clima. “La aceleración de esta tendencia envía una nueva señal al sector empresarial de que los accionistas se toman en serio la gestión del clima y la transición energética”, señala el documento en sus conclusiones.
Por último, y dentro del análisis que hace el informe, se encuentran diferencias significativas en cómo se interpreta todo esto en las carteras de los fondos, en función de la temática o las áreas geográficas que cubren las estrategias de inversión. En general, las carteras siguen estando sobreponderadas hacia empresas que despliegan “tecnologías sucias” e infraponderada hacia la “tecnología verde”. «Es necesario un compromiso enérgico con las empresas de estos sectores para acelerar su transición a las tecnologías de baja emisión de carbono. Esto debe ocurrir si el sector financiero desea alinear sus carteras con los objetivos climáticos de París y reducir este riesgo bloqueando ciertos activos», señala el informe.