Los asesores subestiman notablemente el deseo de inversiones que generen rentas: solo el 20% lo considera importante, mientras que se trata de la preocupación principal para el 66% de los inversores. Esta es una de las principales conclusiones de la última encuesta de Invesco que recoge las opiniones de asesores, banqueros privados y consultores de inversores frente a lo que piensa el inversor final.
Parece que los asesores también infravaloran la necesidad de seguridad (31% frente al 46%) y liquidez (20% frente al 30%). Sin embargo, ambos sí coinciden en muchos puntos. Por ejemplo, los asesores españoles consideran que la conservación del capital es el objetivo de inversión más importante de sus clientes (52%), aproximadamente, la misma cuantía que los propios inversores (51%).
En la encuesta, realizada verano, también se ha preguntado sobre la tolerancia al riesgo. Un factor que podía haberse visto muy influenciado por la pandemia. Según ha explicado Javier Marquina, Head of Marketing de Invesco, sí somos un poco más tolerantes al riesgo (38% hace tres años frente al 41% actual), pero los asesores no consideran que se haya producido un gran cambio. Hoy por hoy, la mayoría de los clientes de los asesores corresponden a la categoría de riesgo bajo o medio (59%). Sin embargo, dos quintas partes (41%) presentan una tolerancia al riesgo alta o muy alta.
Una ajustada mayoría de los asesores (55%) sostiene que sus clientes consideran que la única forma de obtener rentabilidad a largo plazo es ir sobre seguro y ser pacientes. La tolerancia de los inversores a pérdidas a corto plazo es considerable. Una cantidad abrumadora (86%) afirma que sus clientes pueden aceptar una pérdida a corto plazo a cambio de la posibilidad de obtener rentabilidades a largo plazo más altas.
Sigue creciendo la aceptación de los productos generadores de rentas
El porcentaje de productos generadores de rentas incluidos en las carteras de asesores de fondos españoles ha crecido de forma sostenida en los dos últimos años, pasando del 15% de hace dos años al 20% actual. Los expertos de Invesco consideran que es de esperar que esta estabilidad persista en el futuro.
En cuanto a las diferencias en la elección de productos, los bonos y los fondos de renta fija son el tipo de activos preferido entre los asesores de fondos españoles a la hora de tratar de satisfacer las necesidades de rentas de sus clientes (62%). Por otra parte, a los inversores les interesan más las rentas vitalicias (79%), aunque su segunda preferencia (71%) sí son los bonos / fondos de renta fija. “Una renta vitalicia es seguridad, lo que nos dice el inversor es que quiere seguridad”, ha aclarado Íñigo Escudero, director de la oficina de Invesco de Madrid.
Los datos sugieren que existe una gran discrepancia entre lo que emplean los asesores y en lo que invierten o se plantearían invertir sus clientes. Por ejemplo, el 69% de los inversores se plantea invertir o invierte en fondos mixtos, pero solo los utiliza el 44% de los asesores.
¿Qué esperan de las rentas? Los asesores consideran que una rentabilidad total y unas rentas atractivas son los dos objetivos más importantes para invertir en productos de rentas (63% frente al 56%, respectivamente). Una parte importante (48%) también indica la estabilidad de las rentas. Por otra parte, la diversificación y la protección frente a descensos son los objetivos más preciados de los inversores (23% frente al 22%, respectivamente). La rentabilidad total y unas rentas atractivas no se consideran tan importantes (14% frente al 12%). Tampoco lo es la estabilidad de las rentas, la opción menos indicada por los inversores (8%).
Los bajos tipos de interés son el obstáculo más significativo para que los inversores asignen activos a estrategias de rentas, lo cual afirman tanto inversores como asesores (60% frente al 52%, respectivamente). La expectativa de costes con respecto a ahorros o rentabilidad (48%) y la dificultad para comprender la gama de productos de rentas disponibles (41%) son otros factores que refrenan una mayor adopción de este tipo de productos, según los comercializadores de fondos en España.
Esto indica que hay formas en que tanto asesores como gestores de activos pueden contribuir para mejorar la situación. Facilitando materiales formativos donde se destaquen claramente las ventajas de las estrategias de rentas, las sociedades de gestión de activos pueden ayudar a los asesores a superar, al menos, dos de estas carencias.
La adopción de factores ESG incrementa la atención de los inversores
Los asesores (70%) consideran que son las características ESG principalmente las que hacen que un fondo resulte más atractivo para los inversores finales. La posibilidad de mitigar el riesgo tiene menos influencia en sus decisiones de inversión (28%). Además, una gran mayoría cree que los factores ESG impulsan la rentabilidad de las inversiones en rentas (69%) y desean que sus inversiones impriman un efecto positivo en la sociedad (65%), pero no lo usan como reclamo.
“Aunque sepan que esa rentabilidad es mayor, esta pasa a un segundo plano. Tienen ese argumento, pero no lo usan porque el hecho de hablar de ESG ya es suficiente para generar interés”, aclara Javier Marquina.
El cambio climático y la sostenibilidad son los factores ESG más importantes que los inversores desean que aborden sus productos de rentas (59%). Además, el impacto medioambiental y los derechos humanos también se indicaron en proporciones elevadas (40% frente al 39%, respectivamente).
El ahorro para la jubilación: el principal objetivo
Numerosos inversores españoles piensan en la jubilación, pues ahorrar para dicha etapa es la principal preocupación, en particular, si comparamos este extremo con hace tres años (57% frente al 49%, respectivamente). Algo que podría explicar el creciente interés en las rentas, según ha señalado Javier Marquina.
El COVID-19 también ha podido influir en los cambio que ha habido en los objetivos. El deseo de crear un fondo de emergencia también se ha convertido en una prioridad mayor que antes (46% frente al 38%). Además, también ha aumentado la voluntad de dejar una herencia (19% frente al 12%). Por otro lado, no sorprende que los gastos discrecionales, como gastos en viajes u ocio, hayan perdido importancia (21% frente al 32%).
La pandemia también ha impactado en la cantidad de dinero invertida: el 41% no invertirá más dinero hasta que se logre un mayor control del COVID-19. En este sentido, las principales preocupaciones de los inversores finales son la aparición de una nueva variante, una recesión o el paro. Por otro lado, la mitad de los inversores sostiene que su situación financiera ha mejorado en los últimos tres años y que seguirá mejorando durante otros tantos.
También parece existir cierta apetencia por invertir en el mercado bursátil, pues solo al 35% le parece bien mantener la mayor parte de sus ahorros en efectivo dado el riesgo del mercado. Sin embargo, solo el 35% considera que tiene demasiados ahorros en efectivo y necesita invertirlo en algo que genere una rentabilidad mayor. Este podría ser un síntoma de numerosos aspectos, como aversión al riesgo del mercado o satisfacción con la rentabilidad que ya obtienen de sus inversiones.