Las ventajas en términos de diversificación y el atractivo de las valoraciones son las dos principales razones que los inversores institucionales citan cuando prevén un aumento en la exposición a la deuda de mercados emergentes, según el análisis de NN Investment Partners a tenor de un reciente sondeo.
Más de la mitad (54%) de los encuestados prevé que los inversores institucionales elevarán la exposición a esta clase de activo en el transcurso de los próximos tres años. Tan sólo el 7% de quienes respondieron a la encuesta espera que la disminuyan.
Entre los primeros, tres de cada cinco (60%) aducen las ventajas de diversificación de la deuda de mercados emergentes y el 56% señala que sus valoraciones son significativamente más atractivas que las de otros tipos de deuda y justifican el riesgo adicional. Por su parte, dos de cada cinco (40%) indican que la deuda de los mercados emergentes mejora la exposición ajustada al riesgo en un entorno de bajo crecimiento económico.
Las opiniones expresadas por estos inversores coinciden con la postura de NN Investment Partners ante la deuda de mercados emergentes. A juicio de Marco Ruijer, gestor principal de cartera del equipo de deuda de los mercados emergentes denominada en monedas fuertes integrado en la boutique de DME de NN Investment Partners, «el favorable entorno actual de liquidez mundial, sostenido por la política monetaria sin precedentes que están instrumentando los bancos centrales, nos lleva a pensar que seguirán asignándose recursos a activos de deuda de mercados emergentes. Este proceso se apoyará en las atractivas valoraciones de esta clase de activo, en la mejoría de los fundamentos económicos de los países con mercados emergentes y en las ventajas que aporta la diversificación».
Por lo que respecta a este último factor, la mayor ventaja de la deuda de mercados emergentes es geográfica, según el 52% de los encuestados. Otras ventajas mencionadas son la generación de rendimientos (48%), la mejora en la exposición al riesgo de crédito (46%) y al segmento de renta fija privada (20%), y la duración (14%).
Razones y preocupaciones
Entre los factores que realzarían aún más el atractivo de la deuda de los mercados emergentes estarían otra salida de la Unión Europea (41%), el Brexit (25%), un alza de tipos de interés por la Reserva Federal (25%) y una mayor inflación en Estados Unidos (19%) o la zona euro (15%).
En cambio, entre las principales preocupaciones de los inversores acerca de esta clase de activos figurarían la incertidumbre política (43%), la calidad crediticia (42%), la liquidez (27%), una desaceleración en China (23%), un repunte de los impagos (20%), una subida de tipos de interés (17%), un aumento de la inflación (17%) y la escasez de valores de deuda (6%).
“Los rendimientos que ofrece seducen claramente a los inversores, que llevan un tiempo muy atentos a la forma de mejorar los ingresos. Al proseguir la mejoría de la economía global, invertirán más en esta clase de activo conforme vayan recobrando la confianza en su solvencia y considerándola una buena manera de diversificar más allá de los mercados desarrollados”, añadió Ruijer. Casi la mitad (46%) de los encuestados espera que las condiciones crediticias fundamentales mejoren en los emergentes en los próximos 2-3 años frente al 24% que prevé su deterioro.
“Con todo, nuestro análisis revela que los inversores albergan ciertas reservas sobre la deuda de los emergentes en general: la mayoría (60%) afirma que es arriesgado aplicar un enfoque básicamente pasivo en lugar de adoptar una asignación activa para seleccionar las mejores oportunidades y controlar los riesgos en otras clases de activos”, dijo.
En promedio, los inversores consideran que el 6% de la cartera debería estar invertida en deuda de los mercados emergentes y más de uno de cada siete (15%) cree que tal exposición debería superar el 10%.
Un 56% de los encuestados prevé que la emisión de deuda de los emergentes se incrementará en los próximos tres años. Tan sólo un 8% anticipa su disminución.