Esperamos que la actividad económica mundial alcance niveles pre-crisis en la segunda mitad del año, pero el ritmo de recuperación variará por regiones dependiendo de la velocidad con la que avancen los procesos de vacunación y derrama de estímulos, señaló en un informe Esteban Polidura, director de Asesoría para las Américas de Julius Baer.
“La intensa competencia entre Estados Unidos y China debería fomentar una mayor innovación en ambos países y, por lo tanto, acelerar su crecimiento económico. Continuamos viendo oportunidades basadas en valuación para varias clases de activos. Y debemos ser conscientes de aquellos escenarios que, aunque poco probables, pudieran tener un alto impacto en el mundo, incluyendo riesgos de ciberseguridad o reversión del cambio climático”, señala la nota.
En América Latina, la actividad económica debería repuntar gradualmente como resultado de la recuperación de los precios de materias primas y un entorno externo favorable, considera la entidad: “Sin embargo, la producción volvería a niveles anteriores a la crisis hasta 2022 ya que muchos países enfrentan una creciente presión de consolidación fiscal por el aumento de los niveles de deuda pública. Además, las tensiones sociales en la región ahora exacerbadas por la crisis del COVID-19 podrían influir en el ajetreado calendario electoral del año, haciendo así la formulación de políticas económicas más volátil e impredecible”.
Polidura señala que la economía mexicana se beneficiará del fuerte repunte económico de su socio comercial principal, los Estados Unidos. Además, el repunte esperado de los precios del petróleo deberá contribuir de forma positiva a las finanzas del gobierno.
“México goza de fuertes reservas internacionales, amplio acceso a los mercados y una deuda en moneda extranjera relativamente baja. Sin embargo, el país continúa resintiendo el impacto de la pandemia de COVID-19, en especial los sectores de manufactura y turismo. Las incertidumbres políticas y el limitado estímulo fiscal deberán también pesar sobre el perfil crediticio de México”, explica.
En el contexto global actual, con oportunidades claras, pero también riesgos innegables, diversificar las carteras y alinearlas con el perfil de riesgo del inversionista es clave, señalan desde Julius Baer.
“En este sentido, creemos que la asignación a renta fija debe tener exposición a bonos de países emergentes y de alto rendimiento (high yield) denominados en dólares, así como bonos soberanos chinos denominados en renminbis, entre otros. En renta variable, tenemos una recomendación de sobre-ponderar regiones como Estados Unidos y China, así como sectores globales cíclicos incluyendo el financiero, industrial, salud y tecnología de la información”, asegura la nota.
El banco afirma que es importante posicionar al portafolio hacia el largo plazo: “Esto puede lograrse a través de historias de nueva generación como genómica, salud digital y movilidad del futuro, así como prestando atención a las calificaciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de las inversiones que se llevan a cabo”.