“Estamos ante un momento de grandes cambios y los gestores de activos tienen un rol que jugar en la economía real para liderar esa transición”: con estas palabras abría Naim Abou-Jaoudé, CEO de Candriam, el evento para prensa internacional celebrado recientemente en Bruselas, centrado principalmente en la evolución de las finanzas sostenibles y en las capacidades de inversión responsable que tiene la gestora franco-belga, que ha ido desarrollando desde que lanzara su primer fondo ISR en 1996.
Un desarrollo, en todos los aspectos, que ha acentuado en los últimos años, desde que New York Life comprara la gestora –llamada entonces Dexia AM– a principios de 2014, convirtiéndose en el centro de distribución en Europa de las capacidades de New York Life IM, que le ha llevado a impulsar su crecimiento en EE.UU. y Asia y más tarde, a crecer de forma no orgánica con la compra de Tristan Capital Management y ABN-Amro, sus dos primeras adquisiciones pero que no serán las únicas. “Seguimos buscando oportunidades en el mercado”, aseguraba el CEO, indicando que su objetivo en activos para 2021 es alcanzar los 150.000 millones de euros (desde los cerca de 120.000 actuales), contando con realizar alguna compra más: el foco está en gestoras con un volumen de entre los 5.000 y 10.000 millones y que se centren en capacidades de las que Candriam carece, como activos ilíquidos. “Miramos en ese segmento de private equity, deuda privada, infraestructuras… queremos algo complementario a lo que ya tenemos”, decía el CEO.
Naim Abou-Jaoudé recordaba que, desde el rebranding de la compañía, la firma ha crecido en un 80% y su marca se encuentra en el top 50 de gestoras mundiales (en el puesto número 34), según la lista elaborada por Diana Mackay, y con tres pilares como claves de su estrategia: una distribución global y diversificada en cuanto a clientes; la innovación y calidad de sus fondos; y un enfoque en la responsabilidad. Sobre el primer aspecto, recordaba que Candriam ha pasado de ser un jugador de la Europa continental a tener cobertura global, con fuerte presencia en EE.UU. y Asia (lugares como Tokio, Seúl, Hong Kong…), y también en Latinoamérica en mercados como Chile, y con un objetivo de hacer crecer el negocio internacional un 10% de aquí a 2021. Y todo, manteniendo un equilibrio repartido entre inversores institucionales (que suponen el 60%) y privados y minoristas (el 40% restante): “Queremos mantener este mix, mirando a una diversificación global del patrimonio”.
Sobre el segundo aspecto, habló de nuevas capacidades para diversificar su gama de productos, para que éstos puedan ofrecer soluciones en todos los escenarios y tipos de mercados (cuentan con fondos de renta variable, bolsa emergente, crédito y high yield, multiactivos, fondos ISR, ETFs smart beta, fondos de retorno absoluto y también capacidades en real estate).
La sostenibilidad: seña de identidad
Pero si hay un aspecto por el que se conoce a Candriam es por la sostenibilidad y su condición de jugador en el campo de la inversión responsable, que aglutina más del 30% de sus activos –unos 35.000 millones de euros- con este enfoque: “Hoy podemos decir que el impacto de las emisiones de C02, el gasto de agua, las emisiones de carbono, etc… todos los datos están integrados en nuestros informes. Nuestro objetivo es practicar lo que predicamos”, decía el CEO, que recordaba también las últimas prohibiciones y exclusiones de inversión en sus fondos. Y todo, siguiendo las demandas de sus clientes, empezando por el institucional pero que también llega de forma creciente del minorista y el cliente privado: “La demanda de la mitad de las propuestas de los institucionales incluyen un enfoque de ISR y algunos mandatos son completamente neutrales en carbono”, explicaba. Y añadía: “La demanda institucional supone un 75% del total frente al 25% de la minorista, pero con el tiempo ese 25% se convertirá en un 50%. Veremos más clientes privados con estas demandas, pues los millennials están empujando en esta dirección; aunque no son los más ricos, están impulsando la ISR en todo el mundo”.
Y en este campo han trabajado la innovación de su oferta, en muchos activos como la renta variable emergente o el high yield global. Y también sus actividades, creando la fundación Candriam Institute (a la que dedican el 10% de las comisiones de los fondos ISR), sin ánimo de lucro, que tiene como objetivos la educación y la inclusión social en muchos países en Europa: “Las dos amenazas principales hoy son las desigualdades sociales y el cambio climático, que afecta con más fuerza a los pobres. Como gestora es momento de actuar, es urgente y podemos hacerlo a nuestro nivel”, también educando a los asesores a través de Candrian Academy, otra de las iniciativas de la firma en este aspecto que ya funciona en Italia, Alemania y Francia.
Plan de acción de la UE
En el evento, Philip Owen, responsable de la Unidad de DG Climate Action en la Comisión Europea, habló sobre el avance de los planes de la UE en materia de finanzas sostenibles y de la importancia de frenar la subida de temperaturas, desde los 2 a los 1,5 grados: “Desde los tiempos industriales afrontamos un aumento de las temperaturas y seguimos así. Si suben en 1,5 grados en 2030-2052, se reducirán los océanos, habrá escasez de alimentos, menor crecimiento económico, riesgos para la salud… pero el riesgo será menor que si hay una subida de 2 grados”. Para el experto, “si nos mantenemos en el compromiso de un aumento de temperatura de 1,5 grados en vez de 2 tendremos menos necesidad de adaptarnos al cambio climático”.
Para ello, habló de la necesidad de actuar en ámbitos como la eficiencia energética (con la necesidad de que el 85% de la energía venga de nuevos recursos, de reducir las emisiones industriales en un 90%, trabajando esa eficiencia en edificios, en el transporte… con la ayuda de la tecnología. “Se necesitan grandes cambios globales, tenemos por delante una gran transición”, dijo, indicando que en noviembre habrá un plan nuevo para concretar ideas.
Dentro del plan actual destacó la importancia de la taxonomía: “La taxonomía es clave: si no definimos lo que es sostenible es difícil saber qué hay que hacer, si debemos mirar a los bonos verde, a la transparencia, a los benchmarks…” El plan mira sobre todo a sectores que cubren el 90% de las actividades económicas, como la energía, el transporte, las industrias, la construcción, el real estate… temas que habrá que situar en directivas legales, como MiFID II.
La ISR en Candriam
Por su parte, Wim Van Hyfte, responsable de Inversiones Sostenibles y Análisis de Candriam, destacó que el 84% del valor de la firma se basa en activos intangibles como patentes, marca, procesos y reputación. Sobre inversión sostenible, y frente a otros conceptos de competidores, explicó que ellos aplican todo: exclusión, selección positiva, inversiones de impacto y engagement y votos.
En la gestora cuentan con un equipo de especialistas que de cara a la inversión preguntan a las empresas dos cosas: cómo de alineado está el modelo de negocio con las tendencias globales clave y cómo de bien está gestionado el negocio, incluyendo a todos los accionistas: “Incluso en sectores sucios, algunas firmas son parte de la solución: nuestro objetivo de análisis es identificar estas oportunidades de inversión”, dijo y dio ejemplos de oportunidades en sector de metales y minas.
Para cerrar el evento, Koen Van de Maele, responsable global de Soluciones de Inversión en Candriam, puso ejemplos de la puesta en práctica de criterios ESG a la hora de invertir y destacó –además de la forma en la que la gestora ha ido extendiendo la ISR por activos, desde la renta variable hasta la deuda emergente o el high yield, en un proceso que seguirá avanzando- la creación de un ETF en la gestora, que combina criterios sostenibles con factor investing, y la construcción de carteras basadas en criterios como el CO2 o el carbón.
“La ISR en ETFs está creciendo. No hay muchos jugadores aún que hacen esta combinación entre inversiones sostenibles y factor investing: tenemos una valiosa propuesta de valor para los inversores de largo plazo”, dijo, sobre el lanzamiento del ETF de Candriam con estas características y destacando las desventajas que supone invertir en fondos cotizados clásicos. “Al invertir en ETFs, siempre hay una decisión activa, no existe la inversión pasiva”, tanto por parte del inversor que decide la inversión como por el proveedor del ETF, que ha de elegir el índice que sigue, y ser consciente de su construcción. En su opinión, los fondos basados en factores son adecuados para inversores de gestión pasiva y activa, y sobre la mezcla de factor investing con ESG, destacó que el resultado es una cartera mejor protegida.
La segunda propuesta consiste en la construcción de carteras basadas en CO2 y otros criterios ESG, como la huella de carbón: “La decarbonización es el proceso a través del que los inversores reducen la exposición de sus carteras a emisiones y alinean sus porfolios con la economía climática del futuro”, indicó, dejando claro que la exposición a carbón está concentrada en unos pocos sectores.
La gestora cuenta con soluciones personalizadas en el campo ISR, desde fondos indexados Cleome hasta su rango de fondos ISR y sus fondos gestionados de forma activa aplicando estos criterios, pasando por los índices por factores ISR. Soluciones que tratan de responder a las demandas de los inversores, no solo institucionales sino también retail: “En fondos ha habido una gran demanda por parte de los clientes institucionales, pero ahora vemos más crecimiento entre los inversores retail y es lo que creemos que sucederá, aunque algunos países estén más rezagados que otros”, apostilló.