El nuevo responsable del endowment de la Universidad de Harvard no ha tardado en rediseñar su fondo siguiendo el modelo de competidores con mejores resultados, como el de Yale, y ha anunciado que recortará su equipo de 230 personas a la mitad y trasladará la mayor parte de su dinero a gestores externos.
El cambio supone un extraordinario rechazo a una estrategia de inversión que data de los años noventa, bajo la que Harvard contrató a sus propios gestores -ofreciendo cifras millonarias a los mejores profesionales- para supervisar su patrimonio, según informa Bloomberg. Mientras que una vez brilló con esta estrategia, últimamente se ha quedado rezagado con respecto a Yale y otros rivales que dejaron la gestión a los mejores inversores que pudieron encontrar, dice la agencia.
Harvard contrató a Nirmal Narvekar, que se incorporó en diciembre, para darle la vuelta al fondo de 35.700 millones de dólares, el mayor entre las instituciones de educación superior. En Columbia, donde superó a Harvard con un equipo de sólo 20 profesionales, Narvekar eligió el outsourcing.
“Ya no podemos justificar la complejidad organizativa y los recursos necesarios para apoyar las actividades de inversión de estas carteras”, escribió Narvekar, de 54 años, en una carta a Harvard, prosigue la nota. “Por lo tanto, hemos tomado algunas decisiones importantes pero muy difíciles”.
Harvard perdió un 2% en sus inversiones en el año que cerró el 30 de junio ya que la mayoría de las escuelas soportaban pequeñas pérdidas. Ha generado una rentabilidad media anual del 5,9% durante los últimos cinco años, entre los peores en la Ivy League y por detrás de iguales como Yale, que devolvió el 10,3%, y fue uno de los mejores de la educación superior.
Revisión de pago
El director del fondo también está revisando las evaluaciones del personal cuyo pago fue controvertido entre los ex alumnos. El año pasado, la consultora McKinsey, contratada para ayudar a elaborar un plan para mejorar los resultados, criticó los objetivos de la universidad para el fondo y para el pago. Durante la mitad de la década estudiada por Kinsey, Harvard pagó a 11 gestores de dinero un total de 242 millones, de lo que el 90% fueron bonos, como muestran las declaraciones de impuestos.
McKinsey señaló que algunos empleados se quejaron de que los «benchmarks» eran demasiado fáciles de superar y los gestores podían ganar bonos por sus inversiones, incluso cuando el fondo entero tenía un beneficio inferior. En su carta, Narvekar criticó esta manera de gestionar el dinero. En cambio, dijo, el endowment vinculará el salario al resultado general del fondo, fomentando lo que él llamó un enfoque «generalista».
Recortes de personal
Harvard era poco común entre los endowments, ya que cedía recursos a hedge funds y private equity, a la vez que contrataba gestores que negociaban en los mercados de acciones y bonos, en lo que era un legado del ex consejero delegado Jack Meyer que salió en 2005. Toda esa gestión interna, miles de millones de dólares, ahora serán subcontratados.
El endowment de la escuela, llamado oficialmente Harvard Management Co., cerrará sus hedge funds internos antes del 30 de junio, al final del año fiscal, y aproximadamente la mitad de sus empleados saldrán hacia fin de año.
Se espera que sus inversiones inmobiliarias directas se conviertan en una empresa externa de gestión a finales de año, mientras que la cartera de recursos naturales, centrada en la inversión en madera y agricultura, continuará siendo administrada internamente.