En todo el mundo se están produciendo avances en materia de diversidad de género en el ámbito de los negocios. Gracias a movimientos como #MeToo y el seguimiento cada vez mayor de la brecha salarial de género, en 2019 el porcentaje de mujeres en puestos de alta dirección ha marcado un récord histórico situándose en el 29%. También se ha producido el mayor incremento en la proporción de mujeres que ocupan puestos directivos en todo el mundo, con un incremento de cinco puntos porcentuales desde el 24% registrado en 2018. Son datos de la decimoquinta edición del informe Women in Business de Grant Thornton, que este año lleva el título “Hacia un avance real”.
De este modo, por primera vez, más de uno de cada cuatro miembros de la alta dirección son mujeres. No obstante, estos positivos datos han tardado en llegar: las mejoras tan solo representan 10 puntos porcentuales desde el primer informe de la firma, elaborado en el año 2004, mientras que hasta 2018 se había visto un estancamiento de los resultados respecto a los de hace una década (2009).
“Resulta alentador observar que, en los últimos cinco años, la proporción de empresas que tiene al menos una mujer en la alta dirección ha aumentado 20 puntos porcentuales en todo el mundo (12 puntos en el último año). Sin embargo, la proporción de mujeres en puestos de alta dirección en todo el mundo todavía está lejos de alcanzar el punto de inflexión del 30%, que abrirá las puertas a la verdadera paridad de género”, advierten los autores del estudio.
Este año han pedido a los altos ejecutivos que identifiquen los principales obstáculos que han tenido que superar para llegar a las altas esferas empresariales. Mientras que las mujeres indicaron que no tenían acceso a oportunidades de networking y desarrollo, tanto hombres como mujeres declararon que sus funciones profesionales les dejaban poco tiempo para centrarse en su progresión profesional. El informe de 2019 muestra también que a las mujeres les sigue resultando más sencillo ascender a determinados puestos. El área de Recursos Humanos supera con creces a todos los demás departamentos en cuanto al número de mujeres directivas mientras que, en la alta dirección, el puesto de responsable de la dirección financiera tiene el doble de mujeres que cualquier otro puesto.
Europa del Este lidera; LatAm, en la cola
El informe de 2019 pone de manifiesto importantes diferencias regionales en materia de diversidad de género en la alta dirección, debido normalmente a factores culturales, económicos y políticos propios de cada país. Lidera el ranking Europa del Este, donde casi un tercio (32%) de los puestos directivos los ocupan las mujeres, superando en tres puntos porcentuales la cifra mundial.
Latinoamérica, por el contrario, presenta la cifra más baja, y solo un 25% de los puestos directivos son ocupados por mujeres. En los puestos intermedios se sitúan entre otros la UE, APAC y Norteamérica, que no presentan variaciones significativas.
El continuo éxito registrado en el informe por Europa del Este (en la edición “Women in Business” de 2015, en esta región se situaban siete de los 10 países con más mujeres en puestos directivos) se debe a factores sociales y políticos. La Europa del Este moderna ha ofrecido oportunidades para que la mujer adquiriese habilidades técnicas y se incorporase a sectores hasta ahora dominados por hombres, por lo que actualmente son muchas las que ocupan puestos directivos. Las políticas estatales orientadas a la consecución del pleno empleo y al fomento de la iniciativa empresarial también han apoyado y servido de inspiración a las mujeres, explican los autores del informe.
Por otra parte, la edición 2018 del informe dejaba claro que las empresas africanas están pisando fuerte a la hora de definir las prioridades y adoptar medidas en materia de diversidad de género. Una serie de entrevistas realizadas por McKinsey & Company a 35 mujeres en puestos directivos señalaba su elevado nivel de ética profesional, ya que “creían tener que esforzarse el doble que sus homólogos del sexo opuesto”. Asimismo, las tecnologías de pagos móviles han ayudado a las mujeres empresarias en esta región, en particular a las que se encuentran en zonas rurales, facilitándoles el acceso a los servicios financieros.
A excepción de Norteamérica, que ha superado el umbral del 30%, las regiones situadas a mitad de tabla se quedan ligeramente por debajo de la media mundial (del 28%) en cuanto a proporción de mujeres que ocupan puestos directivos. A excepción de ASEAN (Asociación de Naciones del Asia Sudoriental), que ha caído desde el 39% registrado en 2018, todas estas regiones han logrado una cierta mejora en este ámbito.
Sin embargo, existe una mayor variación en el número de empresas que tienen al menos una mujer en la alta dirección: la región ASEAN encabeza este ranking, con un 94%, seguida de Norteamérica, con un 92%, APAC, con un 85%, y la UE, con un 84%. Todas estas regiones han experimentado una mejora significativa en la proporción de empresas con al menos una mujer en puestos directivos, y APAC ha registrado la mejora más destacada, con un aumento de 14 puntos porcentuales, del 71% en 2018 al 85% en 2019.
Sur de Europa y LatAm: deberes pendientes
Tanto el sur de Europa como Latinoamérica se enfrentan a barreras culturales en el desarrollo profesional de la mujer. En muchos países del sur de Europa sigue muy arraigada la tradición de que sea la mujer quien se encargue del cuidado de la familia, tal como destacan María José González, Teresa Jurado y Manuela Naldini en la publicación ‘South European Society and Politics’. El estudio corrobora esta situación, y revela que un 27% de las mujeres directivas de la región opinan que las responsabilidades familiares ajenas al trabajo actúan como barrera para su progresión profesional. Asimismo, pese a su predilección por la mujeres para ocupar la presidencia de sus países, muchas culturas latinoamericanas siguen creyendo que las mujeres deben dedicarse al cuidado de la familia, lo que crea un “techo de hierro”, tal y como ha identificado Angélica Fuentas, antigua CEO de Omnilife.
Según el estudio, el cuidado de la familia constituye una cuestión clave para las mujeres de estas regiones, y un 24% de las mujeres directivas lo considera un obstáculo para su ascenso profesional.
Barreras para la progresión profesional
El estudio preguntado a quienes ya han dado el salto a la alta dirección por los obstáculos que han tenido que superar para llegar ahí. Tanto hombres como mujeres coinciden en que, debido a sus responsabilidades profesionales, les ha resultado difícil encontrar tiempo para mejorar sus habilidades laborales, si bien son los hombres quienes lo identifican más frecuentemente como un problema. De entre todas las categorías principales destacadas, son más las mujeres (en cuatro de las siete categorías) quienes afirman haber tenido que superar algún obstáculo y, en general, indican que han afrontado mayores barreras para su progresión.
Después de las responsabilidades laborales, otros de los escollos citados por las mujeres es la falta de oportunidades de desarrollo profesional, factor que muestra un mayor desequilibrio entre ambos sexos. Las menores oportunidades para hacer contactos y las responsabilidades familiares fuera del trabajo son los siguientes obstáculos más citados por las mujeres con respecto a su avance profesional hacia las altas esferas.
Por otra parte, entre los encuestados que afirmaron no haberse enfrentado a ningún obstáculo para ascender profesionalmente, la diferencia porcentual entre hombres y mujeres es sorprendentemente escasa. En 2019, el estudio muestra que las regiones en las que un mayor número de directivos (tanto hombres como mujeres) afirman no haber tenido que afrontar obstáculos para ascender profesionalmente son África (42%) y Norteamérica (34%).
Medidas positivas
“Resulta evidente que existen razones empresariales de peso para fomentar la diversidad en las altas esferas de las organizaciones. Si cada país tuviese que igualar el progreso nacional con el incremento más elevado registrado en su región en materia de paridad, se podrían sumar hasta 12 billones de dólares al crecimiento anual del PIB en 2025, según McKinsey & Company”, explican en el estudio.
Las empresas solo pueden adoptar medidas específicas y adecuadas cuando conocen su posición en el ranking de paridad y analizan la progresión de hombres y mujeres dentro de su jerarquía empresarial. En 2019, en Grant Thornton han analizado los métodos más habituales que utilizan las empresas para tratar de conseguir una ventaja competitiva incrementando el número de mujeres en puestos directivos. Su informe indica que, en consonancia con los positivos avances registrados, un 75% de las empresas está adoptando medidas expresas para aumentar la diversidad de género.