Goldman Sachs Asset Management (GSAM) ha lanzado un nuevo fondo sostenible de renta variable. Se trata de la estrategia Goldman Sachs Global Environmental Impact Equity Portfolio, que busca generar rentabilidad a largo plazo mediante la inversión en compañías globales que tengan una contribución positiva en el desarrollo medioambiental.
Según ha explicado la compañía, el vehículo dirigirá sus inversiones a compañías cuyos equipos de gestión estén comprometidos con el apoyo a la sostenibilidad medioambiental y que estén bien situadas en los sectores de energías limpias, economía circular, eficiencia energética, consumo y producción sostenible, y gestión responsable del agua para beneficiarse de la demanda de inversiones sostenibles.
Además, estará gestionado por el equipo de renta variable global de GSAM, dirigido por Alexis Deladerrière, jefe de renta variable de mercados desarrollados internacionales en GSAM. El equipo, integrado por 80 personas especialistas en renta variable global y otras 40 especializadas en ESG o inversiones de impacto, utilizará herramientas de medición de criterios ESG para la toma de decisiones de inversión.
“Aunque hemos comenzado a ver esfuerzos por parte de gobiernos, empresas y consumidores para adaptarse a este escenario de cambio climático, existe una creciente necesidad de innovación por parte de las empresas para ayudar a aliviar la situación y encaminarnos a un mundo sostenible. Creemos que hay compañías preparadas para impulsar una mayor sostenibilidad y que pueden tener un buen desempeño en términos de generación de rentabilidad a largo plazo”, subraya Luke Barrs, director de Fundamental Equity Portfolio de GSAM en EMEA.
El Global Environment Impact Equity Portfolio es un nuevo subfondo de la sicav Goldman Sachs Funds, con sede en Luxemburgo y elegible para UCITS. Está dirigido a clientes tanto institucionales como minoristas y está registrado para la venta en diferentes países europeos.
“En los cinco sectores definidos, energías alternativas, eficiencia energética, gestión del agua, economía circular, producción y consumo sostenible, encontramos ejemplos como los de las energías alternativas, las smart cities, o los vehículos eléctricos y autónomos donde estamos viendo transiciones de sectores económicos poderosas y con capacidad para generar oportunidades de inversión a largo plazo”, añade Barrs.