Gestión activa vs. gestión pasiva ha sido uno de los debates más intensos que ha vivido la industria de fondos durante los últimos años. En general, se ha evolucionado de una visión que enfrentaba a ambas formas de gestión a otra en que lo activo y lo pasivo pueden complementarse, incluso cada una pueda tener mayor o menor peso, según el momento.
La gran pregunta que se hace hora el inversor es cuál es el mejor enfoque para invertir de forma activa o pasiva. En este sentido, desde Allianz GI, firma caracterizada por la gestión activa, ha elaborado un decálogo señalando una serie de puntos clave para valorar antes de invertir de forma activa. En este sentido, considera que la cuestión de la gestión activa o pasiva gira en torno a la siguiente pregunta: ¿son eficientes los mercados?
En opinión de la gestora, la globalización, las tendencias demográficas, el crecimiento de los países, la escasez de recursos y una nueva era de la información son algunas de las megatendencias están cambiando el mundo. A medida que el mundo se interconecta cada vez más, los riesgos en el mercado de capitales surgen con mayor frecuencia. Los siguientes 10 aspectos pretenden demostrar por qué, en un mundo cambiante, la gestión activa de la cartera parece estar a la orden del día cuando se invierte:
- La gestión pasiva es algo del “ayer”. La gestora sostiene que la gestión pasiva es algo “retrógrado” porque “rastrea el mundo de ayer”. Esto significa que, a medida que aumentan los precios, aumenta la ponderación del sector en la cartera. Como resultado, la gestión pasiva tiende a ser procíclica.
- Behavioral finance. El peso de las finanzas conductuales han ido ganando peso en el sector. De hecho, una gran característica del mercado es que los actores económicos, y en especial los inversores, actúan de forma racional porque intentan maximizar su objetivo y utilidad. “Eso, al menos, es el paradigma reinante de homo oeconomicus. Una cosa es cierta. La racionalidad es una base para la acción humana, pero no la única. Como consecuencia, no es posible que los mercados sean eficientes”, sostiene la gestora.
- «Lo bueno en la olla, lo malo en el cultivo». Una de las principales claves de la gestión activa es que, en momentos económicos más complejos, puede identificar compañías que sostengan sus niveles de ganancias o sean capaces de emerger con más fuerza en un contexto de recesión. Para ello, sostiene la gestora, “el análisis de futuro fundamental es la clave para identificar a los ganadores en una crisis”.
- La memoria del mercado. En el mercado pueden surgir ineficiencias (anomalías), especialmente en un entorno de mercado en el que la volatilidad es alta. Allianz recuerda que las anomalías no necesariamente tienen que poseer connotaciones negativas, incluso un gestor activo puede ser capaz de convertir un situación así en una oportunidad de inversión. “Creemos que la selección de valores está ganando importancia. En años de muy baja volatilidad, otro indicador es que los inversores no prestan mucha atención a la selección de valores utilizando la investigación fundamental”, sostiene.
- Rotación sectorial. “Creemos que lo siguiente es una buena regla general: durante los aumentos económicos y las fases de auge, los sectores cíclicos (bienes de consumo cíclicos, industria, materiales básicos, TI) deben sobreponderarse, ya que es probable que sean ganadores en el repunte. En contraste, los sectores no cíclicos (servicios públicos, atención médica y bienes de consumo no cíclicos) podrían establecer el tono en la cartera durante las fases de recesión o recesión económica. Esto demuestra un enfoque para la gestión activa que busca generar rendimientos excesivos sobreponderando o subponderando sectores específicos en el transcurso del ciclo económico”, explica en este sentido.
- Anomalías: el «estilo» y el «efecto de tamaño». La gestora considera que no solo en los sectores individuales se pueden explotar las ineficiencias, también en los estilos de inversión: por ejemplo, “acciones de capitalización pequeñas vs. grandes”, “valor vs. crecimiento”, pueden ofrecer oportunidades en ciertas fases del mercado que se pueden usar activamente.
- Las reglas del mercado de valores como signo de mercados ineficientes. La antigua regla del mercado de valores «vender en mayo y desaparecer» se basa en el hallazgo de que los índices de acciones hasta ahora han tenido un desempeño inferior al normal. Si los mercados fueran realmente eficientes, ya habrían tenido en cuenta esta tendencia negativa en algunos meses del año. “En consecuencia, las normas del mercado de valores serían completamente infundada”, afirma para argumentar que la gestión activa puede obtener oportunidades en este contexto.
- Invertir en los ganadores del mañana. La gestora argumenta que, hoy más que nunca, “la selección de valores depende de la estabilidad de los flujos de efectivo, las calificaciones crediticias de las empresas y de evitar los riesgos de insolvencia. Pero simplemente rastrear el índice significaría seguir el pasado. Un índice refleja los éxitos de ayer”.
- Condiciones del mercado. La forma en que las gestoras organizan sus equipo de gestión y estudian el mercado refleja, en la mayoría de los casos, que se tiende a analizar los índices más importantes más que otras alternativas, como empresas de pequeña y mediana capitalización. Justamente en esto, en “ir contra corriente”, es donde los gestores activos tienen la oportunidad de demostrar que son capaces de vencer al índice.
- Combinar la gestión activa con la diversificación. Con el fin de ayudar a maximizar las primas de riesgo de mercado de diferentes clases de activos, los inversores deberían considerar la posibilidad de distribuir su dinero entre las diferentes canastas. Para Allianz GI esa diversificación no tiene que ser estática. “La gestión activa puede combinar de manera flexible la diversificación con las reasignaciones estratégicas y tácticas. La diversificación es, pues, la primera y más simple forma de gestión de riesgos. Para llevar más lejos la asignación activa de activos, también se pueden implementar varias estrategias de gestión de riesgos. Las estrategias también se esfuerzan por reducir el riesgo de mercado a través de una gestión activa”, concluye.