La normativa de fondos de inversión se promulgó en Costa Rica en el año 1999, inspirada en la ley española. Es un país pionero para una región en la que la industria de fondos es todavía muy incipiente. Como ejemplo, Salvador emitió su ley de fondos el año pasado, y Dominicana está en estos momentos regulándola.
En este contexto, hace un año la Asociación Centroamericana y del Caribe de Fondos de Inversión (ACFI) se propuso realizar un estudio de norma comparada en los siete países que forman parte de la asociación y que se ha presentado en el 3er Congreso ACFI celebrado el pasado mes de julio en República Dominicana. “Este estudio nos permite ver qué se debe cambiar en los reglamentos para dinamizar la industria”, matiza Víctor Chacón, presidente de ACFI y director ejecutivo de la Cámara de Fondos de Inversión de Costa Rica (CAFI) . “La labor de la Asociación debe ir encaminada a proporcionar herramientas para que las administradoras de fondos puedan hablar con las bosas y los reguladores y ver como se mejora tanto la gestión como la distribución de los fondos de inversión”.
Algunos países representados en el Congreso se hacían eco de que en ocasiones, el desarrollo de la normativa es lento y pone trabas a la creación de nuevas administradoras. Es el ejemplo de Guatemala, donde el Anteproyecto de Ley lleva una año parado parado en el Ministerio de Economía, «bien sea por motivos burocráticos o por razones políticas», según apuntaba Alfredo Rivera, gerente general de Portafolio de Inversiones en la mesa redonda dedicada al análisis de los resultados del cuestionario sobre norma comparada. Sin embargo, los participantes coincidían en declarar que el papel del regulador no es interesarse por la viabilidad financiera de la administradora, sino dar total seguridad a los futuros inversores sobre la limpieza de los socios antes de dar autorización a nuevas administradoras. Posteriormente, al ir lanzando productos, el regulador debe ir pidiendo a la administradora los requisitos operativos necesarios. A este respecto Chacón explicaba que, siguiendo los pasos mexicanos, era recomendable que toda reforma normativa de la Superintendencia fuera acompañada de un estudio de costo/beneficio para ver si las nuevas exigencias tienen sentido en relación a sus beneficios.
Marielena García, SVP de Investment Banking de MMG Bank en Panamá añadía que, si bien no es conveniente que existan barreras de entrada demasiado altas que impidan el desarrollo del sector, sí es importante tener un minucioso seguimiento de todos los que tienen una responsabilidad fiduciaria. “Los que no deberían tener trabas para acceder al mercado son los inversionistas, aunque sean pequeños”, agrega. En Panamá, el impedimento más importante para un inversionista es que tiene que operar a través de una figura que se denomina “cuenta de inversión”, que tiene un coste de unos 250 a 300 dólares al año, “demasiado alto para el pequeño inversionista”, según apunta García.
En Nicaragua, donde la Ley del Mercado de Capitales se aprobó en 2006 y se reglamentó en 2007, los fondos no han sido un vehículo viable para el inversor hasta que recibieron un tratamiento fiscal favorable, tras la reforma de 2013. “Esto ha sido clave para incentivar esta figura, y es un punto fundamental a desarrollar en la industria”, aseguraba en la mesa redonda Emiliano Maranhao, presidente de Invercasa Puesto de Bolsa. “Además, es de gran interés para las bolsas de estos países, para los que los fondos son un gran cliente”.
El pasado mes de abril inició su funcionamiento INVERCASA SAFI, lanzando en junio los primeros fondos de inversión de Nicaragua: ACTIVA Fondo de Inversión de Liquidez Dólares y ACTIVA Fondo de Inversión de Liquidez Córdobas. Para el segundo semestre, tienen en su agenda el lanzamiento de un fondo financiero de crecimiento y un fondo inmobiliario. Maranhao animaba en este foro a que otras casas de valores nicaragüenses se animen a crear nuevas SAFIs para impulsar el negocio, de forma que el regulador vea necesario hacer cada vez más favorable la normativa pata invertir en fondos.
“Los reguladores tienen que ver el producto de fondos de inversión como algo bueno para el desarrollo de su país”, puntualizaba Chacón, añadiendo que si bien la gestora debe teber flexibilidad en el diseño de las carteras, siempre debe ser a cambio de que exista la máxima transparencia con el partícipe. En este sentido, Chacón insitía en un punto que fue repetido en numerosas ocasiones a lo largo del Congreso: “es fundamental saber perfilar bien al cliente”. En Costa Rica, donde existe una normativa a este respecto, la crisis subprime se superó sin excesivos problemas porque los clientes estaban bien perfilados en función de su tolerancia al riesgo.