Tras casi una década de rentabilidades positivas, la fase final de 2018 aportó a los inversores un claro recordatorio de las virtudes de los fondos de rentabilidad absoluta. Los mercados de renta variable registraron altibajos a lo largo del año, pero las caídas de octubre y diciembre destruyeron sus rentabilidades acumuladas. Ante el retroceso indiscriminado de los principales mercados, el equipo Real Return de Newton admite que realmente “no hubo donde esconderse” en dichos meses.
Ante la perspectiva de mayor incertidumbre y volatilidad elevada en 2019, el equipo Real Return de Newton está preparado para adaptarse a cualquier coyuntura que le depare el futuro. En vista de factores como la amenaza de contracción de la economía china, el mayor riesgo de una recesión en Estados Unidos, el nerviosismo en torno al rumbo de la política monetaria y los problemas políticos que continúan afectando a Europa, el equipo considera que un repunte del crecimiento global queda bastante lejos.
En este contexto, Brendan Mulhern, estratega global en Newton, destaca la utilidad del marco de “crisis, respuesta, mejora y complacencia” formulado por el economista jefe de Morgan Stanley, Robert Feldman. Esta estrategia, afirma, ha ayudado al equipo Real Return a navegar las fluctuaciones y vaivenes del mundo posterior la crisis financiera, en el que la intervención estatal se ha convertido en lo habitual.
Básicamente, el marco de Feldman es el siguiente: la “respuesta” a la “crisis” de tensión creciente en los mercados financieros y del bajón económico global comenzó a finales de 2015 con el esfuerzo concertado de la Reserva Federal estadounidense, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón para lanzar un programa conjunto de estímulo –bautizado más tarde como expansión cuantitativa (QE)– por importe de 15 billones de dólares.
Simultáneamente, el Banco Popular de China implementó un enorme paquete de estímulo financiado con deuda. Esta actividad conjunta espoleó la “mejora” percibida de la economía global y las consiguientes rentabilidades financieras de 2017. Sin embargo, dicha mejora estaba hinchada artificialmente, y el subsiguiente “crecimiento global sincronizado” de dicho año provocó la “complacencia” de ciertos bancos centrales, reflejada en el endurecimiento monetario del que hemos sido testigos en distintos países, concluye Mulhern.
En su opinión, las consecuencias han sido profundas: “El año pasado, el dinero global dejó de crecer. Fuimos testigos de un fuerte bajón de la creación de crédito, tanto por los bancos centrales como por el sector privado. Desde entonces, la reversión del crecimiento experimentado por el crédito en 2016/2017 ha dado pie a nuevas caídas de las cotizaciones y a un descenso del impulso económico”.
Historial de protección frente a caídas
La aparición de un trasfondo negativo ha suscitado un mayor interés por la protección del capital y por la capacidad de los fondos no solo de soportar la volatilidad de los mercados, sino también de recuperarse rápidamente. La estrategia Real Return se diseñó en 2004 al constatar que el mundo de la inversión estaba cambiando. Las inversiones dejaron de limitarse a la dinámica de “rentabilidad elevada/la tendencia es tu amiga” que caracterizó a gran parte de los ochenta y los noventa (y según algunos, también periodos más recientes).
En lugar de ello, el énfasis en la preservación del capital pasó a un primer plano: el equipo adoptó un objetivo de Libor +4% como un modo de animarle a pensar tanto en ganar dinero como en no perderlo, subrayando con ello la asimetría de las rentabilidades.
Aunque muchas gestoras de rentabilidad absoluta realizan afirmaciones similares, pocas homólogas de la estrategia han sido capaces de demostrar de forma efectiva que han logrado tales objetivos, y otras no tienen una trayectoria suficiente como para demostrar su valía. Los fondos en este segmento han crecido considerablemente desde la crisis financiera de 2008.
A partir de dicho año, cabe destacar tres periodos en los que los activos de riesgo –representados por el índice FTSE World– han pasado apuros: el bajón de 29 meses de la renta variable a partir de octubre de 2007 que dio comienzo a la crisis financiera global, los nueve meses desde junio de 2011, y el mercado bajista de 10 meses desde el 31 de mayo de 2015 hasta el 31 de marzo de 2016.*
Tomando como ejemplo el bajón de 2007, el índice FTSE World cayó un 32,98% en libras esterlinas y los inversores tardaron más de dos años en recuperar sus pérdidas. En cambio, la estrategia Real Return volvió a territorio positivo en menos de un año. Según explica la gestora, los baches menos profundos permiten una recuperación más rápida, un aspecto determinante de la estabilidad de resultados la que se enorgullece el equipo Real Return. Al perder menos dinero en su momento más bajo, las caídas se gestionaron durante un plazo de tiempo más breve, con lo que el equipo pudo recuperarse con mayor rapidez y sentar las bases para las rentabilidades positivas que generó en años difíciles como 2007, 2008 y 2009.
Las rentabilidades recientes corroboran la validez de este enfoque: ante un trasfondo de volatilidad elevada tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija en la recta final de 2018, el BNY Mellon Global Real Return Fund ganó un 0,13% en euros en diciembre y limitó su caída en el año a un 1,0%.Estas cifras contrastan con la evolución del índice MSCI World NR, que cayó un 8,48% en dicho mes y cerró 2018 un 4,11% a la baja (ambas cifras calculadas igualmente en euros).
La rentabilidad del fondo se calcula como rentabilidad total expresada en la divisa de la clase de participación o acción correspondiente, incluyendo gastos corrientes pero excluyendo cargo inicial, neta de comisiones de rendimiento (de ser aplicables), ingresos brutos reinvertidos. El cargo inicial (que puede alcanzar el 5%) puede tener un impacto sustancial sobre la rentabilidad de su inversión.
Posicionamiento en busca de oportunidades
Ahora, dado el mayor riesgo en los mercados, el equipo de inversión es consciente de la necesidad de preservar el capital, pero también de las oportunidades que presenta la actual coyuntura. “El espectro de riesgos estructurales, geopolíticos y –de forma creciente– cíclicos a los que se enfrentan actualmente los inversores todavía no está plenamente descontado en las cotizaciones”, afirma el equipo Real Return.
“No cabe duda de que las recientes caídas bursátiles han mejorado el perfil de rentabilidad potencial y acercado a los valores incluidos en nuestra «lista de deseos» hacia territorio de compra. Aunque los recientes esfuerzos de preservación de capital de la estrategia han sido alentadores, no creemos haber satisfecho del todo este objetivo, y estamos preparando la cartera para la próxima fase en los mercados financieros. Nuestra expectativa es que la atención volverá a concentrarse en la generación de rentabilidad, lo cual seguramente implicará elevar la exposición a acciones favoritas a medida que unas valoraciones más atractivas amplían el conjunto de oportunidades. También prevemos elevar la exposición a clases de activo como la deuda corporativa a medida que factores como el alto apalancamiento de las empresas, el descenso de su rentabilidad y el creciente riesgo de liquidez contribuyen a la subida de las rentabilidades al vencimiento (TIR) del crédito”, explica Catherine Doyle, la especialista de inversión de la estrategia Real Return.
*Datos Lipper, consultados el 31 de agosto de 2016.