Fidelity International (Fidelity) ha presentado una versión mejorada de su política de inversión en torno al cambio climático que alinea su estrategia de gestión de inversiones activa y a largo plazo con el objetivo de cero emisiones netas en el futuro. Sobre la base de su compromiso como miembro fundador de la Net Zero Asset Manager Initiative, que persigue lograr las cero emisiones netas en 2050, Fidelity se ha comprometido a conseguir en 2030 una reducción del 50% de las emisiones de CO2 en toda su cartera con respecto a los niveles de referencia de 2020.
Para guiar este proceso, Fidelity pondrá en marcha una metodología de calificaciones climáticas propias. Según explica la gestora, estas se nutren de los recursos de análisis de Fidelity para evaluar la ambición de las empresas en las que invierte de alcanzar las cero emisiones netas, y se utilizará para ir estableciendo objetivos intermedios en el camino hacia las cero emisiones netas de sus fondos. Junto con la mejora de las prácticas de voto anunciada este verano para que las empresas cumplan unas normas mínimas en materia ESG, esta política animará a las compañías a reducir su impacto en el planeta y a aportar valor a todas las partes interesadas en un mundo que se está descarbonizando.
“Como inversores responsables, creemos que debemos hacernos cargo de la huella de carbono de las carteras que gestionamos y trabajar con las empresas en que invertimos para reducir las emisiones en consonancia con los objetivos internacionales de neutralidad en emisiones de carbono. Fidelity invierte en muchas de las principales empresas del mundo y queremos utilizar nuestra influencia como administradores activos de capital para ayudar al mundo a cumplir sus objetivos climáticos. Esta política a largo plazo, impulsada por el compromiso, tiene como objetivo hacer que las empresas rindan cuentas de su huella de carbono y garantizar que unos mercados públicos transparentes sean una fuerza poderosa para la descarbonización”, ha señalado Jenn-Hui Tan, responsable global de Supervisión e Inversión Sostenible de Fidelity International.
Calificaciones climáticas
La gestora señala que su nueva metodología de calificaciones climáticas propias se apoya en la experiencia de sus analistas internos, especialistas en sostenibilidad y sus más de 400 profesionales de la inversión en todo el mundo para evaluar las empresas en función de su compromiso de alinear sus negocios con un futuro de cero emisiones netas.
Se extenderán a todas las empresas del universo de inversión de Fidelity y se integrarán en todas las decisiones de inversión. En la primera fase, las calificaciones se utilizarán para identificar oportunidades de compromiso en sectores de alto impacto y para establecer objetivos provisionales para 2025 y más allá, con el fin de garantizar que todos los fondos que promueven características ambientales o sociales y los que tienen un objetivo de inversión sostenible se alineen con una trayectoria de cero emisiones netas para 2050. Cuando los emisores evaluados no estén alineados pero hayan trazado una ruta de transición creíble, Fidelity tratará de reforzar su diálogo con la dirección para instigar avances hacia la reducción de las emisiones.
«Estas calificaciones garantizarán que centremos nuestros esfuerzos en las mayores oportunidades de reducción de emisiones. El compromiso específico será crucial para alcanzar los objetivos de emisiones de nuestra cartera», añade Tan. Además, Fidelity también apuesta por reducir las emisiones de carbono de sus propias actividades y ha adelantado su objetivo de reducir las emisiones de carbono en el conjunto de la empresa hasta el cero neto en 2030.
Carbón térmico
Para asegurar que su cartera está alineadas con las cero emisiones netas, Fidelity se compromete a desprenderse de todas las exposiciones al sector del carbón térmico antes de finales de 2030 en los países de la OCDE y antes de finales de 2040 en todo el mundo. Este compromiso está en consonancia con las recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía para alcanzar la neutralidad en emisiones en 2050 y los esfuerzos internacionales para limitar el cambio climático a 1,5ºC.
Esta salida gradual dará a las empresas la oportunidad de demostrar su capacidad de transición y se guiará por la política de Calificación Climática y compromiso de Fidelity. Si las empresas no demuestran un progreso hacia la neutralidad en un plazo no superior a tres años, Fidelity buscará la desinversión.
“Salir inmediatamente de nuestra exposición a las empresas más intensivas en carbono disminuirá el impacto que podemos tener a través de un compromiso activo y es poco probable que marque una diferencia en las emisiones del mundo real, ni que aborde las necesidades energéticas de muchos países en la actualidad. Aunque Fidelity sigue comprometida a trabajar con las empresas en su transición, reconocemos que algunas actividades y negocios son incompatibles con un futuro de cero emisiones netas. La desinversión es el último recurso, pero es la única salida cuando las empresas no pueden o no quieren mostrar progresos. Además, a medida que aumente el ritmo de la innovación y el desarrollo tecnológico, seguiremos revisando nuestros objetivos para asegurarnos de que continuaremos siendo flexibles y capaces de responder a los avances significativos en este espacio”, concluye Tan.