La pandemia sanitaria del coronavirus lleva golpeando con fuerza a los mercados desde finales de febrero. En este contexto, la rentabilidad de las carteras de los fondos de inversión españoles se ha desplomado durante las últimas semanas, lo que ha llevado al sector a fuertes caídas en su patrimonio. La parte menos mala es que, a pesar de todo este impacto en rentabilidad, los partícipes han contenido sus salidas: los reembolsos netos en las tres primeras semanas de marzo suman 5.100 millones de euros, según los datos de Inverco, lo que supone un 1,9% del patrimonio total de los fondos.
Es decir, las caídas patrimoniales en tres semanas, de 26.800 millones de euros, se explican principalmente, en un 81%, por el efecto mercado: los fondos han sufrido una caída de la rentabilidad de sus carteras del 7,8%, que el caso de los vehículos de renta variable nacional supera el 24% y roza el 20% en los de bolsa internacional –ver cuadro-.
El 19% restante de la merma patrimonial se explica por los reembolsos de los inversores, que superan los 5.000 millones. Este volumen de reembolsos, siendo relevante, no es el más elevado de la serie histórica (en seis ocasiones anteriores ha sido superior), matizan desde Inverco. Por ejemplo, en octubre de 2008 retiraron 8.100 millones de euros, recuerdan desde la asociación.
“Estos datos demuestran que en estos momentos de elevada volatilidad, los partícipes han preferido mantener su inversión en fondos con una estrategia a medio y largo plazo, frente a la alternativa del reembolso a corto plazo con asunción de pérdidas”, dicen. Esta semana, Inverco emitía un comunicado en el que recordaba la «madurez» de los partícipes. Y es que, según datos de una reciente encuesta del Observatorio Inverco realizada a las gestoras, el tiempo medio de permanencia de los partícipes en un fondo es de más de cinco años, según datos del 49% de las gestoras, y entre tres y cinco años para el 36% de las mismas.
En cualquier caso, en marzo, casi todas las categorías de fondos registraron reembolsos netos, con excepción de los fondos monetarios, por razones defensivas, y los de renta variable internacional, que, tras el ajuste en valoración por efecto mercado, generan expectativas de rendimiento entre los partícipes.
En este contexto, el patrimonio de los fondos se sitúa en 244.436 millones de euros hasta la tercera semana de marzo 2020, en un entorno de elevadas turbulencias en los mercados. Todas las categorías experimentaron reducciones en su volumen de activos, con mayor intensidad en aquellas que presentan mayor exposición a acciones (los fondos de bolsa internacional en lo que va de año acusan el mal comportamiento del mercado, experimentando un retroceso patrimonial del 26%, debido a su mayoría al efecto mercado, ya que registran suscripciones netas positivas en el conjunto de 2020). Sólo los monetarios recuperaron el patrimonio perdido en meses anteriores.
Los datos de VDOS a 25 de marzo son algo más negativos: estiman caídas de 28.500 millones en el patrimonio de los fondos.
Las lecciones del pasado
En un mensaje de tranquilidad a los inversores, Inverco recuerda algunas lecciones de crisis similares a la actual en los mercados: “Para los que mantuvieron sus posiciones en fondos con un objetivo de inversión a medio o largo plazo, las pérdidas latentes se convirtieron posteriormente en ganancias; y para quienes realizaron nuevas suscripciones en esos momentos se generó rentabilidad posterior”.
A modo de ejemplo en los últimos 18 años, y considerando solo datos mensuales de rentabilidad media de los fondos, en el 60% de los meses con los 25 mayores reembolsos de la serie histórica, los fondos registraron rentabilidades positivas en el mes siguiente al del reembolso. En tres de los cuatro meses con mayores reembolsos de la serie histórica, los fondos registraron rentabilidad positiva el mes siguiente.
También recuerda que las decisiones precipitadas de desinversión a corto plazo generan pérdida de oportunidades de rentabilidad para los partícipes. Así, de los 15 meses con mayor rentabilidad de la serie histórica, sólo seis fueron aprovechados por nuevos partícipes, ya que en el resto (nueve meses) los fondos habían experimentado reembolsos el mes anterior.
“Una estrategia de desinversión cortoplacista basada en emociones más que en objetivos a medio plazo multiplica la posibilidad de error y aumenta la probabilidad de pérdida”, añade Inverco. Como ejemplo, la rentabilidad media anualizada de los fondos de renta variable nacional en los últimos 15 años alcanza el 3,8% anual (es decir, el 75% acumulado en los últimos 15 años). Si un partícipe hubiera estado invertido durante esos 15 años, ahora tendría dicha rentabilidad. Si hubiera reembolsado sólo en los cuatro meses con mayor rendimiento de la serie, volviendo a suscribir al mes siguiente, la rentabilidad acumulada que obtendría en el período se habría reducido al 13%. Es decir, lo que hubiera supuesto para un partícipe de renta variable nacional el desinvertir sólo en cuatro de los últimos 180 meses, sería el 62% acumulado, que en rentabilidad anualizada supone algo más del 3% anual, explica Inverco, para dejar claro que «con una estrategia de inversión a medio y largo plazo, las caídas puntuales de rentabilidad, aunque sean relevantes, tienen un impacto mínimo, si se mantiene la inversión».
La asociación también recuerda que los datos de rentabilidad deben analizarse por los partícipes de forma individualizada, “dependiendo del momento en que suscribieron el fondo y las rentabilidades que lleven acumuladas y teniendo en cuenta su horizonte de inversión”.
Ventajas del instrumento
Desde la asociación también recuerdan que los fondos “siguen facilitando liquidez a los partícipes que lo precisen, pero también oportunidades de rentabilidad a otros, dentro de un marco regulatorio sólido y supervisado, mediante diversificación del riesgo, gestión profesional y seguridad del patrimonio de todos y cada uno de los partícipes”.