En los últimos años, el nacimiento de varias gestoras independientes con filosofía de gestión value no solo ha popularizado este tipo de inversión, sino que, además, nos ha acostumbrado a que éstas nos anuncien cuándo van a cerrar alguno de sus fondos de inversión, es decir, cuándo dejarán de admitir nuevos inversores o nuevas aportaciones. Un evento así se conoce en la jerga financiera como “cierre del fondo” y las gestoras suelen ir realizando “avisos” antes de que se produzca.
Los inversores pueden creer que cuando una gestora anuncia que va a cerrar un fondo está llevando a cabo una estrategia de marketing y, de hecho, algunas voces dentro de la industria lo han criticado abiertamente. “Cerraremos los fondos cuando haya que cerrarlos, pero no vamos a anunciarlo”, afirmaba Beltrán de la Lastra, director de inversiones de Bestinver en su última conferencia con inversores.
Desde la industria rechazan que la comunicación del próximo cierre de un fondo forme parte de una estrategia de marketing, pero lo cierto es que el “efecto llamada” que genera entre los inversores puede llegar a ser importante. Las gestoras consultadas, sin embargo, evitan pronunciarse sobre si al anunciar el cierre de un producto aumenta su captación de patrimonio. “Simple y llanamente se trata de buscar la mejor forma de ofrecer a los partícipes de los fondos las mejores condiciones de inversión. En nuestro caso, no tenemos objetivos de captación, ni se trata de un input que tengamos en consideración en nuestra estrategia de desarrollo de negocio. Sabemos que esto no es habitual en la industria”, afirma Carlos González Ramos, subdirector de relación con inversores de Cobas AM.
Para Beltrán Parages, director de relación con inversores de azValor, anunciar el cierre de un fondo “no es una estrategia de marketing sino un compromiso para salvaguardar tanto los intereses de los inversores como los nuestros, ya que somos uno de los principales inversores de los fondos”.
Uno de los fondos value que recientemente ha llevado a cabo su cierre es el Magallanes Microcaps al alcanzar su capacidad máxima de 100 millones de euros. “En marzo de 2017 lanzamos Magallanes Microcaps Europe para aprovechar la oportunidad que brinda un mercado ilíquido e ineficiente donde las disparidades entre valor y precio perduran más en el tiempo y, a la vez, son más grandes. De hecho, ya en el momento de su constitución nos comprometimos a una capacidad máxima de 100 millones de euros y cuando el patrimonio del fondo llegó a su capacidad máxima el pasado mes de abril, procedimos al cierre del mismo”, comenta Mercedes Azpiroz, directora de relación con inversores de Magallanes Value Investors.
¿Por qué se cierra un fondo de inversión?
Los gestores value argumentan que sus estrategias no pueden aplicarse a cantidades de dinero ilimitadas y, por tanto, tienen un límite de capacidad. “Esto se debe a la dificultad que genera encontrar valor cuando los activos bajo gestión aumentan”, explica González Ramos.
De manera que, a partir de un determinado umbral de patrimonio, la rentabilidad comenzaría a decaer y el riesgo se incrementa. Además, los costes de la gestora pueden dispararse y la libertad del equipo gestor verse limitada. “Nuestra propia experiencia nos ha ayudado a determinar ese límite, ya que en nuestro pasado profesional experimentamos un mayor nivel de errores a partir de un volumen de activos bajo gestión, y tanto el nivel de libertad en implementar nuestra estrategia, como el riesgo que asumíamos crecieron claramente por gestionar “demasiado” dinero”, puntualiza Parages.
Desde avValor, que ha establecido un límite de capacidad conjunto para sus fondos azValor Iberia y azValor Internacional de 2.500 millones de euros, señalan que estos límites les afectan negativamente como “negocio” en el corto plazo, pero les beneficia como co-inversores de los fondos.
En opinión de Eduardo Antón, gestor de patrimonios de Andbank, hay aspectos positivos y negativos en el cierre de un fondo de inversión. “Normalmente se cierran los fondos más exitosos, es decir la primera mejor opción de la gestora, y es difícil encontrar un sustituto. Además, supone una merma en los ingresos de la gestora. Por el lado positivo, da confianza en los clientes y puede hacer más sostenible en el tiempo la relación gestora-inversor”.
Soft close y hard close
La legislación de IIC en España no permite hacer cierres parciales (soft close) sino que se ha de hacer para todos los inversores (hard close). Existen, sin embargo, varias fórmulas para simular esta situación de cierre como permitir solo a los clientes existentes aumentar su inversión en el fondo, pero no admitir nuevos clientes.
Otras gestoras impiden totalmente las nuevas suscripciones y, por último, existe una fórmula mixta como la de imponer una comisión de suscripción a los nuevos partícipes y que la comisión no vaya a la gestora sino al valor liquidativo del fondo. De esta forma se trata de equilibrar el posible perjuicio que genera el incremento de patrimonio con una compensación que aportan los nuevos suscriptores a favor del fondo.