ISR, ASG o inversión de impacto son algunos de los términos que se escuchan a diario en los mercados financieros. Más allá de los motivos éticos, invertir de forma sostenible es cada vez más común y, por ende, más fácil, gracias a los productos que ofrecen entidades como Degroof Petercam Asset Management. La gestora defiende que hacerlo no solo no supone ningún coste para la rentabilidad, sino que, tal y como reflejan los resultados de sus estrategias, “es un valor añadido”.
“Hemos creado valor porque la sostenibilidad suma alfa y además hemos reducido la volatilidad de la cartera”, aseguró Ophélie Mortier, su responsable de estrategias SRI, en un roadshow celebrado recientemente en Madrid, en el que recordó que DPAM lleva apostando por este tipo de inversiones desde 2008. “Acertamos al hacerlo y seguimos acertando, por eso es muy importante que nuestro modelo siga siendo relevante”.
En ese sentido, cuenta que cada seis meses se reúnen con expertos para analizar las estrategias y actualizar su ranking de países. “El objetivo es seguir capturando las oportunidades a medio y largo plazo en términos de sostenibilidad. No tener en cuenta esos desafíos no tiene sentido porque la misma regulación ya lo exige”, apunta.
En esto se basan sus productos de deuda soberana DPAM L Bonds Government Sustainable, con el que comenzaron a aplicar este modelo en mercados desarrollados en diciembre de 2007, y DPAM L Bonds Emerging Markets Sustainable, lanzado en 2013 y con un 80% en divisa local. Ambos se sustentan sobre cinco indicadores de sostenibilidad: buen gobierno, medio ambiente, educación e innovación, distribución de la riqueza y sanidad, y economía.
El “corazón” de estas estrategias es la gobernanza, que se basa en valores como la transparencia y el respeto a la democracia, con un peso del 26% en los mercados desarrollados y del 33% en los emergentes. “Es particularmente importante en estos últimos porque hay una correlación entre la calidad de un gobierno y el riesgo de default”, dijo Mortier.
Asimismo, hizo hincapié en que apartan los países que no cumplen los estándares democráticos mínimos, que son aquellos considerados “no libres” por la ONG Freedom House y “autoritarios” por The Economist. Por ese motivo, actualmente están excluidos Venezuela, Rusia y China, mientras que las mejores puntuaciones del ranking las tienen República Checa y Singapur.
Según el gestor de este fondo, Michaël Vander Elst, su proceso es “único” y se suma a una estrategia activa y altamente diversificada. “No tengáis miedo de invertir en emergentes. En los últimos años, ha aumentado su presencia en la economía global y esperamos que esta tendencia continúe: si observamos el diferencial de crecimiento entre países desarrollados y emergentes, cada vez está más cerca”, afirmó. En el mismo seminario, destacó que la capacidad de retorno que tienen estos activos se explica por el “carry”.
El DPAM L Bonds Emerging Markets Sustainable ha registrado un retorno superior al 10% en lo que va de año, con 1.700 millones de euros bajo gestión. “Somos más cautelosos en el mercado forex por la guerra comercial: existe el riesgo de que pase a ser una guerra de divisas y, si China devalúa su moneda, podría impactar en el resto de emergentes”, advirtió Vander Elst.
Asimismo, apuntó que los países frontera son “muy positivos” en una cartera porque cuentan con una baja correlación con los mercados tradiciones y un rendimiento atractivo y ayudan a reducir la volatilidad. Aun así, solo pueden suponer hasta el 15% de la cartera de DPAM.
Por su parte, el gestor Sam Vereecke señaló que los mercados emergentes son “arriesgados”, pero, en el caso del fondo de la gestora, el 90% es grado de inversión. Del otro lado está el DPAM L Bonds Government Sustainable, que él gestiona, ha ganado más de un 7% este año y, en su opinión, “la combinación de ambos resulta en una mezcla muy interesante de rentabilidad y seguridad en una cartera diversificada”.
En este caso, el universo de inversión parte de los estados miembros de la OCDE, sobre los cuales DPAM aplica su análisis de sostenibilidad, lo que resulta en un ranking que actualmente lideran Noruega, Suiza y Dinamarca.
Mientras, aunque pueda resultar sorprendente, Japón y Estados Unidos, pese a tratarse de dos de los mercados desarrollados más potentes del mundo, son considerados “no elegibles” por la gestora. En el caso de EE.UU. se debe a que desde hace unos años ha perdido en transparencia y en valores democráticos y otros indicadores, como la educación, apenas destacan.
“Gracias a que no nos basamos en ningún índice, nuestro universo es muy diverso y permite centrar la atención en otros mercados”, aseguró Vereecke. Con el 40% de los bonos soberanos del fondo con calificación AAA, la estrategia apuesta por una duración neutral basada en la del JPM EMU e invierte en mercados locales cubriendo siempre en euros para evitar el riesgo divisa. De hecho, la mitad de la cartera la conforman países de fuera de la Eurozona: Canadá, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.
Desde su lanzamiento en 2007, la estrategia ha atravesado “numerosas tormentas”, pero, a largo plazo, ha rendido considerablemente bien. “Aunque suele tener un bajo rendimiento, es un diversificador de carteras de alta calidad”, aseveró Vereecke.