El pasado mes de octubre, Richard H. Thaler, uno de los fundadores de la economía conductual y las finanzas conductuales, fue galardonado con el Premio Nobel de Economía por explicar cómo la toma de decisiones irracionales afecta a la economía y los mercados financieros.
Desde 2001, Degroof Petercam AM –la división de gestión de activos institucional de Degroof Petercam– ha estado capitalizando la investigación académica de Thaler. El primer fondo de behavioral value fue lanzado en 2002. Actualmente, las estrategias de Behavioral Value de Degroof Petercam AM suman 2.500 millones de euros en activos bajo gestión.
El enfoque de behavioral value de Degroof Petercam AM está en gran medida basado en el estudio publicado en Journal of Finance “Does the Stock Market Overreact?”, de Werber F.M. De Bondt y Richard Thaler (1985). De acuerdo con sus observaciones empíricas, los mercados tienden a extrapolar de manera excesiva tanto las buenas como las malas noticias, llevando a la sobrevaloración de títulos más atractivos y a la infravaloración de títulos caídos en desgracia. Cuando la “reversión media” finalmente empieza a hacer efecto, las acciones más atractivas tienen un peor rendimiento y los ‘ángeles caídos’ tienen un mejor rendimiento.
A comienzos del 2000, Jan Longeval, co-CEO de la división de Institutional Asset Management, y Philippe Denef, CIO de Quantitative Equity, argumentaron que la capitalización de estas teorías podría producir estrategias de inversión innovadoras y con buenos rendimientos. El reto fue convertir las ideas académicas relacionadas con el comportamiento en un proceso de inversión claro.
Según Jan Longeval, “las finanzas conductuales demuestran que muchos participantes del mercado tienen a cometer errores sistemáticamente. Nuestro objetivo fue explotar esos errores en nuestro beneficio a través de un proceso de inversión consistente, que básicamente se ha mantenido estable durante quince años, creando un valor añadido significativo para nuestros inversores”.
Para Philippe Denef, “desde el lanzamiento de nuestro primer fondo de Behavioral Value, DPAM Capital B Equities EMU Behavioral Value, los activos bajo gestión de Degroof Petercam AM en este tipo de estrategias se han incrementado hasta 2.500 millones de euros. El track record está ahí: por ejemplo, un rendimiento superior frente al MSCI Index (neto de comisiones hasta septiembre de 2017) del 65% y del 80% frente al índice MSCI EMU Value Index. Esto demuestra que utilizar la investigación académica puede convertirse en una estrategia de inversión ganadora, siempre y cuando se aplique un proceso de inversión consistente y riguroso”.
Richard H. Thaler – algunas referencias
Hasta los años setenta, el pensamiento económico fue principalmente dirigido por las matemáticas. Fundamentalmente tenían una visión normativa sobre el mundo e intentaron presentar la economía como debería ser. Normalmente, esto implicaba que sus teorías económicas estaban sujetas a un conjunto de supuestos iniciales. La doctrina era que los actores económicos en general y los inversores en particular piensan y se comportan de una manera racional, siempre buscando el objetivo óptimo.
A finales de los años setenta, esta visión cambió. Varios psicólogos conductuales comenzaron a enfocar la teoría económica de una forma distinta: no desde un enfoque normativo sino basándose en observaciones del comportamiento humano.
Observaron que la mayoría de los inversores son incapaces de cumplir con el principio de toma de decisiones perfectamente racional. Dos ejemplos son pertinentes a este respecto:
- El comportamiento irracional es el resultado del hecho de que, cuando toman decisiones, la gente tiende a tomar atajos mentales, es decir, ante la complejidad, tienden a recurrir a las reglas del juego, muchas de las cuales son incorrectas o están incompletas.
- Marco: No sólo el contenido objetivo de información determina la toma de decisiones sino también la forma en que se presenta.