2019 fue un buen año para la mayoría de los activos, incluida la renta fija, pese a haber estado marcado por los tipos bajos. La pregunta ahora es si, en 2020, todavía queda jugo por exprimirle a estos mercados. Para el especialista senior de renta fija de RAM AI, Hasan Aslan, la respuesta es afirmativa. La clave reside en contar con un enfoque táctico y buscar oportunidades sin perder de vista la ratio riesgo-retorno. En una entrevista con Funds Society, recomienda el RAM Global Bond Total Return, un fondo que busca obtener retornos de entre un 2 y 4% sobre el “cash” a través de una cartera diversificada, de calidad y líquida de bonos con grado de inversión.
El ciclo económico actual es el más largo desde la Gran Depresión en Estados Unidos, pero “sabemos que nos estamos acercando al final”, afirma al apuntar que, por ello, los inversores deben prestar atención a los elementos que están generando dispersión en los mercados. Entre ellos, destaca la burbuja de deuda a nivel mundial -sobre todo en determinadas regiones y sectores-, la acción de los bancos centrales o la incertidumbre política.
Sin embargo, sobre estos últimos considera que cada vez se está hablando más de la necesidad de políticas fiscales y, aunque el BCE podría seguir bajando los tipos, lo más probable es que, si la macroeconomía empeora, actúe a través de los programas de compras y no ser agresivo con los tipos de interés.
Otro de los factores geopolíticos a los que presta atención es, inevitablemente, la guerra comercial. En su opinión, el acuerdo firmado recientemente entre China y EE.UU. es, básicamente, “una solución temporal con fines electorales”. “Hay que prestar atención a las elecciones porque Trump puede contraatacar y generar nuevos conflictos para demostrar que él es la mejor opción para corregir los errores del pasado”, dice Aslan.
Asimismo, hace hincapié en la necesidad de vigilar de cerca los datos macroeconómicos, ya que los indicadores adelantados muestran algo de estabilización, pero todavía hace falta información. Por ahora, la cartera del RAM Global Bond Total Return Fund está preparada para el entorno de bajo crecimiento que esperan en 2020. “Estamos posicionados de forma cautelosa y defensiva. Al invertir a nivel global, podemos ser tácticos y seleccionar las oportunidades que nos convencen en el mercado de renta fija desde una perspectiva riesgo-retorno”.
La estrategia obtiene valor de tres fuentes fundamentales: la exposición a los tipos de interés, el crédito y los mercados de divisas. La cartera no está vinculada a ningún índice de referencia y no tiene restricciones geográficas ni sectoriales: se centra básicamente en encontrar emisores ‘investment grade’ que permitan obtener liquidez y controlar la volatilidad. De hecho, según Aslan, en los últimos tres años y medio, esta se ha mantenido en torno al 1,8%.
Lanzado en 2009, el fondo cuenta actualmente con 161 millones de euros en activos bajo gestión y, en 2019, casi duplicó su objetivo de rentabilidad, alcanzando un 8,15%. La cartera está compuesta por 100 títulos que, actualmente, pertenecen en su mayoría al segmento investment grade de 3 a 5 años.
En vista de que los datos económicos todavía no son claramente positivos, RAM mantiene un sesgo hacia los bonos soberanos y cuasi-soberanos frente a los corporativos, tanto en los mercados emergentes (donde prioriza la región Asia-Pacífico) como en Estados Unidos o la periferia europea. En esos mercados, también cuentan con exposición a determinadas entidades financieras de renombre.
«Dada la compresión de los spreads del 2019 y, sobre todo, de diciembre y enero, hemos decidido reducir la exposición al crédito hasta que veamos mejores puntos de entrada”, revela el experto. De hecho, de media, el peso de los títulos de crédito oscila entre un 0,5 y un 1%. Mientras, cuenta con una exposición FX de hasta el 15% en general, diversificada a través de 10 y 15 divisas.
El fondo siempre cuenta con un 75% de bonos con grado de inversión y su calidad crediticia media es A+. El 25% restante es gestionado de manera flexible y, en la actualidad, solo un 5% es high yield. “Preferimos mantener la cautela e incrementar la exposición cuando veamos oportunidades”, cuenta Aslan.
Con todo, considera que este año es importante mantener su vocación táctica para extraer valor tanto de la parte de la cartera más expuesta a los tipos de interés como de la parte del ‘carry’. “Además, aunque nuestra cartera está basada en un enfoque tradicional de inversión en bonos gubernamentales y corporativos investment grade y high yield, nuestro objetivo es generar alrededor del 20% del rendimiento a medio plazo mediante estrategias complementarias que permiten estabilizar las carteras en momentos de volatilidad”, revela.