La tecnología parece llegar a todos los aspectos de nuestras vidas, desde cepillos de dientes eléctricos, pasando por aspiradoras robóticas y hasta citas en línea; parece que nos sentimos muy cómodos dejando muchas de las tareas más mundanas de la vida en las manos de las máquinas. Sin embargo, ¿existen todavía tareas que requieren aún nuestro toque más humano?
La inversión y gestión financiera parece que es una de esas tareas que requieren una atención personal y asesoramiento profesional. Sin embargo, un número creciente de inversores han comenzado a mirar hacia la tecnología para ayudar a gestionar su dinero. Esta tendencia ha visto el surgimiento de un nuevo tipo de administrador del patrimonio- «el robo-asesor.” En este artículo, Bob Stammers, CFA, Director de Programas de Educación al Inversor en CFA Institute, nos introduce en el futuro del asesoramiento financiero. El artículo fue originalmente publicado en Huffington Post Canadá, el 6 de junio de 2014.
¿Qué es un robo-asesor y a quién sirve?
Los robo-asesores, o para ser más precisos, los servicios de inversión algorítmica, representan un segmento de rápido crecimiento en el mercado de asesoramiento de inversiones. En Estados Unidos, empresas como Wealthfront y LearnVest son bien conocidas en el mercado de robo-asesores, mientras que en Canadá la firma Nest Wealth ha entrado en el mercado ofreciendo carteras ETF personalizadas a un precio fijo. Mediante el uso de técnicas complejas automatizadas para proporcionar asesoramiento computerizado a los clientes sobre inversiones y planificación financiera, las empresas están en disposición de ofrecer a los inversores una alternativa de bajo coste a la tradicional. Mediante la sustitución de personas por procesadores, los robo-asesores pueden reducir algunos de los costes generales típicamente asociados con la prestación de servicios financieros.
Este nuevo modelo de negocio está llenando un vacío en la industria de la inversión financiera, proporcionando a los clientes más pequeños acceso a servicios financieros profesionales. Hasta ahora, muchas organizaciones financieras ignoraban a los clientes más pequeños, prefiriendo concentrar su atención en los más grandes, los clientes más ricos. Los proveedores de servicios de asesoramiento automatizado ofrecen varias estructuras de tasas y restricciones de cuenta, aunque casi todos son de bajo coste en comparación con los asesores tradicionales, que pueden cargar hasta un 1-2 por ciento del valor de los activos.
¿Cuáles son los riesgos?
Los robo-asesores utilizan un sofisticado software que analiza las necesidades del cliente mediante la introducción de datos en un sistema que proporciona resultados que conforman la base para la planificación de inversiones y asesoramiento financiero. Por lo general, los planes de inversión individuales se perfilan invitando a los inversores a responder una serie de preguntas en línea, que ayudan a centrar los objetivos generales de inversión de un cliente y su tolerancia al riesgo – todo ello sin interacción humana.
Para sacar el mayor provecho de este enfoque, los inversores deben conocer sus objetivos financieros, su nivel de tolerancia al riesgo y las limitaciones de inversión. Por supuesto, muchos inversores novatos se basan en su asesor para guiarlos a través de estas preguntas introspectivas, lo que plantea la cuestión de la verdadera utilidad de un servicio automatizado de este tipo.
Esto es particularmente importante si se toma en cuenta el hecho de que un algoritmo puede ser capaz de determinar la capacidad financiera de una persona para asumir riesgos; sin embargo, basarse en un algoritmo para determinar la capacidad emocional de una persona para asumir ese riesgo es algo muy diferente. Solo un consejero humano puede proporcionar este tipo de asesoramiento más complejo emocionalmente. Subestimar la influencia de las emociones en las decisiones de inversión puede ser un error – con razón o sin ella, nuestros sesgos de comportamiento pueden tener un impacto directo en las decisiones de inversión que todos hacemos.
¿Qué nos depara el futuro?
Los robo-asesores presentan una nueva y emocionante oportunidad para aquellas empresas que quieren dar el siguiente paso en los servicios de gestión financiera, pero ¿es un paso adelante positivo para los inversores? Cada avance tecnológico viene con sus propias posibilidades y limitaciones, y los consumidores deben educarse a sí mismos en ambos. Sacar el máximo partido de estas plataformas requerirá un poco de auto-análisis y revisión de las ofertas de productos de la empresa involucrada.
Durante un panel de discusión en la Conferencia Anual de CFA Institute 2014, el director de inversiones de Fortigent, Scott D. Welch, habló sobre el aumento de los servicios financieros automatizados y su posible impacto en la industria. En particular, destacó el atractivo que este tipo de plataformas tienen con la generación X e Y que «hablan la tecnología como su lengua materna. «Para esta generación nacida en la tecnología, los robo-asesores no son más que otro servicio en línea, alineado a su estilo de vida de acceso instantáneo y conveniencia – algo a lo que los asesores tradicionales tendrán que adaptarse en los próximos años.
Aunque no hay duda de que vamos a ver un aumento en los servicios proporcionados por los robo-asesores, la gran pregunta que se hacen estas plataformas es si podrán evolucionar con sus clientes a través del tiempo para proporcionar un servicio realmente valioso. ¿Serán capaces de ofrecer servicios más personalizados a sus clientes, acceso a otras clases de activos, o estrategias más avanzadas de ahorro o realizar inversiones más grandes? ¿Serán capaces de aprovechar los nuevos avances en las finanzas del comportamiento, la automatización y la inteligencia artificial para competir más eficazmente con los asesores de inversión tradicionales?
También es importante preguntarse cómo los asesores automatizados podrían hacer frente a un “crash” en el mercado o una crisis financiera como la que vimos en 2008-2009. Una cosa es gestionar el dinero en un mercado tranquilo con una trayectoria ascendente, pero ¿pueden manejar los robo-asesores la agitación emocional asociada con rendimientos volátiles? En ese escenario, disponer de un asesor humano al que poder llamar de inmediato y pedir consejo podría tener sus ventajas.