La firma francesa Carmignac Gestion, uno de los buques insignia de la industria de gestión de activos del país y uno de los líderes del mercado en Europa, respondiendo a una investigación preliminar de la autoridad fiscal francesa sobre fraude fiscal, explica que “impugna categóricamente tanto la rectificación impositiva de las autoridades fiscales francesas como la calificación penal”.
Y ha tomado medidas: Cargminac ha iniciado un procedimiento judicial, pagando al mismo tiempo como medida cautelar el importe de la rectificación impositiva con el fin de limitar los intereses devengados.
Según un comunicado hecho público por la firma, los elementos utilizados para apoyar la denuncia se refieren a un debate fiscal técnico y complejo sobre la cualificación de los dividendos intragrupo.
“Es importante señalar que este debate trata de hechos que pertenecen al pasado y que el riesgo está hoy extinguido. En ningún momento se vieron afectados los intereses de nuestros clientes y socios comerciales: el desacuerdo con las autoridades fiscales afecta exclusivamente a la sociedad y de ningún modo a los fondos”, informa la gestora.
Investigación preliminar
Según adelantó la publicación Le Monde, Carmignac está sujeta a una investigación preliminar por parte de la Fiscalía Nacional de Finanzas (Parquet National Financier), por “fraude fiscal” y “blanqueamiento de fraude fiscal”.
La investigación de la PNF se refiere en particular al método de remuneración de algunos de sus directivos. Las autoridades fiscales francesas están revisando la elección de la compañía para pagar a algunos de sus empleados dividendos en Luxemburgo, un país con impuestos favorables, en lugar de salarios, para reducir la carga fiscal. Una práctica que es ampliamente utilizada en empresas de gestión de activos, que tienen la costumbre de remunerar a sus ejecutivos con acciones, no solo por motivos fiscales, sino también para alinear su toma de decisiones con el desempeño de la empresa.
Según señala la publicación francesa, en la actualidad se está llevando a cabo un debate contradictorio entre las autoridades fiscales francesas y luxemburguesas sobre esta ingeniería financiera y sus implicaciones. Según fuentes no citadas, las autoridades tributarias francesas están en desacuerdo con el análisis fiscal de Luxemburgo.