Pocos fondos hay con tanta historia a sus espaldas como Capital Group Investment Company of America, que acumula 83 años de recorrido en el mercado. Esta longeva andadura le ha hecho testigo de todo tipo de gobiernos en Estados Unidos. Por eso, ante la incertidumbre que arrastran muchas de las promesas electorales de Trump, la firma, Capital Group, se mantiene prudente.
“Por ahora, el nuevo presidente ha dicho muchas cosas y no sabemos cuánto de eso es retórica y cuánto se va a implementar o incluso no es implementable. Estamos trabajando mucho en cuanto a las implicaciones a nivel de compañías de las propuestas de Trump. También estamos intentando describir varios escenarios de análisis para calibrar hasta qué punto los precios de los activos están descontando determinados resultados. El timing también es una cuestión muy importante que debemos preguntarnos. ¿Cuál es el tiempo que puede durar cualquier disrupción? Si la respuesta es 12 a 18 meses entonces, en función de nuestro horizonte de inversión, deberíamos centrarnos en el periodo posterior, en cómo será este entorno y en qué compañías se comportarán bien en él”, comenta Steven Smith, especialista de inversión de Capital Group.
Si Trump implementase completamente todas las medidas fiscales que prometió durante su campaña, esto equivaldría a un paquete de estímulo de cerca del 3% de crecimiento del PIB. Sin embargo, es muy poco probable que pueda implementar todas estas políticas fiscales este año. En primer lugar, el Congreso podría no estar de acuerdo con todas las propuestas de Trump y, en segundo, está la cuestión del tiempo, no se puede hacer todo en el mismo momento.
“Dado que la economía americana está en una situación de pleno empleo, o cerca, el crecimiento de los salarios está respondiendo de una manera normal a los bajos niveles de desempleo, y teniendo en cuenta que se espera que Estados Unidos crezca en torno a un 2% y 2,5% este año antes de cualquier estímulo fiscal, quizá las políticas fiscales no sean necesarias en el futuro cercano. Además, los beneficios de los estímulos fiscales podrían verse compensados por una política monetaria más dura y un dólar más fuerte y esto deja a Estados Unidos sin una importante arma de estímulo fiscal contracíclica para cuando se produzca la próxima recesión”, explica Smith.
“Si finalmente vemos medidas fiscales este año, y no es seguro que se vayan a producir, algunas medidas como menores impuestos de sociedades beneficiarían a las compañías con exposición doméstica, que obtienen la mayor parte de sus ingresos de EE.UU. y que actualmente están pagando un impuesto de sociedades en el rango del 30%”, comenta Smith. Si se redujese al 20% esto impulsaría inmediatamente los ingresos de estas compañías. La otra cara de la moneda es que las grandes compañías exportadoras americanas podrían verse penalizadas si el dólar se fortalece como consecuencia de algunas propuestas de Trump, incluyendo un ‘arancel de ajuste fronterizo’. “Aunque todavía podemos apreciar algunos motores fundamentales para una mayor apreciación del dólar, incluyendo unos fundamentales económicos mejores, dichos fundamentales no justifican la actual valoración del dólar”, señala Smith.
Un fondo histórico
En lo que respecta al proceso de construcción de la cartera del fondo Capital Group Investment Company of America, el experimentado equipo de gestores construye carteras individuales de alta convicción basándose en un análisis fundamental bottom up. “Por supuesto, también tenemos en cuenta los factores macro, políticos y más generales. Pero no construimos las carteras en función de un resultado político binario o de un conjunto de posibles políticas presidenciales. Como tal, no hemos implementado cambios significativos antes o después de la victoria de Trump. Seguimos aplicando perspectivas a largo plazo cuando invertimos en compañías y esto se refleja en el hecho de que más del 40% de las compañías del fondo llevan en cartera más de ocho años”, apunta.
En los últimos 10 años, el fondo ha estado estructuralmente infraponderado al sector financiero y esto ha resultado ser una buena decisión dado que ha sido el sector con el peor comportamiento del S&P 500 en la última década. Aunque la estrategia ha incrementado moderadamente su exposición a financieras tanto antes como después de la victoria de Trump, los gestores no buscan perseguir estas compañías tras el importante rally que han vivido a finales de 2016. “Para algunos de nuestros gestores de carteras las perspectivas para las compañías financieras norteamericanas están mejorando teniendo en cuenta la posibilidad de que aumenten los tipos, de que se apruebe una regulación menos coercitiva y de que existe una mayor certeza sobre los requerimientos de capital. Sin embargo, se trata de un sector volátil y podríamos añadir nombres de forma selectiva si el sector corrige ligeramente. Actualmente, nuestra exposición al sector es altamente selectiva, por ejemplo tenemos un par de compañías aseguradoras y preferimos los bancos regionales de pequeño tamaño frente a los bancos de gran capitalización”, explica Smith.
Por qué invertir en Estados Unidos
En junio de 2016, Capital Group lanzó este mismo fondo para acercar la inversión en el mercado norteamericano a inversores de Europa y Asia. “La sicav luxemburguesa tiene un idéntico equipo de inversión, cultura y filosofía que el vehículo americano de 83 años de edad”, añade. Para Smith, Estados Unidos es una opción interesante a pesar de que las valoraciones de la renta variable estadounidense no son especialmente baratas.
“Aunque probablemente hay poco potencial de subida en términos de expansión de múltiplos si nos fijamos en las actuales valoraciones de la renta variable estadounidense, seguimos encontrando muchas compañías que queremos tener en nuestra cartera a largo plazo. Además, el crecimiento de los beneficios debería seguir en territorio positivo en 2017 y con un crecimiento de la rentabilidad por dividendo superior al 2%, es posible que veamos unos retornos de la renta variable de un solo dígito alto o doble dígito bajo para la renta variable americana en dólares este año, afirma Smith.
El mercado de renta variable americano es difícil de batir para los gestores activos, pero Smith considera que teniendo en cuenta la menor correlación de los retornos entre los títulos americanos desde la victoria de Trump y la posibilidad de que aumente la volatilidad con la normalización de la política monetaria, «podríamos estar ahora en un entorno atractivo para los gestores de renta variable activos, tras un periodo de baja volatilidad y alta correlación entre los precios de los activos”.