En un entorno de tipos de interés cercanos a cero –y más bajos aún tras las medidas que están tomando los bancos centrales ante la crisis del COVID-19-, la baja rentabilidad es uno de los problemas que afrontan las entidades financieras. En este contexto, la consolidación es una de las vías para mejorar eficiencia, y las entidades españolas ya se están aplicando la receta. Anoche se supo que dos de los bancos más grandes del país, CaixaBank y Bankia, estudian su fusión.
En un hecho relevante publicado en la CNMV, CaixaBank informaba de que, “tras la autorización de su consejo de administración, se encuentra en negociaciones con Bankia para analizar una fusión entre ambas entidades, sin que por el momento se haya alcanzado ningún acuerdo al respecto, más allá de la firma de un acuerdo de confidencialidad para intercambiarse información para valorar la operación, en el seno de una due diligence, contando con asesores para la operación”.
Según el hecho relevante, “la entidad informará al mercado del resultado de dicha negociación en el momento oportuno”, al igual que promete Bankia.
Por su parte, Bankia ha emitido otro comunicado ante el supervisor de los mercados españoles confirmando las conversaciones: “Ante las noticias aparecidas en algunos medios de comunicación, Bankia confirma conversaciones con Caixabank, con conocimiento y autorización del Consejo de Administración, para analizar una eventual oportunidad de operación de fusión entre ambas entidades. Se hace constar que se ha sometido a los órganos de gobierno de Bankia propuesta de inicio de estudio y análisis, que permita al Consejo de Administración adoptar la decisión fundada que corresponda, contando para ello con los asesores pertinentes”, explica.
De materializarse el acuerdo, supondría la fusión de dos de las cuatro entidades financieras más importantes del estado (la tercera y la cuarta, en concreto) y la creación del banco más grande de España, muy por delante de Santander, el mayor hasta el momento. Eso sí, sin la presencia internacional que tienen BBVA o Santander. Así, daría origen a un grupo con activos por importe de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (fruto de la unión de las 4.400 de la entidad de origen catalán y más de 2.200 de Bankia) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 que aportaría CaixaBank y unos 16.000 de Bankia), lo que propiciaría sinergias y explicaría el sentido de la operación.
Según publican algunos medios, el nuevo banco tendría como presidente no ejecutivo a José Ignacio Goirozolgarri, que actualmente está al frente de Bankia, mientras que el consejero delegado sería Gonzalo Gortázar, uno de los máximos responsables de CaixaBank. La sede social estaría en Valencia.
Fusión de gestoras
Según los últimos datos provisionales de Inverco a finales de agosto, la fusión también aumentaría la distancia de la primera gestora de activos por volumen (CaixaBank AM), con respecto a sus competidores: de la suma de los 46.700 millones que tiene ahora CaixaBank AM, con los 19.700 de Bankia Fondos, daría lugar a una entidad gestora con más de 66.400 millones de euros, muy por delante de los 43.600 de Santander AM (tras fusionar la gestora del Popular) o de los 38.000 de BBVA AM.
La nueva gestora tendría una cuota del 25% de todo el mercado de fondos nacionales, que suma 262.000 millones tras el crecimiento vivido en el mes de agosto.
En pensiones, el nuevo grupo sumaría más de 37.000 millones de euros, juntando los 29.059 millones de VidaCaixa a los 7.980 de Bankia Pensiones, según los últimos datos de Inverco de finales de junio.
Sumando IICs y pensiones, el nuevo grupo tendría un volumen en estos negocios cercano a 104.000 millones, superando en mucho al segundo de la lista, BBVA, con casi 62.000 millones acumulados entre su negocio de IICs y fondos de pensiones.
Respuesta al llamamiento del BCE
Las entidades españolas responden al llamamiento a las fusiones que viene haciendo el Banco Central Europeo y que repitió Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, hace unos días en el marco del curso El sistema financiero y la crisis del COVID-19. Retos y compromisos, organizado por la Asociación de Periodistas Económicos (APIE) y BBVA en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.
El vicepresidente señalaba, ante la escasa rentabilidad de las entidades financieras, a los procesos de consolidación como un instrumento que puede ser útil tanto a nivel doméstico como transnacional. Asimismo, insistía en que ese proceso debería llevarse a cabo de forma “rápida y urgente”. Entre los problemas de las entidades, hablaba de la necesidad de ajuste de costes, el exceso de capacidad, la falta de consolidación o la aparición de nuevos competidores, problemas que se han agudizado con la crisis del COVID-19.
“La crisis del coronavirus ha afectado notablemente la actividad y el balance de las entidades financieras. Desde el Banco Central Europeo (BCE), varias voces ya venían advirtiendo de que una posible solución para intentar paliar los efectos negativos del coronavirus podría pasar por las fusiones en el sector”, explican los analistas de Investing.com. Para los expertos, sería un punto de partida para otras posibles fusiones: “La confirmación por parte de CaixaBank y Bankia de que mantienen conversaciones para una fusión que podría ser inminente ha abierto la veda de una posible era de fusiones bancarias”, añaden.
“Pensamos que la consolidación es positiva para el sector y podría potencialmente liberar sinergias en temas de las grandes redes de las marcas y los centros corporativos”, explican los analistas de Barclays.
También de positiva (para los mercados, el sector y las dos compañias) tilda la noticia Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía: «Constituye, sin duda, la noticia más importante del año en el sector financiero y, con permiso del coronavirus, también en los mercados de activos por lo que se refiere a España, en lo que llevamos de 2020″, señala el experto. Pero advierte de que, dada la fase preliminar en la que se encuentra el acuerdo, falta por ver «la forma en la que finalmente se materializa, si es que al final se materializa», ya que recuerda que esta misma operación se intentó en mitad de la crisis de la deuda y, finalmente, «no se llevó a efecto». Así, advierte de un «posible fracaso en las negociaciones», por lo que recomienda «optimismo, aunque prudencia» para que las expectativas recientemente creadas en los mercados «no se vean frustradas».
De hecho, el mercado recogía la noticia con subidas del 30% en la cotización de Bankia y del 10% en CaixaBank.
Fusiones «defensivas»
«La banca es un negocio que antes del COVID se encontraba bajo presión. Hay muchos nuevos jugadores que van comiéndose los ingresos tradicionales de la banca en áreas como banca privada e inversión, transferencias internacionales, crédito al consumo, seguros…etc. Ante esta continua presión en ventas, la forma de compensarlo es reduciendo costes y simplificando la estructura. Es por eso que los bancos tienen un claro incentivo en fusionarse y aprovechar para posteriormente reducir costes», explica Julián Pascual, presidente de Buy & Hold. Este tipo de fusión en el argot financiero, recuerda, se la denomina «fusión defensiva». «Con el COVID puede que otros sectores muy afectados puedan necesitar fusiones defensivas como las aerolíneas, hoteles…etc», añade Pascual.
«Está claro que el proceso de consolidación bancaria que comenzó en España en los años posteriores a la crisis financiera mundial aún no ha seguido su rumbo y el impulso para crear franquicias sigue intacto, y no sólo entre los bancos regionales más pequeños», comenta Marco Troiano, subdirector del equipo de instituciones financieras de Scope Ratings. «Lo que quizás sea más interesante es la participación de Caixabank, que ya es líder del mercado en muchas áreas. Creemos que la operación de Intesa/UBI en Italia ha demostrado que es posible que bancos que de por sí ya son importantes aumenten aún más sus cuotas de mercado a través de fusiones y adquisiciones».
En general, dice, Scope considera positiva la consolidación interna como una vía para acelerar la reducción de costes y consolidar las posiciones en el mercado: «Una combinación entre Caixabank y Bankia crearía un grupo financiero líder con actividades que van desde banca/seguros hasta la gestión de patrimonios», añade.